Jamie Smith es un anónimo ciudadano británico de 35 años, pero Jamie XX (su nombre artístico) es una celebridad del pop electrónico oscuro e hipnótico. A los 20 años apareció como la mente maestra de The XX, una de las grandes apariciones del género en este siglo. El álbum debut del trío que compartía con una cantante (Romy) y un bajista (Oliver Sim), fue ganador del premio Mercury -el mayor de Gran Bretaña- y recibió elogios como portador de un “nuevo” sonido y pasó a integrar la élite de la modernidad musical británica exportada al mundo. Tocaron en Buenos Aires varias veces, dejando una estela de misterio y melancolía a través de delicadas canciones pop levemente bailables, con remarcable minimalismo instrumental.
Pero The XX ya fue, o al menos está en pausa. Mientras tanto, el trabajo extracurricular de Smith acumula millas en estudios y clubes de todo el mundo. La fama de su banda pero más que nada, el prestigio de los sonidos que concibe aumentaron sus acciones el mercado global de la música.
Buena parte de ese prestigio vino después de su primer disco solista, In Colour (2015), un bello testimonio de aquella música que resuena en su cabeza. También asumió remixes de alto perfil (Adele, Radiohead) y tomó pesados y costosos trabajos de producción (Drake, Alicia Keys). Hace un mes, nueve años después de su debut en solitario, publicó In Waves, otro ejercicio de estilo más electrónico (bailable) y menos pop que su antecesor.
Con semejantes antecedentes, su espectáculo de la noche del martes en Buenos Aires representó un pequeño acontecimiento para siempre activa escena indie porteña. El muchacho tiene pedigrí y aura. En vivo, Jamie XX “pone” esa música en vivo -esa es la curiosidad de este tipo de shows, un ser humano detrás de un complejo de bandejas y laptops, desde donde dispara los temas que a veces son largas cabalgatas bailables.
Así, a lo largo de poco más de una hora y media de performances en el espacio C Art Media del barrio de Chacarita -un ámbito ideal para este tipo de shows-, paseó por sus creaciones solistas, las más nuevas y las más viejas, del disco de los colores al de las olas. Incluso hubo un momento The XX, o al menos con la participación de sus compañeros Romy y Oliver Sim en “Waited All Night”, incluido en su nuevo álbum.
Hubo a lo largo de la noche, altas tensiones de ritmo bailable con evidentes influencias españolas y brasileñas (en el hemisferio norte sonarán a excentricidad cool, aquí en el sur pueden provocar tal vez un poco de perplejidad) y una sorpresa disruptiva, dentro de un hipnótico período de música para bailar (pero no tanto, por momentos).
¿Volvieron los 90?
Si volvieron los años 90 no fue una pregunta económica ni de estilo presidencial, simplemente emergió cuando el dj británico sorprendió y puso a bailar a la pequeña multitud con “Ritmo de la noche”, aquella canción de algún verano de esa década, popularizada en el circuito de discotecas en el Mar Mediterráneo por los belgas de Mistyc y que también explotó en Argentina con The Sacados, al punto de convertirse en nombre y música leiv motiv de popular show de televisión de los domingos a la noche. Hubo sorpresa, sonrisas y por supuesto, baile.
En fin, una pequeña anécdota. La boutade de un artista en pleno desarrollo creativo que trajo a Buenos Aires su lectura de la música para bailar, aquí y ahora. La música electrónica, una denominación genérica que engloba multiplicidad de estilos, siempre parece estar en constante mutación y Jamie XX es un avanzado intérprete.
[Fotos: Nadia Guzmán]