La artista argentina Ana Gallardo se encuentra en el medio de una polémica en México por su obra “Extracto para un fracasado proyecto”, que tras críticas y protestas devino en que se retirara la pieza de una exposición en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
A través de las piezas “Extracto para un fracasado proyecto” —un texto tallado en la pared de gran tamaño (15 x 5 metros) y una videoinstalación— , que formaban parte de la muestra Tembló acá un delirio, la artista fue acusada de revictimizar a las mujeres de la Casa Xochiquetzal, un refugio para mujeres, la mayoría de la tercera edad, que ejercieron el trabajo sexual, lo que provocó, en varios casos, que fueran excluidas por sus familias y otros sectores de la sociedad.
En un video publicado -y retirado- en el canal de Youtube del museo, Gallardo aseguró que se acercó a la Casa, a la que denomina como geriátrico, con la propuesta “específica, de que quería trabajar con la memoria de las viejas”, a lo que la directora le pidió que realizara 70 horas de servicio social cuidando a una mujer llamada Estela, quien falleció al mes y medio de comenzados los encuentros.
En una parte de la exposición, que reúne varios proyectos de Gallardo, se encontraba el texto tallado en la pared que contenía frases como “allí viven viejas putas callejeras muy viejas”; “ella no quería eso de mi, quería que cuidara a Estela, una vieja puta y enferma”.
La polémica, que inició en redes sociales, se centró en que se consideró que algunas de las frases eran ofensivas y estigmatizantes hacia las residentes de la casa, y durante la semana pasada, manifestantes realizaron pintadas en las instalaciones del museo expresando su disconformidad.
Entre los espacios que se manifestaron en contra de la obra se encuentran RedLab, una organización que desarrolla procesos colaborativos para el sector artístico y cultural, que aseguró que la pieza “debe ser visibilizada por atentar en contra de los Derechos Humanos de una persona en Casa Xochiquetzal”.
La controversia se expandió aún más cuando desde la Casa expresaron su descontento a través de una carta pública dirigida al MUAC y a su curadora asociada, Alejandra Labastida, en la que se denunció que Gallardo no cumplió con el compromiso de cuidar a Estela como había afirmado y que la artista grabó material sin el consentimiento de la mujer. Además, se criticó el uso de términos despectivos en la pieza, lo que fue visto como una falta de respeto hacia la identidad de las habitantes del espacio.
“Ana Gallardo falta al respeto a la identidad de las habitantes de la casa, revela el nombre de Estela, graba y muestra la parte de afuera de la casa, miente, difama, insulta, revictimiza, violenta, afecta a las mujeres, y todo esto con presupuesto público y validado por el MUAC”, expresaron desde la Casa en un texto publicado en Facebook.
Y agregaron: “Ana Gallardo usa como insulto la palabra “puta” y la expresión “hija de puta” en repetidas ocasiones, que si ya de por sí son insultos misóginos, al ser dirigidos precisamente a la Casa Xochiquetzal, a su entonces directora y a sus habitantes, se vuelven todavía más graves”.
“No fue la muerte de Estela lo que mermó su posibilidad de concluir. Si ella hubiera estado cerca de la casa, sabría que las palabras ‘prostituta’ y ‘puta’, son palabras dolorosas para las habitantes de la casa, y ahora con esta pieza las está revictimizando e impulsa a la gente a nombrarlas de esa forma”, enfatizó la Organización No Gubernamental.
También en redes sociales, la vocera de la Casa, Minera Valenzuela expresó: “Sabemos que en nombre de la libertad de expresión puede alegar que puede decir lo que quiera, pero lo que no puede es vulnerar la identidad de una compañera y de la casa. Si ella cree que está colaborando en algo al poner mentiras e insultos en una pieza, insultos a un grupo de mujeres que toda la vida han vivido violencias de manera sistemática y es ella la que se pone como víctima por haberle pedido que diera tiempo a la casa a cambio de permitirle realizar su proyecto personal financiado por el FONCA (NdR: Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) ¿Si le parece muy insultante cuidar a una mujer enferma, qué diálogo puede haber con ella?”.
Por su parte, el MUAC, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), emitió un comunicado reconociendo una “falla significativa” en la exposición y ofreció disculpas a las personas afectadas. En ese sentido, la institución destacó su compromiso con la libertad de expresión, pero también subrayó la importancia de la solidaridad con las poblaciones vulnerables.
Tras un encuentro con representantes de la Casa Xochiquetzal, el museo decidió retirar las piezas de la exposición “mientras se lleva a cabo un proceso de revisión por parte de las instancias universitarias correspondientes” y anunció la organización de un foro público para discutir “las implicaciones de la experiencia”.
La obra no es de por sí nueva, ya que Gallardo, quien reside en México desde los ‘80, la realizó en 2014 para una muestra de la galería española Oliva Arauna y formó parte de la exposición “Tembló acá un delirio”, entre marzo y julio de este año, en el prestigioso CA2M Centro de Arte Dos de Mayo de la capital española, con curaduría de Alfredo Aracil y Violeta Janeiro.
Otras de las grandes críticas llegó de parte de la crítica de arte mexicana Avelina Lésper, quien en su canal de youtube, se pronunció en contra de la exposición, calificándola como un “crimen de lesa humanidad” por violar la intimidad de personas vulnerables.
“Lo que hizo, escúchenlo muy bien, y escúchenlo ustedes los curadores y que lo escuche Ana Gallardo, y que lo escuche el MUAC, es un crimen de lesa humanidad, porque entraron en la vida de una persona completamente vulnerable, inconsciente de lo que estaba pasando, incapacitada para mostrar su rechazo. y en un estado de total desamparo (...) todo esto avalado por el equipo del MUAC y que además está patrocinado obviamente con recursos públicos y por toda la academia, la supuesta estricta academia que gobierna este museo”, dijo Lésper.
Ana Gallardo (Rosario, 1958) es reconocida por su enfoque en el arte político, a partir del cual desafía las nociones tradicionales del arte contemporáneo al integrar temas de feminismo y teorías de género en su obra. Su producción artística, que abarca desde el dibujo y la pintura hasta el video, el texto y la performance, se caracteriza por utilizar materiales y soportes frágiles e inestables.
A lo largo de su carrera, Gallardo desarrolló obras que oscilan entre la intimidad y la presentación pública, abordando temas como la familia, el trabajo, la vejez, el sistema del arte y la violencia contra las mujeres. Sus piezas están impregnadas de historias personales y colectivas, impulsadas por el deseo de visibilizar las violencias estructurales y explorar emociones no hegemónicas en la sociedad capitalista.
Su obra ha sido exhibida en la Galería Ruth Benzacar en Buenos Aires en 2019, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2015), el Museo Es Baluard en España en 2017, el Museo Jumex en México en 2018, y el Parque de la Memoria de Buenos Aires (2022), entre otros. Además, su participación en exposiciones colectivas ha llevado su arte a instituciones como la Kunsthalle Lund Art Gallery en Suecia y la Maison Rouge en París.
Gallardo también ha sido parte de importantes bienales internacionales, como la 56ª Biennale di Venezia en 2015 y la 29ª Bienal Internacional de Arte de São Paulo en 2010 y la 12ª Bienal del Mercosur en 2020. Desde hace varios años organiza espacios independientes, como la primera feria para espacios autogestionados conocida como “Periférica” y el Espacio Forest. Actualmente es docente en la escuela de arte SOMA y lleva adelante los centros IMÁN y La Verdi, en Ciudad de México.