Penélope teje a la espera de Ulises... ante el Coliseo de Roma. La mítica reina de Ítaca protagoniza una muestra inédita en los Foros que, mediante restos arqueológicos y otras obras de arte, ahonda en su figura a lo largo de la historia y en su legado como símbolo de lealtad y voluntad en un mundo de hombres.
La exposición permanecerá abierta hasta el 12 de enero en dos de los espacios más impresionantes de los Foros; el antiguo Templo de Rómulo, junto a la Vía Sacra, y la Pajarera de los Huertos Farnesianos, en lo alto de la colina del Palatino.
Se trata, según explicaron en la inauguración, del “primer acto” de una trilogía sobre las tres mujeres “más modernas” de la Antigüedad: Penélope, Antígona y la poetisa Safo. Ahora es el momento de recordar a la reina que Homero inmortalizó en su Odisea como un símbolo de fidelidad y astucia.
En la mitología griega, Penélope fue la reina de Ítaca siempre a la espera de su marido, Ulises, tras la Guerra de Troya. La larga ausencia del rey hizo que fuera pretendida por otros hombres, pero ella, lejos de doblegarse a sus deseos, prometió casarse con uno solo cuando terminara de tejer un sudario. Nadie sabía que lo que cosía de día, lo deshacía de noche. Era la dueña de su destino.
“Penélope no fue una simple figura servil de un héroe homérico. Estuvo en una posición casi de supremacía o, al menos, de control en un universo masculino. Una excepción en la condición femenina de la Antigüedad y un arquetipo de referencia para las mujeres de ayer y de hoy”, destacó la directora del Coliseo, Alfonsina Russo.
La exposición evoca la figura de esta esposa leal, sabia y astuta que, con su estratagema, impuso su voluntad en una corte de hombres.
Homero compuso la Odisea en el siglo VIII a. C., pero las primeras representaciones de Penélope de las que se tienen constancia datan de tres siglos después, aunque desde entonces fueron frecuentes en el arte mediterráneo.
En los Foros Romanos, por ejemplo, pueden verse algunas vasijas con su historia, como un esquifo (cuenco de cerámica) en el que ya en el siglo V a. C. se mostraba a Penélope junto a su hijo Telémaco.
Asimismo en un fresco de la Pompeya del siglo I d. C., previo a la destrucción de esta urbe romana por la furia del volcán Vesubio, la mujer aparece con algunas sirvientas recibiendo a Ulises tras su ‘odisea’ marina disfrazado de mendigo en el palacio de Ítaca.
El mito también figura en el dorso de un bello espejo etrusco del siglo III a. C., con la representación de la mujer y del perro Argo, otro símbolo de fidelidad porque logró reconocer a su amo disfrazado tras veinte largos años de ausencia.
En el recorrido de la exposición puede verse un busto de la reina del siglo I d. C. encontrado en el río Tíber así como medallas, pinturas modernas sobre su figura o el poema que dedicó a la pareja de Ítaca el escritor romano Ovidio en las Heroidas.
La muestra ofrece por otro lado la posibilidad de admirar la llamada Copa de Nestore, una cerámica con la inscripción en lengua griega más antigua, datada en torno al 730 a. C., y que demuestra la difusión ya por entonces de los textos homéricos.
El vaso fue descubierto hace setenta años en la isla italiana de Ischia (sur) y en su superficie aparecen varias frases, una de ellas de especial importancia: “Soy la copa de Nestore, una joya de la que beber”, una referencia al personaje de la Ilíada.
El Parque Arqueológico del Coliseo se adentrará así en la mítica figura de Penélope no solo mediante esta exposición, sino que hasta enero organizará un rico programa de conferencias sobre la reina y su telar con numerosas historiadoras, filósofas o filólogas.
Fuente: EFE.
Fotos y video: EFE/ Gonzalo Sánchez.