Una mirada íntima de Atahualpa Yupanqui, el hombre y el mito

El director de “Un trashumante” cuenta el proceso creativo del documental que se estrena esta semana, dotado de material de archivo personal del arte y testimonios de su círculo de amigos y familia

Trailer de "Atahualpa Yupanqui, un trashumante", de Federico Randazzo Abad

Atahualpa Yupanqui. Un trashumante es un documental sobre las travesías de un cantor errante que se convirtió en protagonista de la cultura universal. La película muestra a Yupanqui atravesando el siglo XX como una figura central no solo de la música, sino de la poesía, la investigación cultural o la filosofía.

Esta ópera prima apela a archivos inéditos y fragmentos de películas, entrevistas o conciertos para darle la voz a Yupanqui como narrador principal. Luego enciende la cámara para visitar Cerro Colorado en Córdoba, Francia y Japón. Las voces dialogan con una selección de archivos de fotos, postales, cartas y periódicos; y videos que evidencian cerca de diez soportes diferentes, desde una producción cinematográfica hasta un asado doméstico.

En el rescate del personaje aporta testimonios desconocidos, una serie de voces femeninas derriban varios mitos que rodean al personaje, y un hallazgo en Tokio da cuenta de la dimensión internacional de Yupanqui. Hay quienes creen que Atahualpa es un personaje discontinuado. A mi me gusta pensar que nos está esperando en el futuro con la sabiduría de su obra. Algo de eso encuentro en las citas actuales que hacen artistas tan disímiles como Trueno o Patti Smith.

El filme recorre lugares significativos de su vida como Cerro Colorado, París y Tokio

La película nace en una inquietud que teníamos con mi equipo por digitalizar cintas de video que Roberto “Coya” Chavero (hijo de Atahualpa y Nenette) conservaba como parte del enorme y por entonces disperso archivo personal de Atahualpa. El guión se fue armando a medida que aparecían registros en diversos formatos. Nos encontramos con un material inabarcable. De los todos los perfiles posibles de este hombre inquieto, nos quedamos con su actividad como trashumante del siglo XX.

Allí encontramos tres grandes movimientos donde lo percibimos como un mito popular a contramano de su tiempo. Cuando el movimiento masivo fue del campo a la ciudad, Yupanqui se lanza a recorrer Sudamérica a caballo. 20 años después el pueblo trabajador se adhiere al peronismo, él se afilia al comunismo y es censurado, encarcelado y exiliado. En los años ́60 y ́70 cuando América Latina recupera los orígenes rebeldes, Atahualpa lo observa radicado en Europa. El documental da cuenta de esos tres movimientos donde se consolida como una figura central e ineludible de la música y la cultura, al mismo tiempo que su relación con la Argentina transita un diálogo de tensiones.

El documental apela a material inédito y diverso: desde fotos y postales hasta fragmentos de películas

Registro de cámara

La cámara del documental visita tres territorios distantes que son Cerro Colorado en Córdoba, París y Tokio. En Cerro Colorado aparece Roberto “Coya” Chavero, único hijo de Atahualpa y Nenette y presidente de la Fundación AY, recorriendo la casa donde fue criado y hoy funciona como Museo Agua Escondida y Café Nenette. En París son varios los testimonios que aportar documentos gráficos y videos que van desde la consagración de la mano de Edith Piaf en 1951 hasta las rabietas periodísticas que le hicieron fama de chinchudo. En Japón, el entrevistado resulta un hallazgo. No solo porque se trata de Hiro Hamada, traductor, amigo y guía de Atahualpa en Tokio, sino también porque murió pocos meses después de la grabación.

En un formato de entrevista clásico aparecen otro testimonio entre quienes se destaca el investigador y escritor Sergio Pujol, biógrafo autor del libro En nombre del folclore, quien a lo largo del documental sitúa la biografía de Yupanqui en diálogo con su obra y el contexto.

Atahualpa, una personalidad potente

La personalidad de Yupanqui es un folclore en sí mismo, y todos quienes lo conocieron reproducen anécdotas con un remate irónico o sarcástico. La película lo muestra en su solemnidad o respuestas despectivas; pero como un intento de no caer en la tentación de lustrar el bronce del mito. Cuando tenía 8 años, Atahualpa me sentó en su falda y me retó por estar jugando mientras él hablaba. Estábamos en el patio de la panadería y casa de mis abuelos, en una de las derivas de la relación de mi padre con Yupanqui.

Atahualpa Yupanqui fue una figura central en la cultura argentina del siglo XX

30 años después, el fruto de esa relación me puso frente a esta aventura de hacer una película con los archivos personales de semejante figura. Luego de dedicarle mucho tiempo en el transcurso de los diez años que pasó desde entonces; la decisión fue dejar circular la voz y las canciones de Atahualpa confiando en esa misteriosa forma ancestral de compartir la palabra, que a veces se parecía a un reto.

Voces de mujeres

En el film recuperamos las voces de varias mujeres importantes en la trayectoria profesional y la vida personal del artista. Una de ellas es Isabel Aretz, célebre pionera de la etnomusicología argentina y en las grabaciones de cantos regionales, quien sumó a Yupanqui a su grupo de trabajo. El documental muestra imágenes tomadas en 1939/40, de las tareas de campo donde se registran por primeras canciones de distintas comunidades. Aretz explica su tarea mientras la vemos grabar un vinilo a cielo abierto.

Otra de las voces es la de Fabiola Orquera, reconocida investigadora con títulos de Doctora en Tucumán y Master en arte en EEUU; pero sobre todo tucumana y yupanquiana. La vemos investigando en el archivo del centenario diario La Gaceta de Tucumán. Su testimonio es valioso porque le pone voz y rostro a lo que fue un auténtico trauma: la relación de Atahualpa con la provincia que le había dado todo. Duelo eternizado en “Adiós Tucumán”, canción que nunca interpretó en vivo amenazado por la emoción. Orquera, en Tucumán, repasa el matrimonio de Roberto Chavero con Lía Valdez, una reconocida pianista tucumana y miembro de una familia destacada. Muestra la foto de aquella maestra de piano de cientos de tucumanos que en su juventud tuvo dos hijos con el artista viajero.

La relación de Atahualpa con Argentina estuvo marcada por tensiones y exilios

Luego aparece la que será la mujer clave en la vida de Atahualpa, Antonietta Paule Pepin Fitzpatrick, conocida por todos como Nenette, (aunque sus composiciones fueron registradas como Pablo del Cerro). Es un personaje central en la vida de Yupanqui no solo porque le compone muchas de sus mejores canciones, sino porque lo acompaña incondicional en la administración, la crianza, la cárcel, los viajes y la distancia. La película recupera su voz con una reflexión de orgullo francés y fragmentos de las miles de cartas y postales intercambiadas.

En la parte final de la película, aparece otra mujer para derribar otros mitos. Jacqueline Rossi fue la compañera y asistente de Atahualpa en París. Aparece en el Distrito 14 de la capital francesa, visita el departamento donde él vivió. “Muchos decían que vivía en un castillo” dice la mujer que estuvo junto a Yupanqui en el momento de su muerte en Nimes, luego de participar de un homenaje rodeado de gente.

* Atahualpa Yupanqui. Un trashumante se estrena el jueves 3 de octubre en el Cine Gaumont y tiene funciones programadas hasta el miércoles 9 a las 16; 17:50 y 22 hs. Se proyecta también, hasta el sábado 5, en el Festival Audiovisual de Bariloche. El domingo 20 será presentada en el Festival Audiovisual de Neuquén.