Se atrevió a ser libre y fue ícono de la cultura pop argentina: Chunchuna Villafañe, 90 años, siempre bella

Es nieta de un noble, casi se recibe de arquitecta, acompañó a Perón en su regreso. La biografía que publicó Virginia Mejía incluye aspectos desconocidos de la vida de la mujer que trascendió las fronteras del modelaje, la actuación y la política. Una historia preciosa para leer de un tirón

Un libro íntimo sobre Chunchuna Villafañe.

Fui modelo porque ganaba mucha plata, pero nunca me interesó. Y justamente fue ese no interés lo que hizo que yo a montones de cosas les dijera que no. Y solamente decía bueno, suponete, beso no, nada que ver, nada que mancillara lo que yo creía que era mancillable. Para hacer un beso de una pareja en esa época, por un producto de televisión, un producto para vender, le decía no. Era muy selectiva y creo que fue eso lo que me ayudó. Y entonces de repente me vi en un nivel que yo no había buscado”. Hoy la protagonista de este relato tiene 90 años y sigue bella igual. Sí, fue modelo, pero también fue muchas otras cosas más. Tal vez allí sea donde habite su esencia, esa que tan bien logró retratar la autora de este libro y que la define mejor.

Me preguntaron por qué no trabajaba en cine. Entonces a mí me habían llamado muchísimos cineastas, pero para hacer papeles que tenían que ver con hacer el trabajo de modelo. Entonces no me interesaba. Hasta que me decidí a estudiar, estudié con Agustín Alezzo, y él me dio una cantidad de pautas, hasta el día en que me ofrecieron realmente La historia oficial. Yo quería haber estudiado, y estudié. Y entonces entendí lo que era actuar. (…) Fue la película más importante y más buscada de mi carrera”. Inquieta y multifacética, también fue actriz, diseñadora de ropa y paisajista. Además, se hizo el tiempo para enamorarse varias veces y tuvo 3 parejas, pero Horacio Molina fue el único hombre con el que estuvo casada y tuvo dos hijas -Juana e Inés Molina.

Chunchuna Villafañe, a quien le faltaron dos materias para recibirse de arquitecta, es el personaje central de esta impecable biografía, producto de las 20 entrevistas que la periodista Virginia Mejía le realizó, a lo largo del año 2022, en su casa de Florida Este. Nieta de un noble europeo, su apodo proviene de Chonchona, que según cuentan lo tomó de su mamá, a quien llamaban de esa manera y que en uno de los dialectos italianos significa muñeca. Y fue ese sobrenombre “Chunchuna”, que la identificó para siempre, lo que enamoraría al italiano Ugo Tognazzi, con quien bailo tango toda una noche, en la mansión del actor, pero esa es otra historia que tendrán que descubrir ustedes mismos en este libro. Una hermosura.

Chunchuna Villafañe y Norma Aleandro en "La historia oficial"

Chunchuna Villafañe: confesiones de un ícono pop, que se divide en 12 capítulos y tiene 137 páginas, fue editada por Metrópolis Libros (2024). Incluye fotos de avisos publicitarios legendarios, así como imágenes privadas del archivo personal de Villafañe, publicadas por primera vez en este volumen. Cuenta Mejía que durante las entrevistas se encontró con una mujer profundamente informada y comprometida con la realidad social del país, pero siempre de bajo perfil. Y entonces me pregunto: ¿cómo puede semejante personaje tener perfil bajo? ¿Alguien que fue la cara y el cuerpo de cientos de publicidades, que fundó la Asociación Argentina de Modelos (AMA) con la colaboración de Ante Garmaz y Claudia Sánchez, convirtiéndola en la primera organización gremial de este tipo en Argentina? Una mujer cuya militancia en el peronismo la llevó a colaborar con el Padre Mugica y que, en la década del 70, integró la comitiva que acompañó a Perón en su regreso a Argentina, luego de su exilio en España. ¿Cómo puede tener perfil bajo una persona que durante la dictadura militar tuvo que abandonar el país junto a sus dos hijas y a su segunda pareja, Pino Solanas? Uno diría, imposible, ¿no? Pero no.

“Chunchuna, confesiones de un ícono pop”, de Virginia Mejía

Chunchuna Villafañe, la modelo, la actriz, la militante, la madre, la ganadora de un Oscar, la Brigitte Bardot latina, conserva, a sus 90 años, un perfil bajísimo, apartada del mundo en su casa de la provincia de Buenos, Aires, rodeada de un jardín inglés que crece tupido y mágico y que nadie en este mundo se atreve a tocar. “Estacionamos en la vereda junto al cantero que es una selva en miniatura, un obstáculo para quienes transitan por la cuadra. De las ramas de un liquidámbar cuelgan lianas, el pasto está crecido y se entremezcla con enormes salvias violeta, bignonias naranja y yuyos de todo tipo. El bosque oculta un portón industrial gris plateado. Está rodeado por un alto paredón color ocre, descascarado, también invadido por trepadoras; moneditas, enamoradas del muro y, su favorita, la ampelopsis. Se acerca una señora mayor, implora que le pidamos que haga cortar los árboles y las plantas de la vereda. Es un escondite para los delincuentes, asegura la vecina, mientras pienso cuántas veces ya se lo habrá pedido y cuantas veces la habrá ignorado. Que nadie jamás se atreva a tocarle un árbol a Chunchuna, y mucho menos el de la puerta de su casa”.

Juana Molina y su mamá, Chunchuna Villafañe.

Virginia Mejía, autora de esta minuciosa y cuidada biografía, aclara desde el vamos que Elba Villafañe, alias Chunchuna, además de ser un mito es la tía de su esposo y esa cercanía está presente en cada párrafo. Desde la complicidad que solo brindan los 30 años de amistad y cariño que las une, cada capítulo es una puerta que se abre y recrea distintos momentos de la vida de la actriz y modelo a través de una memoria compartida. “El mundo Chunchuna es fascinante. No solo por los recorridos de quien supo ser la modelo top de la edad de oro de la publicidad argentina, sino también porque en sus historias de vida se entrelazan la cultura, la moda, el arte y la política de nuestro país”, asegura Mejía. Y es así. Así de imperdible.

Quién es Virginia Mejía

♦ Nació en Buenos Aires. Es periodista y escritora.

♦ Trabajó en radio, televisión y agencias de noticias nacionales e internacionales.

♦ Desde 2010 escribe para el diario La Nación en la sección Cultura, Lifestyle y Sociedad.

♦ Es licenciada en Letras y magíster en escritura creativa. Su primer libro fue Non habemus papam. Escribe cuentos, novelas y no ficción.