Los Museos Vaticanos desvelaron el martes la versión restaurada del famoso Apolo del Belvedere, una escultura emblemática del siglo II, tras casi cinco años de trabajo con tecnología de punta.
Considerada la quintaesencia de la belleza y el arte, esta estatua de mármol de 2,24 metros representa al dios Apolo caminando con el brazo izquierdo extendido tras disparar una flecha con su arco.
Su restauración, que costó unos 280.000 dólares, fue decidida tras detectar en 2019 “graves daños estructurales”, explicaron los responsables en una rueda de prensa.
Gracias al trabajo colectivo de expertos e ingenieros y a la inserción de un soporte trasero de fibra de carbón anclado en la base, la estatua fue estabilizada. Fue presentada este martes al público entre aplausos en el Museo Pío-Clementino.
“Lo más difícil” fue “no tocar nada de la escultura”, evitando moverla y desmontarla, explicó Guy Devreux, responsable del taller de restauración. “Encontramos este nuevo sistema, que es un sistema estructural dinámico basado en el uso de fibra de carbono (...) y que, utilizado de la manera correcta, puede dar resultados extraordinarios”.
Para la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, “el principal reto era tener el valor de retirar un icono tan importante para los museos” y “tomar decisiones (...) que también requirieron mucho tiempo”.
La estatua fue descubierta en Roma en 1489 entre las ruinas de una antigua domus y fue llevada al Vaticano por el papa Julio II (1503-1513).
Los restauradores también sustituyeron la mano izquierda por un molde extraído de la “mano de Baia”, es decir el fragmento de una copia de yeso realizada en época romana de la estatua griega original.
En realidad, la estatua es una réplica realizada en un taller de copistas de bronce realizada en Grecia alrededor del año 330 a.C. atribuida a Leochares, uno de los artistas más famosos de su época.
Fuente: AFP. Fotos: Andreas Solaro/ AFP y Guglielmo Mangiapane/ REUTERS.