Redondas, con pinchos, alargadas, brillantes, de colores, grandes y pequeñas, son algunas de las más de mil caracolas del poeta, político y premio nobel de literatura Pablo Neruda, convertidas en una poesía con la que recorrer, conocer y concienciar sobre los océanos gracias a una innovadora exposición en la sede central de la Universidad de Chile.
“La audiencia se puede sumergir en un universo marino donde estas criaturas que habitan los fondos marinos emergen a la superficie y a través del recorrido crear la curiosidad y atención a estos moluscos que llevan tareas en el ecosistema muy relevantes, como la producción de oxígeno y limpieza de las aguas”, dijo la artista de la muestra, Elizabeth Burmann.
Titulada Mollusca. Poesía de Caracolas. Sumergirse en la Colección Neruda, es una muestra creada a partir de los moluscos donados por el poeta en 1954, con los que la artista chilena Burmann creó un rincón desde donde recorrer los siete océanos. “La idea de ‘devolver al pueblo la cultura universal’ de la exposición tiene que ver con que estamos todas y todos relacionados con el océano. De ahí venimos y también creo que tiene que ver con este interés moderno de crear colección de historia natural y de entender la naturaleza”, añadió Burmann.
Entre luces y sombras, y con el sonido del mar de fondo en la Sala Museo Gabriela Mistral, estas “puertas submarinas”, como las llamaba el poeta, son parte de la Colección Malacológica de Neruda, una obra de aprendizaje personal y medioambiental.
La colección está formada por 5.107 libros, 155 discos, 263 revistas y 8.400 caracolas, en que las más de mil expuestas pertenecen a la sección Malacológica de la Colección Neruda del Archivo Central Andrés Bello. “Los recorridos son dialógicos, donde la idea es cuestionar el por qué del coleccionismo, una mediación desde la pedagogía crítica y resaltar las experiencias de las personas para que haya un aprendizaje significativo”, explicó la coordinadora del Área de Educación de la muestra, Nathaly Calderón.
Crisis climática
Este patrimonio chileno y gran trabajo de conservación también se une a la polémica de la crisis climática, donde Loreto Millar, conservadora de la exposición, explicó: “Más allá de las buenas intenciones de Neruda de querer recolectar estos objetos, porque para él eran valiosos y tenían un sentido poético y espiritual, sin duda también había un daño de por medio”. Muchos de los ejemplares expuestos, según contó Millar, están en peligro de extinción, por ello recalcó que “las mismas acciones de recolectar afectan negativamente al medio ambiente”.
Este 2024 es un “año muy especial en torno a Neruda”, según dijo la Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Pilar Barba, por ser el aniversario de los 120 años del nacimiento de Neruda, los 85 de la llegada del Winnipeg, y los 100 años de Los veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Ejemplares únicos
Neruda no solo es reconocido mundialmente por su poesía, política y diplomacia, sino también por su curiosa gran afición por el coleccionismo, una afición a la que dedicó tanto empeño y que tuvo tanto impacto, que entre las donaciones expuestas ahora en Santiago figura una de los dos ejemplares de ‘hatcheria mirabilis’, que habría llegado a manos del artista en un viaje diplomático que realizó a China en 1951.
En esa instancia, sus anfitriones -al parecer el propio líder chino, Mao Tse Tung- le habrían dado por obsequio esta pieza marina invaluable en significado y belleza “abrieron la caja más sagrada de los moluscos del mar de China para regalarme el segundo de los dos únicos ejemplares de la Thatcheria mirabilis”, escribió el Nobel en el libro Confieso que he vivido, de 1974.
También se puede admirar el ejemplar marino “Tridacna gigas”, uno de los bivalvos más grandes del mundo y la especie de mayor tamaño del conjunto de caracolas de Pablo Neruda, que mide 51 metros de ancho y pesa 14 kilos.
Fuente: EFE
[Fotos: EFE/ Elvis González]