Otro Álvaro Pombo, un país que ardía: el último libro del ganador del Premio Cervantes cuenta recuerdos de la Guerra Civil Española

El personaje principal de “Santander, 1936″, es el tío del escritor, que en ese entonces acababa de volver de Francia. Agitación política y sus consecuencias

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El escritor español es el autor de "Santander, 1936". (Vozpópuli).
El escritor español es el autor de "Santander, 1936". (Vozpópuli).

Duda alguna no existe respecto a la realidad es el motor de todas las ficciones, pero, ¿qué pasa cuando esa realidad sobrepasa la ficción, la abarca toda? Un poco eso es lo que ha intentado responder el escritor español Álvaro Pombo, flamante ganador del Premio Cervantes, en su trabajo más reciente, una novela que bebe de su propia vida y cuyo protagonista toma, incluso, su propio nombre.

Su familia lo llama Alvarito y otras veces Alvarín. No es el mismo Álvaro escritor, sino el tío del autor, Álvaro Pombo Caller, que mientras se manifiesta ante los lectores tiene 19 años y vive en Santander, España. Es 1936.

En aquel entonces, todo el país arde a causa de las confrontaciones entre la izquierda y la derecha. Sus enceguecidos intelectuales impulsan debates encarnizados y exaltadas proclamas políticas. Álvaro (Alvarín) se une a la Falange Española, guiado por su fervor juvenil y la admiración que siente por José Antonio Primo de Rivera. Entretanto, su padre, Cayo Pombo Ybarra, se enorgullece de ser un liberal agnóstico y republicano, admirador de Manuel Azaña. Las diferencias políticas entre ambos son muy marcadas y, sin embargo, eso no interfiere con su relación de padre e hijo.

Ana Caller Donesteve, o Ana de Pombo, es la madre de Alvarín, una verdadera luchadora. Tras dejar a Cayo, emigró a Francia y se convirtió en toda una imagen de la moda parisina de esos años. Mientras sus hijos están en colegios ingleses y franceses, ella se pasa los días intentando ser una mujer de vanguardia, escribiéndose cartas con su hijo Álvaro. Para ella ha quedado atrás el Santander próspero donde Alfonso XIII y su familia pasaban el verano. Ahora, todos se han ido, luego de la proclamación de la Segunda República.

Portada de "Santander, 1936" (Anagrama,2023).
Portada de "Santander, 1936" (Anagrama,2023).

Al interior de estas páginas, alrededor de 328, Álvaro Pombo, el escritor, no el personaje, consigue retratar el ambiente de gran agitación política e intelectual de la época, el principio de la Guerra Civil en España y sus consecuencias. El autor revive su historia familiar y el universo de su adolescencia y lo retrata todo aquí, en esta novela de precisión filosófica y conmovedora en demasía.

En “Santander, 1936″, los lectores se encontrarán ante el mapa emocional de un país, pero también ante uno que acoge con precisión la complejidad de las relaciones familiares. Pombo consigue con virtuosismo trazar las conexiones entre uno y otro escenario, el social e histórico y el familiar, como si cada decisión personal repercutiera en el curso de una nación.

La familia es el cimiento para el argumento de la novela, un tema en sí mismo, un contenedor de otros, según el mexicano Emiliano Monge. Pero es la búsqueda de la propia identidad el motor definitivo de la ficción. En estas páginas, se resuelve finalmente cuando la novela va llegando a su fin, justo en el instante en que toda España se va por el abismo.

“Los de cuarta o quinta generación somos venidos a menos, el Pombo emprendedor fue don Juan Pombo Conejo. Sus hijos hicieron el Sardinero, en Santander. Luego, la generación de mi abuelo, Gabriel María Pombo Ybarra, presidente del Ateneo, empieza a formular el concepto de la decadencia”, dijo Álvaro Pombo en entrevista con El País.

El español logra gestar una novela de tintes políticos y de memorias sentimentales, y lo reúne todo aquí, en este ejemplar editado por el sello Anagrama. Pombo le da rienda suelta a sus más profundos impulsos morales, ideológicos e intelectuales.

Algo de autobiografía, de memoria, de ensayo. “Santander, 1936″ es una novela en la que confluyen la vida real y la ficción como si no existiera diferencia entre la una y la otra, en la que el autor confirma, una vez más, lo distinto que es a cualquiera de la literatura española en los últimos cincuenta años. Bien lo ha dicho Carmen Martín Gaite, que Pombo es “un escritor hecho y derecho (...) absolutamente original”.

“Santander, 1936″ se convierte en una novela de grado familiar en la que el escritor dedica especial atención al entorno de Álvaro, la carga que le inyecta su padre Cayo, y que se complementa con las referencias de una madre separada y de vida libre por Francia. En la historia, los Pombo y sus allegados denotan toda una ideación narrativa, encriptados en una realidad biográfica e histórica de España y sus provincias.

En el libro, Pombo expone la idiosincrasia de la alta burguesía provincial de anteguerra, al tiempo que rescata el ambiente de época, la estancia estival de los Reyes en el palacio de la Magdalena y los cambios sucedidos al proclamarse la República. Es una obra en la que permea la agitación social, la violencia entre la izquierda y fascistas, la quiebra de antiguas relaciones, y el impacto de la situación dentro los círculos de la vida común.

Álvaro Pombo (Santander,1939).
Álvaro Pombo (Santander,1939).

Álvaro Pombo es licenciado en Filosofía por la Universidad de Madrid, Bachellor of Arts por el Birkbeck College de Londres y miembro de la Real Academia Española. Es uno de los maestros indiscutibles de la literatura española contemporánea. Entre sus títulos más destacados como “El héroe de las mansardas de Mansard” (Premio Herralde de Novela 1983), “El metro de platino iridiado” (Premio de la Crítica 1990), “Donde las mujeres” (Premio Nacional de Narrativa 1997), “La cuadratura del círculo” (Premio Fastenrath de la Real Academia Española 2001), “El cielo raso” (Premio Fundación José Manuel Lara, 2002), “La fortuna de Matilda Turpin” (Premio Planeta 2006) y “El temblor del héroe” (Premio Nadal de Novela 2012).

Ha publicado también libros de poesía, relatos y artículos. Su obra ha sido traducida a múltiples lenguas: alemán, francés, holandés, griego, inglés, italiano, noruego y portugués.

Santander, 1936 (Fragmento)

“Es un día nublado de finales de 1934. El Muelle está casi vacío esta tarde. Santander, en cambio, está repleta de agitación a finales de ese año. Será una Navidad agitada por fuera y remansada por dentro. Mercedes, la cocinera, hará una rica cena de Navidad: un pavo asado relleno de manzanas y de pasas. Álvaro y Cayo, su hermano, cenarán en casa de su padre esa noche. Manifestarán una alegría sombría. Una indiferencia por la presente situación familiar que, en el fondo, no sienten. Con veintiún años, Cayo ha vuelto de Inglaterra satisfecho de sí mismo, contento con las copas que ha ganado jugando al tenis allí y también aquí, en Santander. Un chico guapo sin gran interés por nada en concreto. Su máxima aspiración, desde que llegó a Santander, es echarse novia. Una novia de familia adinerada. Una guapa chica de la sociedad santanderina. Ha contado a su hermano que, nada más llegar a Santander, su padre, Cayo Pombo Ybarra, le hizo una lista de chicas posibles, buenos partidos todas. Era un juego irónico y sombrío de su padre, recientemente abandonado por Anita, Ana Caller Donesteve, la madre de los chicos. Esta tarde nublada, mientras pasea con Rafael Mazarrasa y hablan de política, Álvaro piensa con envidia en su hermano Cayo: Ojalá fuese como él, despreocupado, guasón, como todos los Pombo, descreído, arrogante, y a la vez lo contrario, muy capaz de ser encantador y de hacerse querer. Fingirse desvalido con tía Rosa e interpretar ese papel de hijo abandonado, aunque, la verdad, le encanta disfrutar la libertad que da el abandono materno, interesar a las chicas santanderinas a los veintiún años”

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