Paint is not Dead. Así se llama la performance de Florencia Meucci y Manuel Cucurell. Ganaron el concurso para renovar la fachada de los silos del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRO) y llevaron adelante el proyecto. “La particularidad de nuestra propuesta es que trabaja a la pintura como materia y como acción“, explican en un video. El 28 de julio cayó pintura rosa de la cumbre de los silos —el color está en sintonía con los lapachos, árboles característicos de la zona— y los espectadores vieron el proceso, no solo como obra pictórica, también como performance. Se hizo el domingo, y el martes siguiente también; pero algo salió mal.
Por el viento, la pintura se deslizó inclinada por los antiguos silos de la costanera de la ciudad donde funciona el museo. No sólo parte de las líneas se volvieron diagonales sino que mancharon los árboles que estaban a los pies de la enorme edificación. La Municipalidad de Rosario decidió dar por terminada la obra. “Llevamos ya 45 días en silencio porque creíamos que era lo mejor para la continuidad del proyecto”, dijeron los artistas en un video publicado este fin de semana en las redes sociales del proyecto. ¿Por qué el silencio? ¿Qué fue lo que realmente ocurrió?
La versión de los artistas
Aquel domingo “todo sucedió tal cual lo habíamos planificado” y el martes “la Secretaría de Cultura coordinó un vivo para un medio local, forzando de esta manera a que se realice la acción a pesar de nuestros avisos de las condiciones climáticas adversas”, sostuvieron los artistas. “Consecuencia de esto, con la fuerza del viento y la dirección que tenía tangente a los silos, éste desprendió parte de la pintura del muro afectando el entorno inmediato”, y agregaron: “Ahora que sabemos que aquellos que forzaron la situación aquel día hoy están buscando la manera de detener el proyecto y presionándonos públicamente, no nos podemos callar más”.
Ahora, en diálogo telefónico con Infobae Cultura, Florencia Meucci cuenta esto: “Ese martes íbamos a trabajar sin horarios, pero se sumó este vivo que iba a salir en un medio de Rosario al mediodía. Lo sumaron el lunes después de una reunión al final del día”. Y agrega: “Ya el domingo pudimos comprobar que realmente es mucho trabajo estar ahí arriba montando muchas piezas: cuatro distribuidores, 32 boquillas. Nosotros preferíamos el martes trabajar sin ninguna presión horaria, salvo el corte de calle, y el miércoles realizarlo con la prensa, para todos, como habíamos quedado”.
“El martes cuando salimos había muchísimo viento. Nosotros inmediatamente, a nuestra interlocutora con Secretaría de Cultura, la misma que nos informó del vivo, le propusimos hacer un solo silo, el colindante a la torre, entendiendo que por la dirección del viento era mucho más seguro, ya que por la distancia a la calle no hubiera llegado a afectar el árbol, ni autos, ni transeúntes. Ante este planteo, hubo mucha insistencia para que se realice igualmente en el silo cercano a la calle, ya que era una bajada de Cultura y el corte de calle ya estaba programado”, agrega.
“No queremos desligarnos de la responsabilidad y señalar culpables. Nos parece importante contar cómo fueron las cosas. Porque se está suspendiendo y cancelando un concurso, generando informes que responden al día martes cuando se realizó la acción en condiciones no adecuadas, de las que obviamente nosotros también tenemos responsabilidad. En última instancia fuimos nosotros quienes tiramos. Pero sí queremos dejar claro la posibilidad de seguir y que frenar el proyecto es una decisión medio arbitraria”, sostuvo.
“El domingo funcionó. Hay una prueba. Sí que se manchó el piso, pero es tan sencillo como poner un plástico. Nos asesoramos con organizaciones protectoras de árboles, personas que han trabajado en parques de paseos paisajistas. Nos dijeron, por ejemplo, que los árboles tenían hasta un 15% para que cayera algo. Es como una poda normal. Obviamente lo que pasó con el Kurupi es mucho más y es algo que no se puede repetir. Pero estamos todos de acuerdo en que eso fue un accidente. Además, pasamos el otro día y el árbol está empezando a brotar: el árbol va a sobrevivir. No es una cuestión de que no tiene vuelta atrás”.
“No es que tenés que tener la calle cortada toda una mañana, sino hacer un corte eficiente. Lo que pasó es que en el corte de calle los peatones seguían circulando. La gente que se manchó es porque venía caminando del lado norte y le cayó pintura. Se trata de hacer cosas con más conciencia y responsabilidad”, agregó.
La versión del Municipio
Infobae Cultura también habló con Federico Valentini, Secretario de Cultura de Rosario. Del otro lado del teléfono, afirma que “los artistas presentaron un dispositivo y a la hora de las evaluaciones no funcionó. Estuvieron ocho meses acompañados por equipo de la Municipalidad para el desarrollo de un nuevo dispositivo. Es decir, la Municipalidad no solo habilitó el concurso, sino que acompañó en el proceso de ejecución del nuevo dispositivo, además que pagó el premio acorde a lo que indicaba el concurso. Posterior a eso se da la situación de la performance del día domingo, en el cual nosotros entendemos que ahí el dispositivo ya falla”.
“Los videos así lo demuestran, con la salvedad de que los silos contiguos funcionaron de reparo. Si esa pintura se hubiese dado en alguno de los silos laterales hubiésemos tenido un resultado parecido al del día martes. El martes hubo daño al mobiliario urbano, al arbolado público y daño a particulares, los cuales la Municipalidad respondió por todos en términos económicos”, agrega Valentini, quien se encargó de dejar constancia de todo en un expediente en el área administrativa de la misma Municipalidad. “Están elevamos los informes técnicos”, insiste.
Además, asegura que “es imposible tener mediciones del viento correctas a 32 metros de altura, ya que las mediciones de viento que nosotros tenemos en el país se hacen a dos metros, las cuales nosotros vemos y las que vemos por ciertas plataformas tienen una hora de retraso. Es decir, es imposible tener una medición en tiempo real del viento a 32 metros de altura, lo cual también imposibilita tener dispositivos de tránsito”. “A los artistas les ofrecimos alternativas de hacerlo en otro lado, los cuales no tuvimos respuesta favorable, solo una de carácter pública”, agrega.
“Mi responsabilidad se basa en hechos que están en el un expediente. No podemos confiar en que no va a volver a suceder lo que sucedió y es por eso que decidimos dar de baja el proyecto”, dijo el funcionario y siguió: “La situación a veces requiere de humildad para reconocer un error. Nosotros lo reconocemos y eso nos lleva a tomar esta decisión y también haber atendido a cada uno de los damnificados por esto. No hay mucho más de nuestra parte”.
“En primer lugar, lo que dicen no está expresado en ningún expediente. En segundo lugar, en un trabajo así no nos pueden obligar a hacer algo, y mucho menos algo que sabemos que va a salir mal, en el cual ponen en riesgo su trabajo y su prestigio. Por lo cual, o no sabían que iba a salir mal y lo hicieron igual, o realmente no están en condiciones de tomar decisiones sobre un proyecto de esta envergadura”, concluyó.
¿Cómo sigue todo?
¿Qué sigue después de esto? Por su parte, el Municipio está poniendo en marcha otra iniciativa, pero de otro tipo: un mural hiperrealista. “Frente a este hecho y con la posibilidad de tener los silos, que son los lugares más transitados de la ciudad, optamos por un mural”, dice Valentini, y agrega: “No se puede hacer de nuevo el concurso porque otra vez la Municipalidad tendría que incurrir en un costo. Nosotros para esto hicimos todo un fondeo con una licitación costosa y hay un tiempo que lleva un concurso. De hecho este nos llevó, entre que iniciamos el concurso hasta que se empezó la obra, casi 18 o 20 meses”.
“No estamos en condiciones de que los silos queden así. No se están suspendiendo los concursos. Optamos, entonces, por el mural. Y será con el compromiso y el acompañamiento de empresas que le donan a la ciudad, que es por un tiempo, para que luego se vuelva a hacer el concurso”, concluye.
Por su parte, Florencia Meucci y Manuel Cucurell expresaron en el video que “la performance continúa y el proyecto necesita que la gente siga siendo parte. Pero esta vez de otra manera, necesitamos voces que digan Paint is not Dead. Estamos buscando tener el apoyo que nos permita finalizar la obra porque sabemos que aunque muchos no quieren que sea así, la cultura tiene que estar más viva que nunca”.
“Ante esta injusticia decidimos hacer este video, porque creemos que tenemos que seguir y realmente creemos en este proyecto y su factibilidad para poder lograrlo. Sobre todo porque desde un primer momento lo que más nos entusiasmó es que encontrando un gris en las bases podíamos posibilitar que en las futuras ocasiones que se haga este concurso sean los propios artistas los que puedan ejecutar su obra”, concluyeron en el video.
“La base del concurso dice: el premio, la ejecución y la permanencia de la obra de 2 a 5 años. Nosotros el premio lo invertimos todo y mucho más para construir el dispositivo. Hubo otra reunión informal en la que nos proponen terminar la obra en otro lado, lo cual nos pareció una súper falta de respeto porque no tiene sentido. Es una obra que es específica: está pensada para ese lugar”, le dijo Meucci a Infobae Cultura.
“El concurso es una herramienta democrática en la cual un jurado firma y avala. En esta instancia me parece que las dos partes tenemos responsabilidad. Creo que en lo que se actúa mal es en el procedimiento posterior: uno debería trabajar en conjunto para poder finalizar una obra seleccionada por concurso. Simplemente eso. Es importante que no se corra el foco”, concluyó la artista.