Ritual de lo habitual: el arte disfuncional de Mike Kelley se exhibe en la Tate Modern

La muestra “Ghost and spirit” del disruptivo artista conceptual estadounidense combina fotografías, pinturas y contenidos multimedia que cuestionan un sentido común “artificial”

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Video promocional de la muestra "Ghost and spirit", de Mike Kelley, exhibida en la Tate Modern de Londres

Mike Kelley y su particular visión del arte disfuncional llegan a la Tate Modern de Londres, ofreciendo al público una exposición que desafía las normas y expectativas sociales a través de una variada gama de formatos. Fiontán Morán, comisario de arte internacional de la Tate Modern, detalló que la exposición se centra en “hacernos cuestionar su significado en un contexto diferente”. La muestra se extiende hasta marzo de 2025, permitiendo a los visitantes sumergirse en esta exploración artística de la disfuncionalidad.

La exhibición póstuma de Kelley incluye fotografía, pintura, contenido multimedia e incluso textiles, como reflejo de su creencia en la creación artística como una “realidad disfuncional”. Morán expresó que Kelley intentaba revelar “cómo todos estos rituales, que quizá damos por sentados en nuestro día a día, son artificiales”. Su obra se caracteriza por inducir una reflexión crítica sobre la cultura establecida, abordando temas desde películas de terror hasta festividades como Halloween.

La estética de Kelley inspira
La estética de Kelley inspira a nuevas generaciones de artistas

Morán explicó que Kelley veía a los adolescentes como “adultos disfuncionales”, ya que “muestran la verdad de una forma, que no les importa las normas sociales”. Este análisis se refleja en diferentes salas temáticas de la muestra, como ‘Mitad hombre’, ‘Isla de Monos’ o ‘Juegos de rol’, donde los visitantes pueden experimentar la subversión presente en sus obras. Morán señaló la intención del artista de “alterar de alguna forma lo que damos por sentado de muchas cosas”.

Dentro de estas salas, los asistentes encontrarán composiciones con juguetes de peluche, tapices con palabras soeces y libros de historia intervenidos con grafiti. Las diversas piezas presentan una mezcla de referencias juveniles y una crítica mordaz, emulando la rebeldía de un “adolescente malhumorado caprichoso”. Esta colección es un testimonio del enfoque irreverente de Kelley, su habilidad para jugar con el significado y la percepción convencional, algo que cautiva a tanto coetáneos como artistas más jóvenes.

Mike Kelley retratado como "The
Mike Kelley retratado como "The banana man" (1983)

La relación de Kelley con el arte se reflejaba no solo en su estética, sino también en su capacidad para inspirar a otros. El experto español remarcó cómo su obra sirve de musa no solo para sus contemporáneos sino también para nuevas generaciones de artistas. Kelley buscaba “crear cierto tipo de confusión, cierto tipo de disrupción”, afirmó Morán. La nostalgia, el desasosiego y una cierta dosis de humor negro impregnan las variadas piezas en exhibición, elementos que desprenden su desdén por los límites creativos.

El enfoque de Kelley hacia el arte también es visible en su fascinación por modificar objetos cotidianos y convertirlos en obras llenas de significado. La exhibición muestra cómo su interés por los objetos infantiles como juguetes, así como imágenes icónicas, eran utilizadas para subvertir y desafiar normas tradicionales. Morán destacó que Kelley “pensó que el arte debería ser lo mismo: una realidad disfuncional.”, una realidad donde el espectador es invitado a repensar lo que parece obvio.

En resumen, esta retrospectiva en la Tate Modern constituye no solo un homenaje a Mike Kelley, sino una invitación a explorar la complejidad y la subversión dentro del arte contemporáneo. Es una oportunidad para que el público observe el mundo a través de una lente que redefine aquello que se considera socialmente aceptable.

Fuente: EFE

[Fotos: Prensa Tate Modern London]

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