Es verdad que en los ámbitos académicos –y no solo– muchas veces se le crítica a la literatura infantil la tematización, entre otras cosas, porque no es algo que suceda en la literatura para adultos. Pero a los efectos prácticos, y porque, la verdad sea dicha, muchas veces, a la hora de elegir un libro para un hijo, una sobrina o algunos nietos (cuando no, también, por el cumpleaños de alguna compañerita o compañerito de la escuela) el tema elegido colabora en la elección (y la facilita). Si se sabe que le gustan los perros o se entusiasma con las estrellas o, y acá se pone más interesante, tiene un género preferido, como las aventuras o el terror, la búsqueda se hace más fácil.
Otro criterio posible para justificar por qué elegir por tema puede ser, justamente, las ganas de leer sobre, y no está mal, porque los adultos podemos tener, sí, esa misma inquietud. Así que la selección de esta semana está movida por algo que nos interpela a todos, la amistad.
En una de las últimas recomendaciones, mencionaba la editorial Orión, que se caracterizaba por publicar antologías para chicos entre 8 y 13 años. Un libro de esa serie era Amistad divino tesoro, un ramillete de historias que incluía entre sus páginas vínculos entre chicos y chicas, chicos y perros, chicos y caballos, jóvenes estudiantes, y hasta un cuento de Silvina Ocampo, “Timbó”. Ese libro, por lo inolvidable, da título a esta nota.
Hay quienes sueñan con ese cómplice de aventuras, o están los que esperan al alma de fierro. Amigos hay para todos los gustos y colores, así que en esta entrega, se siguió ese criterio. (Todos tienen una pizca de emoción y humor.)
Té de amigas (Calibroscopio, 2024) es un libro álbum de Gabriela Burin en el que en 32 páginas a todo color (y humor) conocemos a Ana y Juana que van a encontrarse a tomar el té en la casa de la primera. Desde que Juana sale hacia lo de Ana, pasan cosas, y a través de las ilustraciones se descubre no solo ese hecho puntual, sino la personalidad de las dos amigas, que siendo tan diferentes, se quieren y complementan.
A simple vista es una historia chiquita, pero el humor y la ilustraciones harán posible sumergirse en el relato y dan ganas de saber qué pasará al final.
Julia sueña, sueña Ema (del Naranjo, 2024), escrito por Adriana Fernández e ilustrado por Afra, narra una amistad entre dos chicas tímidas que se animan a hacerse amigas de la manera más impensada. ¿Cuántas veces soñamos (o hasta invocamos) por la llegada de una mejor amiga (vale recordar a Anne Shirley, el personaje de Anne de los tejados verdes, de Lucy Maud Montgomery)? Julia y Ema no lo saben, pero algo de eso les pasa.
Emi + Emi (loqueleo, 2024), de Paula Bombara y Ximena García, son dos cuentos breves que bien pueden leerse como dos capítulos de una novela cortísima. Emi se muda y, por ende, cambia de escuela, y el primer día allí se sienta al lado de Emi. Esa casualidad y otras coincidencias los hará inseparables. Juntos vivirán mil aventuras, compartirán momentos a pesar de las diferencias, se reirán y se emocionarán con cada detalle ínfimo. Porque eso hacen los amigos y las amigas.
¿Querés ser mi amiga? (Lecturita, 2024), de Laura Wittner y Zafouko Yamamoto, es otra historia de amigas que se conocen en la escuela, Sara y Lina, que cautiva por sus ilustraciones y por estar escrita en verso. La cadencia de cada estrofa va guiando la lectura hasta hacer reír por lo absurdo y evoca aquellas canciones de la infancia.
¿Querés ser mi amiga? es, también, un libro álbum, ya que en la capa de la ilustración se suman otras situaciones que suceden alrededor de Sara y Lina, como pasa en la vida.
De yapa, va una saga, Las Súper 8, pero en su versión pocket, publicada en 2024. Entre 2019 y 2020 se editó esta serie de tres libros en formato tradicional, escritos por Melina Pogorelsky e ilustrados a cuatro manos por Carolina Romano y Sabina Álvarez Schürmann, que fue furor entre los más chicos, y ahora llega en versión pequeña para leer en los recreos, guardarlo en el cajón de la mesa de luz o compartirlo con los mejores amigos. En estas tres novelas la amistad circula entre generaciones, amigos y amigas de ayer que, sin quererlo, propician el vínculo entre sus hijas, condimentado por misterio, aventuras y preciosas ilustraciones.
En el segundo y el tercer volumen, Un verano de película e Historias en la nieve, el vínculo entre las ocho amigas se afianza y continúan compartiendo aventuras, como la producción de una película o unas vacaciones invernales. El plus de esta saga es que la amistad es el hilo de la historia, los vínculos, pero no es el escenario. La amistad amalgama el relato, lo sostiene, pero las aventuras cobran el protagonismo.
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Estas son solo algunas recomendaciones del maremágnum que existe en la literatura para chicos y chicas. Lo importante es descubrir cuáles pueden ser las lecturas preferidas. Lo importante es leer.