Una emblemática obra de Klimt, destruida tras un incendio, resucita en un gran mural de Viena

“La Medicina”, destruida por el nazismo al final de la Segunda Guerra, recobra vida con una espectacular réplica en un lugar emblemático

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"La Medicina", pintura de Gustav
"La Medicina", pintura de Gustav Klimt, resurge en mural en Viena. Desaparecida tras ser expoliada por los nazis, fue calcinada en Segunda Guerra Mundial

La Medicina, una enigmática pintura de Gustav Klimt (1862-1918) que nunca llegó al destino para el que había sido creada en torno a 1900 y desapareció al final de la Segunda Guerra Mundial, calcinada tras ser expoliada por los nazis, reapareció este miércoles, reconstruida en un gran mural de la Universidad de Medicina de Viena (UniMed).

De ocho metros de ancho y doce de altura, la obra plasmada en la fachada del Instituto Anna Spiegel de UniMed, fue destapada en una ceremonia al aire libre, con la participación del alcalde de Viena, el socialdemócrata Michael Ludwig.

Recuperada gracias a la IA

La obra original, encargada en 1894, lleva décadas desaparecida, pero ya hace dos años se logró una recuperación digital mediante inteligencia artificial (IA).

El exitoso proyecto, una cooperación de Google Arts&Culture y el Museo Belvedere de Viena, utilizó un algoritmo alimentado con los cuadros de Klimt para colorear una fotografía en blanco y negro de la obra, tomada en 1900.

“Hace un año me enteré de este proyecto e inmediatamente pensé que podría ser algo para nuestra universidad porque inicialmente este cuadro de Klimt se concibió para la universidad, pero fue rechazado hace 120 años, así que contacté con el Belvedere...”, explicó a EFE el rector de la universidad, Markus Müller.

Aludía así a que la obra del conocido pintor austríaco, un referente del arte Jugendstil, había sido encargada como parte de un conjunto denominado Pinturas de la Facultad para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena.

Una obra escandalosa

Sin embargo, nunca llegó a esa sala universitaria, el destino para el que había sido creada, debido al rechazo masivo que experimentó entre los docentes y en el público en general cuando Klimt presentó la obra.

La capital del entonces Imperio austro-húngaro era en aquella época un centro de modernidad, por un lado, pero también reinaba el “conservadurismo político”, recordó hoy Ludwig en la ceremonia.

En aquella época “no era posible mostrar a personas desnudas” como las pinta Klimt, una de las razones por las que sus obras fueron rechazadas, añadió.

El largo e intenso escándalo que estalló en torno al cuadro “hirió enormemente a Gustav Klimt, quien en reacción dijo que no volvería a aceptar un encargo público”, relató por su parte la directora del Belvedere, Stella Rollig.

Ayudado por mecenas, Klimt pudo comprar de vuelta, “con su propio dinero”, el cuadro tan criticado, que luego fue vendido a un coleccionista privado, desde donde llegó al Belvedere en 1919.

El mural, de ocho metros
El mural, de ocho metros de ancho, revive el legado perdido de Klimt. Espectadores contemplan detalles icónicos y colores restaurados mediante inteligencia artificial. La figura central del mural se inspiró en descripciones y fotografías en color de 1931

En este museo, que hoy ostenta la colección más importante de obras de Klimt, La Medicina estuvo expuesta hasta 1943, cuando se la llevaron los nazis.

La pintura terminó quemada hacia el final de la Segunda Guerra Mundial en un castillo de la región de Baja Austria, donde había sido depositada junto con otras obras expoliadas, en circunstancias que hasta hoy siguen siendo poco claras, indicó Rolling.

Así las cosas, en la gigantesca versión destapada hoy, La Medicina vuelve a estar accesible en un espacio público por primera vez desde 1943.

El salto a la gran escala

Ahora, “el reto fue que se viera bien, pues las imágenes estaban producidas por Google con algoritmos pensados para uso digital y no para imprimirlo a una escala tan grande”, reveló a EFE el comisario del Museo Belvedere, Franz Smola.

El especialista en Klimt está bastante “seguro” de que los colores reconstruidos se corresponden con los originales gracias a varias pistas que han sido tenidas en cuenta, como una fotografía en color de 1931 de un detalle del cuadro: el de la figura central, en oro y púrpura, de la diosa de la mitología griega Higía.

Además, se ve confirmado por las descripciones escritas de la pintura que publicaron varios contemporáneos del artista.

“No se conocen otros cuadros que hayan desatado discusiones tan intensas y feroces, en medio del escándalo” del que los periódicos “informaron durante años”, algo “que hoy es una suerte, porque no hay pinturas que hayan sido tan bien descritas”, recalcó Smola.

Klimt y <i>La Medicina</i>

Müller destacó también los vínculos que unían al pintor de El Beso con la Facultad de Medicina de Viena y algunos de sus más destacados catedráticos.

Además de permitirle visitar el departamento de anatomía, el pintor también se interesó por los estudios de las células.

“Estaba fascinado por este mundo de la biología celular, como diríamos hoy, e inmortalizó citas de estructuras celulares en varios cuadros”, recordó el rector.

Y también fue aquí, en el Hospital Clínico de esta universidad, donde Klimt falleció en 1918.

Fuente: EFE.

Fotos: EFE/ Juan Aguilar Molina.

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