Una mesa, la interminable espera y el dilema de los que vendrán: así es “La celebración”

La obra de Juano Villafañe y Manuel Santos Iñurrieta propone una alegoría sobre el desorden social y las ambiciones personales de quienes asisten a una reunión que nunca llega a concretarse

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"La celebración", una obra que
"La celebración", una obra que entrelaza títeres, surrealismo y política en cada acto

¿Qué es celebrar? ¿Por qué celebramos? ¿A qué nos juntamos cuando convoca la comida, la bebida, la música y la conversación? Ese es un tema que plantea Alberto (Alfredo Castellani), el anfitrión de La celebración, pieza que se presenta los viernes a las 20 hs. en la sala Solidaridad del Centro Cultural de La Cooperación.

Con una puesta despojada en la que se destacan una araña que titila queriendo ser parte de la reunión, una mesa, unas sillas y poco más, lo que resplandecen son las actuaciones, el texto, la música en escena, a cargo de Martina Greiner, y el vestuario.

Alberto es el anfitrión y oficia de presentador ante un público que él pareciera imaginar cómplice. Llegan Javier (Sergio Lumbardini) y Ernesto (Eduardo Calvo), y enseguida, Eva (Irene Almus) y Laura (Diana Kamen). Pero el dueño de casa anuncia que esperan a más invitados, los que vendrán, los llama. Y de esa manera intenta calmar la ansiedad de quienes sí están allí.

 Un anfitrión y sus
Un anfitrión y sus invitados en una fiesta que revela secretos: lo que ocurre cuando nadie más llega

Con un tono entre absurdo y picaresco y una fina ironía, los personajes comienzan a desplegar sus rasgos, sus personalidades e incluso sus temores, mientras Alberto se empeña –casi obsesivamente– en armar una agenda in situ.

Los que vendrán nunca llegarán, y los invitados empezarán a desesperarse, y surgirán conflictos, accidentes y corridas que provocarán risas en la platea, pero también harán reflexionar acerca de cómo nos manejamos en sociedad, aun en instancias de celebración.

La celebración es un homenaje al arte, por donde pasan títeres –Juano Villafañe, uno de sus dramaturgos introduce a su padre entre los personajes, si el público lo sabe ver, y en él a todos los titiriteros–; el surrealismo –encarnado en Ernesto–, la música clásica y la popular, las artes dramáticas y el deporte. Nada queda librado al azar, tal vez esa sea la necesidad de Alberto de ordenarse mediante una agenda.

Los personajes despliegan sus ansiedades
Los personajes despliegan sus ansiedades en un guion lleno de ironía

Como en toda fiesta o reunión para distenderse surgen los temas que provocan roces, como la política, que es tratada con elegancia y sutileza, pero tiene entidad propia. El público se hace cómplice de ese discurso con aplausos o risas nerviosas.

Los sucesos, patinados por una cobertura casi onírica, se tornan cada vez más ridículos –como puede suceder en la vida fuera del escenario–, y una se puede preguntar ¿qué paso? sin temor a quedar desubicada. Nadie sabe qué o a quién se celebra. Seguramente al arte.

La celebración, una comedia para los que vendrán, de Juano Villafañe y Manuel Santos Iñurrieta se presenta los viernes a las 20 hs. en la sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543, C.A.B.A.), hasta fines de noviembre.

[Fotos: Agustina Haurigot – Nicolás Finoli (gentileza prensa de La celebración]

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