Yasmina Reza: “Simone de Beauvoir decía que no se nace mujer; está equivocada”

La autora estrena en Buenos Aires la obra “James Brown usaba ruleros”, donde un joven se cree Céline Dion. La idea parte de una experiencia de su hijo

La autora Yasmina Reza.

-¿Y tuviste miedo?

Disculpen que empiece por acá, que arranque por el final de la entrevista con Yasmina Reza. Pero fue el momento clave de la charla, ese momento mágico que no siempre ocurre y en que pasa otra cosa que la que más o menos sabíamos que íba a pasar.

-¿Tuviste miedo?

-No, no, pero...

Yasmina Reza es, a esta altura, una autora más que consagrada. Es quien escribió ese exitazo que fue Art. O aquel otro titulado Un dios salvaje. Es autora de novelas como Felices los felices, Serge, Babilonia. Y ahora está estrenando por todo el mundo James Brown usaba ruleros, una obra de teatro que literalmente te cierra la garganta y que dirige (nada menos que) Alfredo Arias. Y que, ya veremos, algo tiene que ver con ese miedo que no tuvo.

Por eso está en Buenos Aires, por eso ahora estamos sentadas en las butacas de una sala de teatro, ahí nomás del escenario, arreglándonos entre el francés y el castellano y con Arias -el director ya mítico- ofreciéndose como traductor.

James Brown usaba ruleros, de Yasmina Reza dirigida por Alfredo Arias

¿Podemos desentrañar en media hora esa obra que se estrena formalmente el 31 de octubre en el Teatro Sarmiento y que tiene tantas capas de sentido?

Para entrar en el diálogo hay que saber de qué se trata. En resumen: un chico de clase media que se cree Céline Dion. Y listo. La escuchó de chiquito, de casualidad, en el auto, pidió un disco, después otro, ensayó algún pasito, se puso una peluca... su ruta. Un día empezó a hablar con acento de Quebec y a “dar entrevistas”. Cuando la cosa pasó de castaño a oscuro los padres lo llevaron a lo que parece un psiquiátrico fino. Ahí estamos.

Dennis Smith como el personaje que se cree Céline Dion. (Carlos Furman)

No veremos otra cosa que un psiquiátrico en el que hay tres cubos de acrílico transparente y doce ventiladores de techo blancos. Uno de los cubos es la oficina de la psiquiatra. Los ventiladores a mí me hicieron pensar en los molinos de viento del Quijote. Es decir: la locura.

Pero no hay que apurarse.

El chico, antes de ser Céline se llamaba Jacob y los padres le decían Pochi, o Pochito. La psiquiatra insiste en que lo llamen con el nombre que su paciente eligió. O, bueno, “Pochi”, puede ser.

Céline canta, obvio. Dos por tres, en la obra, canta. Lo hace de manera estremecedora el actor Dennis Smith, a quien la fragilidad se le ve en cada gesto y en cada movimiento. Porque Céline no es feliz, por lo menos acá en el psiquiátrico no es feliz. Seguramente Jacob no lo era tampoco, pero Céline definitivamente la está pasando mal. Y los padres ni les cuento: bailan con Céline, dicen todo que sí pero cuando están a solas extrañan a su hijo, se culpan, se consuelan. Como ante una desgracia.

Si la primera tentación es pensar que habla de las migraciones de género, o para ser justos, de las migraciones de género tomadas a la ligera como lo hace la psiquiatra, en una lectura más pausada podríamos ver que Jacob no se ha vuelto “una mujer” sino “esa mujer”. Se ha vuelto Céline Dion, como si se hubiera vuelto -con perdón- Napoleón Bonaparte. Una migración de género no es un cambio de identidad por la de otro, esto es otra cosa.

"Céline" y sus padres, en la obra. (Carlos Furman)

Pero, pero pero... para dejarnos incómodos con esa idea, resulta que Céline tiene, en la clínica, un amigo. No es poca cosa: Jacob no tenía amigos y ahora tiene uno con el que hacer chistes, decirse “qué rompebolas sos”, tenerse confianza. Por eso algo cruje cuando Dennis/Céline canta All by my self (Completamente solo). “No quiero estar completamente solo, no quiero estar más solo”.

¿Quién es el amigo? Se llama Philippe y es un hombre blanco que se siente negro. Que decidió que es negro. ¿Ahora sí estamos hablando de políticas de identidad, de la teoría de género?

De eso empezamos hablando, en las butacas del Teatro.

-¿Esta obra es una crítica a las políticas actuales de identidad?

-No sé si podemos utilizar la palabra crítica porque nunca he tenido un enfoque crítico. La cuestión de la identidad, todo el mundo cree que puede resolverla desde el principio de los tiempos. Y nadie puede resolverla. Yo diría que en esta pieza cuestioné la norma.

"Céline" con su amigo "negro", (Carlos Furman)

-La psiquiatra elogia a sus pacientes porque se han emancipado de la biología. ¿Eso no es algo más que la norma?

-Esa es la psiquiatra hablando del tema, ¿verdad?. Pero no soy yo. Emancipación de la biología significa también emancipación de la norma. Porque la biología, en cuanto puede transformarse, puede crear otra norma. La humanidad crea sus propias normas. No tengo un punto de vista sobre la norma.

-Los personajes están en una institución psiquiátrica.

-Los pusieron allí, no fueron voluntariamente.

-¿No es un problema para la salud mental de los demás aceptar que quien diga que es Céline Dion lo es?

-Por supuesto, no podemos aceptarlo, pero de algún modo podemos. Cuando escribí la obra podía encajar muy fácilmente en la lógica de los padres que no pueden aceptarlo intelectualmente, pero sí físicamente. Y en la lógica de Jacob, que ha entrado en un desvarío personal que lo hace feliz.

-¿Y en la lógica de la psiquiatra? Es, quizás, el personaje más difícil.

-Ahí se podría decir que hay una pequeña crítica en la obra. La psiquiatría, al menos la anglosajona y la francesa para algunos. Y entrar con los brazos abiertos en la de la transición de género. Según mi punto de vista, sin la suficiente reflexión.

La psiquiatra, un personaje cuestionado. (Carlos Furman)

-Vos sos una persona con ancestros de distintos orígenes. ¿Cómo viviste la identidad?

-Siempre he sentido que era una ventaja y nunca he pensado que era mejor ser esto o esto o esto... Tomé lo que el azar del nacimiento me dio. Creé mi propia identidad sin pensar en mi identidad. El problema actual para mí es que pensamos demasiado en nuestra identidad. En lo que a mí respecta, no tiene sentido obsesionarse con uno mismo y con quién uno es.

-¿Esta obsesión tiene consecuencias políticas?

-Sí, cuando se convierte en una reivindicación. Cuando sientes que perteneces a una minoría y piensas que esa minoría ha sido y es maltratada. A veces con razón, pero a menudo de forma absurda.

-El personaje de Philippe, el que se cree negro, me hace pensar de qué se trata la obra. Porque podemos pensar que Jacob está loco y punto. Pero ¿Phillipe? Tanta gente se identifica con algo distinto de lo que en principio era..

-El personaje de Jacob es más poético. No cree que es una mujer, cree que es Céline Dion. Son dos cosas muy diferentes. El actor no está interpretando a una mujer, interpreta a Céline Dion. Y Philippe cree que es negro. Igual que hay mucha gente que se cree judía. ¿No es un poco loco también? No lo sé.

La escritora Yasmina Reza.

-Podría ser una construcción cultural. Así como Simone de Beauvoir decía “no se nace mujer, se llega a serlo”, podríamos pensar “no se nace negro, se llega a serlo”.

-Yo cuestiono esa frase de Simone de Beauvoir, creo que es una afirmación equivocada.

-¿Por qué?

-En primer lugar, no entiendo qué significa “ser mujer”. Hay mil formas de ser mujer. Así que ya hay un problema en la frase: ¿no eres nada y te conviertes en todo? Es una frase bonita, que suena interesante. Pero si realmente la analizas no lo es. Es cierto que hoy en día se la interpreta como que no hay nada femenino en una niña. Lo cual no creo que sea cierto.

-Hay ya varias adaptaciones de la obra. Una en Nueva York, en Alemania.. ¿Cómo ves la de Alfredo Arias?

-La versión francesa la hice yo misma. La versión alemana la hizo otro director que yo no conocía y que es muy bueno. Y Alfredo hizo su versión de la obra, es decir, tomó el objeto de la obra y lo reconstruyó. Ha cambiado el orden de ciertas cosas, ha hecho cortes... Me desconcertó un poco, obviamente, ver mi pieza fuera de mi orden. No es tan fácil. Pero él le aportó su propio universo creativo y fantástico. Me parece muy interesante y, obviamente, muy diferente.

El director Alfredo Arias.

-Alfredo Arias dice que para él, el personaje principal era el padre. El padre se culpa por lo que pasa, cree que es por no haber sido un hombre fuerte. ¿Pasa algo hoy con los hombres?

-Es interesante. Hoy estaba escuchando una noticia a quince días de las elecciones americanas. Decía que Donald Trump está subiendo en las encuestas porque ha tomado una opción muy viril, muy masculina, diciendo “No dejemos que el MeToo nos hunda. Los hombres somos hombres. Las mujeres deben ser protegidas por nosotros, los hombres”. Y los hombres son tan diferentes entre sí como las mujeres. Es una locura ver al hombre de una manera virilista o ver al hombre de una manera completamente frágil: hay de todo y para todos. Y eso tampoco tiene nada que ver con la sexualidad.

-Por eso se destaca el padre.

-La figura del padre me interesó mucho, no estoy lejos de pensar que es mi personaje favorito. Pero porque los hombres, me parece, tienen más deseo de continuidad con sus hijos que las mujeres. Tengo la impresión de que se trata de la paternidad más que de la masculinidad. He oído a muchos hombres en mi vida decir “Me gustaría que fuera más como yo”. Y entonces el hijo se les escapa por completo. Y este dolor del padre me interesó mucho.

Los padres de "Céline", desasosegados. (Carlos Furman)

-Te voy a hacer una pregunta elemental. ¿De dónde sale todo esto?

-Ya había escrito sobre estos personajes en un libro llamado Felices los felices. En aquel momento escribí sobre ellos porque mi hijo, mi verdadero hijo, cuando era pequeño, era un gran fan de Céline Dion y hacía conciertos en su habitación como Céline Dion.

-Como Céline Dion..

-Lo escribí después de un tiempo, cuando mi hijo, afortunadamente, ya no era Céline Dion. Quiero decir, en realidad nunca se convirtió en Céline Dion. Sólo hacía conciertos como Céline Dion. Pero sí se convirtió en cantante. Y me divertía imaginando qué habría pasado si hubiera sido cada vez más Céline Dion y si realmente pensara que era Céline Dion.

-¿Y tuviste miedo?

-No, no, pero... cuando su padre lo vio dando conciertos vestido y con peluca, se puso como loco. Y eso me hizo reír. Su padre estaba consternado.

Ficha

James Brown usaba ruleros

Estreno: Jueves 31 de octubre.

Dónde: Teatro Sarmiento (Av. Sarmiento 2715)

Dirección: Alfredo Arias

Elenco: Marcos Montes, Claudia Cantero, Dennis Smith, Adriana Pegueroles y Juan Bautista Fernandini.

Traducción: Gonzalo Garcés

Duración: 65 minutos

Entrada: $ 9.000 - Jueves $ 5.000