“La verdad es que no se puede estar bien siempre, no se puede estar siempre feliz”, contó Aitana en la noche del lunes tras alzarse con el premio Music en la gala de los premios ‘Bazaar Women of the Year 2024′. No es la primera vez que la cantante catalana coloca a la salud mental en el centro de su discurso en el último año, pero en esta ocasión ha decidido abrirse en canal para admitir que no está pasando por una buena racha. “Es imposible una vida perfecta y, sin embargo, quienes muchas veces somos referentes de los más jóvenes, somos responsables, especialmente las mujeres, de ser un buen modelo para ellas. Y nuestra mejor voluntad puede volverse en nuestra contra. O lo que es peor, en contra de ellas”, explicó la cantante.
“Yo estoy muy feliz por este premio a mi música, por todo lo que me rodea. Y estoy muy agradecida por la vida que tengo, y sobre todo por las personas que me rodean. Eso no impide que muchas veces esté triste. En estos últimos meses lo he estado y lo estoy. He tenido un bajón emocional que, desde fuera, puede parecer incomprensible porque lo tengo todo, y es cierto. Pero las personas no somos lo que tenemos, sino quiénes somos, qué nos sucede y cómo reaccionamos ante ello”, confesó emocionada.
Aitana aprovechó el foco que le otorgó el atril para hablar de la violencia de género y los casos de acoso sexual que siguen siendo noticia en nuestro país. “Al final, cómo no voy a estar triste o cómo no vamos a estar tristes, no hay más que ver todo lo que ha salido estos días en los medios. Casos evidentes en los que la vergüenza que sentimos las mujeres nos impide expresar el dolor que sentimos o que hemos sentido. Heridas que se hicieron de nuevo por otros, pero también por algunas circunstancias que nos superan, y permiten que se perpetúen comportamientos que son tóxicos, nocivos y asquerosos”, contó la cantante.
“Yo solo quería decir aquí que todas las heridas deben curarse, las que se ven y las que no se ven. Y está bien contar lo que te pasa y por qué, ya sea hoy, ayer o hace tres años. Y sobre todo no tener miedo a decir quién te ha hecho daño o qué te ha hecho daño. No ocultemos nuestro dolor cuando sea invisible como nos han enseñado que hay que hacer, porque todas las heridas que no son tratadas lo único que conseguimos es que empeoren, se infecten y al final salimos peor paradas. Creo que compartirlo es lo más responsable y efectivo para acabar con esta plaga”, concluyó.
Su proyecto más personal
Aitana ya ha sido un aliciente en el catálogo de Netflix (y de otras plataformas como Disney+), pero nunca desde el perfil de cantante, siempre desde la barrera, interpretando a personajes ficticios. Lo hizo en Pared con pared y en La última, la ficción que compartió con Miguel Bernardeau, su expareja. Sus (cuestionadas) dotes interpretativas le permitieron trasladar la adrenalina del escenario al rodaje, pero ahora es ella misma la que se pone en primera plana para dejar atrás los sueños artísticos de los roles que ha llevado a la pequeña pantalla.
Tras la noticia de que los dos conciertos que tenía planeados para el próximo mes de diciembre en el Santiago Bernabéu (y con todas las entradas agotadas) se trasladaban a 2025 a causa de la falta de permisos, la cantante anunció la llegada de un documental que se estrenará próximamente en el gigante del streaming (al más puro estilo Soy Georgina, Esta ambición desmedida, de C. Tangana y presentada en la pasada edición del Festival de San Sebastián o Bad Gyal: La Joia, que se podrá ver simultáneamente en cines y en Prime Video).