A Osvaldo Golijov se le acababa el tiempo. El compositor argentino -autor de la música de Megalópolis, de Francis Ford Coppola- había sido comisionado por el Tanglewood Music Center para una ópera de cámara que se representaría en el verano de 2003. Y con la fecha límite a solo unos meses de distancia, su idea original no estaba funcionando. “No llegó a ninguna parte. No tenía nada”, recuerda el músico nacido en La Plata.
Felizmente, un amigo le presentó al dramaturgo David Henry Hwang, y acordaron colaborar en una pieza sobre una figura histórica que ambos admiraban: Federico García Lorca, el dramaturgo y poeta español asesinado por las fuerzas fascistas al comienzo de la Guerra Civil Española.
Por necesidad, la colaboración procedió rápida y furiosamente. “Estaba tan presionado por el tiempo que comenzó a enviarme páginas por fax, una por una”, comenta Golijov. “Ni siquiera sabía cómo iba a terminar la cosa ni nada”. Hwang escribió el libreto en inglés y Golijov lo tradujo al español.
De alguna manera, el resultado, Ainadamar, se estrenó a tiempo. Fue representada en forma revisada dos años después en la Ópera de Santa Fe (Nuevo México), y ahora llega a la Metropolitan Ópera House de Nueva York en una producción de la directora y coreógrafa brasileña Deborah Colker que se presentará durante nueve funciones a partir de este martes 15 de octubre. El título es una palabra árabe que se traduce como “fuente de lágrimas” y se refiere a un manantial en las colinas sobre la ciudad de Granada, el sitio donde Lorca fue asesinado en 1936.
Hwang dijo que él y Golijov estaban “conmovidos por el hecho de que Lorca había predicho hasta cierto punto su propio asesinato”. Su primera obra, Mariana Pineda, cuenta la historia de una heroína española del movimiento liberal del siglo XIX que fue ejecutada por negarse a traicionar a sus camaradas. Margarita Xirgu, que protagonizó esa obra, se convirtió en la musa de Lorca, y cuando huyó a Cuba intentó sin éxito persuadirlo para que se uniera a ella.
Al principio, Hwang decidió que Xirgu, en lugar de Lorca, fuera el personaje principal de la ópera. “Me gustó la idea de crear Lorca a través de los recuerdos de Margarita”, cuenta Hwang. “Siento que, en general, cuando se trata de una figura emblemática, es interesante verla reflejada a través de las percepciones de aquellos que tuvieron algún tipo de relación íntima con ella”.
Un giro inesperado surgió cuando Golijov se dio cuenta de que Tanglewood ya había reunido un elenco para la ópera que no había escrito, y que todas eran mujeres. “Y había una que tenía una voz oscura extraordinaria”, afirmó. “Se me puso la piel de gallina. Le dije a David, ¿qué tal si hacemos de Lorca una mujer?
Así que lo que muchos críticos han visto como un guiño a una tradición operística de hacer que una mujer interprete a un hombre joven en un “papel de pantalones”, en realidad surgió por necesidad. En la Met, el papel de Lorca será cantado por la mezzo Daniela Mack. La soprano Angel Blue es Margarita. La soprano Elena Villalón interpreta a Nuria, la protegida de Margarita y el cantaor Alfredo Tejada es el político que organizó la ejecución de Lorca. Dirige Miguel Harth-Bedoya. La ópera, de 90 minutos, se representa sin intermedio.
Cuando la producción se estrenó en Glasgow, Escocia, en 2022, Rowena Smith en The Guardian describió la partitura de Golijov como “un collage de influencias, que cambia con fluidez desde el flamenco y la música electrónica hasta el lenguaje clásico de la ópera del siglo XIX”.
“En esta producción, el lenguaje musical encuentra un espejo en la impactante puesta en escena de Deborah Colker”, agregó. Colker, que nunca había dirigido una ópera, dice que abordó la puesta en escena como una coreógrafa, con cantantes y miembros del coro uniéndose en el flujo continuo de ritmos de danza. Reclutó a un coreógrafo flamenco, Antonio Najarro, para que la ayudara.
“Quiero movimiento constante”, revela Colker. “Quiero que el público no reconozca quién está bailando, quién está cantando. Todo el mundo está moviendo los decorados, construyendo las barricadas, las mesas donde la gente baila en los bares españoles”.
El propio Golijov admite que el trabajo de Colker le pareció revelador. “He visto decenas de producciones y esta es la que realmente me hizo descubrir cosas en la pieza que no había descubierto”, dijo. “Ella tiene los movimientos tectónicos, los movimientos geológicos muy lentos que están en la estructura de la ópera, así que cuando crea un clímax, es 10 veces más explosivo porque sabe cómo construirlo”.
Yuval Sharon, director artístico de la Ópera de Detroit, cuenta que cuando su compañía puso en escena la producción, “prendió fuego a nuestro público. Nunca antes habían visto algo así”.
Para Golijov, que su ópera se represente en Nueva York es especialmente dulce dada su problemática historia con la compañía. Se le había encargado componer una nueva pieza para la temporada 2018-19. Pero en 2016, la Met canceló el encargo, citando la falta de progreso del compositor. “Tuve unos años de mucho depresión”, reconoce Golijov. “Escribí mucho menos, y creo que se asustaron de que nunca terminaría la ópera”.
En los últimos años, ha vuelto a ser productivo, componiendo un ciclo de canciones, Falling Out of Time, un concierto para violín y otras piezas. Trabajó con Francis Ford Coppola y está comenzando a trabajar en una nueva ópera, inspirada en lo que él llama una fascinación de toda la vida con Laika, la perra soviética que se convirtió en la primera criatura viviente en orbitar la Tierra.
¿Espera que eventualmente también pueda ver una producción en la Met? Golijov confiesa que después de la decepción anterior, “creo que me aman, pero no confían en mí. “Está bien”, agregó, “porque si es lo suficientemente bueno, terminará allí”.
Fuente: AP
[Fotos: AP/ The Metropolitan Opera New York]