Amor, resistencia y “voguing”: “Reas”, la película de Lola Arias, muestra otra cara de la cárcel

Entre musical y documental, el filme argentino —cuyo actores se interpretan a sí mismos— se presentó en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián

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Amor, resistencia y voguing: “Reas”, la película de Lola Arias, muestra otra cara de la cárcel  (Crédito: Luciana Zylberberg prensa)
Amor, resistencia y voguing: “Reas”, la película de Lola Arias, muestra otra cara de la cárcel (Crédito: Luciana Zylberberg prensa)

La vida de casi cualquier persona detenida daría para una película y así lo demuestra Reas, un documental argentino que se adentra en el género musical y da voz a verdaderas expresidiarias que dejan claro que, además de violencia, en la cárcel hay solidaridad, amor, resistencia o voguing.

“Normalmente la ficción muestra la prisión como un lugar donde solamente hay gente violenta que da y recibe violencia. Después uno no quiere saber nada de estas personas ¿por qué voy a dejarlas entrar en mi casa o contratarlas en mi empresa?”, se pregunta en una entrevista con EFE la directora Lola Arias, que presenta este martes la cinta en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián.

Sus protagonistas son Yoseli, una joven que lleva tatuada la torre Eiffel porque sueña con visitarla; Nacho, que toca la batería en un grupo de música en el que también canta Estefanía, y Noelia, bailarina de voguing. Son personas cis o trans que se interpretan a sí mismas en la película y también cuentan las duras historias que han vivido y los delitos por los que acabaron en la cárcel.

“Normalmente la ficción muestra la prisión como un lugar donde solamente hay gente violenta que da y recibe violencia”, dijo Lola Arias (Foto: Gustavo Gavotti)
“Normalmente la ficción muestra la prisión como un lugar donde solamente hay gente violenta que da y recibe violencia”, dijo Lola Arias (Foto: Gustavo Gavotti)

Entre la realidad y la ficción

La historia de cómo se gestó esta película y cómo continúa después merece ser relatada. Todo empezó en unos talleres de cine y teatro en una cárcel argentina en 2019 que continuaron durante la pandemia. Poco a poco surgió la idea de hacer una película. En 2023, con las alumnas que ya estaban fuera y quisieron continuar, se filmó.

“La película tiene un guion, desarrollo narrativo, de planos, arte, vestuario. Pero son personas que sí estuvieron detenidas y es una cárcel real. Esa fricción entre lo real y lo ficcional es lo que le da más potencia, ese efecto de verdad que tiene la película”, relata su creadora a EFE. La fuerza de esta narración también viene de la mezcla entre el realismo del documental y el género musical, tradicionalmente muy apegado a la ficción, la fantasía y la imaginación.

Pero además, el musical suele representar vidas marginales, como en West side story, pero con actores, cantantes y bailarines bellos que no tienen nada que ver con ese mundo, como remarca Arias, sin querer en ningún momento “romantizar la cárcel”, asegura. De hasta qué punto esta experiencia artística les ha cambiado la vida da testimonio el hecho de que sus protagonistas también han acudido al Festival y han participado este martes a un acto de apoyo al cine argentino contra las políticas del gobierno de Javier Milei.

Entre musical y documental, el filme argentino —cuyo actores se interpretan a sí mismos— se presentó en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián (Crédito: Gema Films)
Entre musical y documental, el filme argentino —cuyo actores se interpretan a sí mismos— se presentó en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián (Crédito: Gema Films)

Los días afuera

Tras San Sebastián, seguirán a Viena y París con la gira de la obra Los días afuera, sobre la experiencia de volver a estar libre tras años en prisión, que se gestó mientras se rodaba la película, en parte para calmar la incertidumbre de qué ocurriría después para sus protagonistas. Lola Arias se siente feliz de que el proyecto siga. “Es más que un proyecto artístico en un sentido tradicional, porque para que estas personas pudieran ser protagonistas de la obra y de la película, tuvimos que trabajar con un montón de abogados, trabajadores sociales, psicólogos y activistas”, comenta.

Esto fue necesario porque la mayoría no podían ser contratadas, estaban totalmente fuera de la sociedad. “Hubo que hacer todo un trabajo de reinserción social que sigue, porque con la obra sigue”, subraya Arias. El proyecto no es solo mostrar su realidad, sino también producir un cambio en esas vidas y un futuro posible, “no para que se dediquen toda su vida al arte, pero que empiecen a recuperar la confianza en sí y en que no se terminó la vida por haber ido a la cárcel”, afirma la directora.

Fuente: EFE

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