El jueves 12, un día después de un nuevo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Carla Calabrese estrenó su adaptación al español del musical Come from Away en Madrid. La obra, que estará en cartelera durante seis meses en el Teatro Marquina del centro de la capital española -con una activa cartelera de teatro musical- relata los conmovedores eventos ocurridos cuando decenas de aviones desviados aterrizaron en la pequeña isla de Gander, Canadá, tras el cierre del espacio aéreo estadounidense.
La directora y productora argentina, explica que el musical se centra en la solidaridad surgida en medio de la tragedia. La comunidad de Gander acogió a más de 7.000 pasajeros varados, brindándoles apoyo, refugio y cariño durante cinco días. Por eso destaca: “es la luz en un momento de oscuridad, una muestra de la solidaridad que despierta en una tragedia”, mencionando asimismo que la obra pretende ser un homenaje al espíritu humano.
El musical se caracteriza por un elenco de quince actores y diez músicos que interpretan melodías de rock celta, combinado con momentos de humor. Según Calabrese, el humor no podría faltar en la obra, ya que es una representación fiel de las tragedias reales donde, incluso en situaciones de duelo, pueden surgir momentos cómicos que potencian la historia con respeto y emoción.
Come From Away no solo revisita un hecho histórico, sino que también ofrece un espacio para reflexionar sobre la inmigración y la empatía. Carla Calabrese resalta cómo la obra invita al espectador a reconsiderar su perspectiva sobre la llegada de extranjeros y la solidaridad en tiempos de crisis.
Estas historias reales transformadas en musical han tocado corazones alrededor del mundo, destacando el poder del arte para iluminar momentos oscuros y celebrando la generosidad humana. La narración, calificada por Calabrese como un documental sobre la vida real y historias heroicas, ha sido recibida con entusiasmo, reflejando el compromiso de la pequeña isla canadiense con los desconocidos y cómo se sienten reconocidos a través de esta producción.
La mayoría del elenco porteño se trasladó a Madrid para presentar el musical, lo que implicó que 50 personas aceptaran una propuesta que significaba no solo un nuevo desafío creativo, sino también un cambio significativo en sus vidas y rutinas. El elenco está compuesto por Gabriela Bevacqua, Sebastián Holz, Melania Lenoir, Fernando Margenet, Argentino Molinuevo, Edgardo Moreira, Silvina Nieto, Agustín Pérez Costa, Federico Couts, Silvana Tomé, Manu Victoria, Lali Vidal, Pato Witis y Fátima Seidenari, a los que se une la actriz española Pepa Lucas. La banda musical está integrada por Santiago Rosso, Santiago Molina, Maximiliano Cataldi, Natacha Tello, Paula Solange Morales, Pablo Mengo, Luis Lattanzi y Tomás Horenstein.
—¿Cómo vivieron ese estreno a sala llena en Madrid?
—La experiencia fue increíblemente emocionante. No solo estábamos estrenando la obra en España, sino que también fue la primera vez que trabajamos con nuestra nueva compañía en este país. Nos sentimos muy cómodos y bien recibidos por el público. La audiencia estaba muy entusiasmada, se emocionaron en varias partes de la obra y nos dieron una ovación de pie. No podríamos pedir más. Estamos realmente felices. Además, escuchar al productor de Broadway elogiando la obra y ver a la prensa española, incluidos los canales de televisión, hablar maravillas sobre la producción nos llena de alegría. Esperamos quedarnos mucho tiempo y que el público siga apoyándonos.
—El estreno de la obra fue justo un día antes del aniversario del 11 de septiembre. ¿Cómo influyó esto en la experiencia?
—No creo en las casualidades, pero es interesante que la fecha de nuestro estreno, el 12 de septiembre, coincidiera tan cerca del aniversario del 11 de septiembre. Dado que es bastante difícil conseguir fechas en teatros en España, nos dieron esta fecha y, de manera inesperada, la rueda de prensa se realizó el 11 de septiembre, justo un día antes del estreno. Todo empezó a coincidir de una manera que nos permitió conectar profundamente con los eventos reales que aborda la obra.
—¿Cuál fue el esfuerzo y trabajo involucrado para que casi toda la compañía que estuvo en el Maipo pudiera participar?
—El esfuerzo fue considerable porque el equipo completo se merecía esta oportunidad. Sabíamos que la mayoría enfrentaba un desafío importante: debían mudarse a Europa por seis meses y ser contratados por una compañía española, ya que The Stage Company España es una compañía local. Esto implicaba una decisión importante para ellos, ya que debían estar dispuestos a quedarse aquí el tiempo necesario para firmar el contrato. A pesar de los retos, aceptaron la propuesta con entusiasmo. Sin embargo, no todos pudieron venir; algunos miembros del equipo y una actriz no pudieron participar.
—Madrid es una de las ciudades más importantes del mundo en cuanto a teatro. ¿Qué significa para ustedes estrenar allí?
—Estrenar en Madrid significa muchísimo para nosotros. En los últimos años, Madrid se ha convertido en un centro importante para el teatro en español, y ser parte de esta escena es realmente valioso. Apreciamos mucho la oportunidad de presentar nuestros musicales en castellano en este entorno tan destacado. Hemos trabajado arduamente en la adaptación de la obra para acercarla al público español, ajustando palabras y modismos específicos. Junto con Marcelo Kotliar, revisamos la adaptación para asegurar que el idioma fluya naturalmente y que los españoles se sientan identificados con la obra.
—Han tenido muchas repercusiones en los medios locales
—Estamos logrando captar el interés poco a poco. Después del estreno de ayer, hemos notado un aumento en la cobertura positiva en los medios: televisión, diarios y revistas están hablando muy bien del espectáculo. Esto, por supuesto, se refleja en las ventas de entradas. También hemos aparecido en principales radios como Radio Nacional y la Cadena SER, y los periodistas que han visto la obra la están recomendando mucho. La sala estaba llena, así que creemos que está yendo muy bien y que seguirá atrayendo a más público.
—¿Cómo estás a nivel personal, considerando que estás actuando en Madrid y también asumiendo múltiples roles en la obra?
—Realmente, poder combinar todos esos roles se debe a tener un equipo de trabajo sólido que me respalde. Coordinar la actuación, la dirección y la producción requiere un sistema bien organizado. Es fundamental contar con un asistente de dirección eficiente, un buen coreógrafo y un buen reemplazo o cover que me permita salir del escenario cuando sea necesario para supervisar desde abajo. Cuando tienes un equipo que te apoya y entiende tus necesidades, todo se vuelve más manejable. Estoy muy contenta porque, aunque en 2018 solo dirigí y produje en Madrid, esta es la primera vez que actúo, dirijo y produzco al mismo tiempo aquí. Estoy disfrutando mucho la experiencia y la gente está valorando muy positivamente todo el trabajo y la puesta en escena.
—La obra aborda una historia específica en un momento puntual, pero trata temas muy universales como la ayuda a los demás, la adaptación y el compañerismo. ¿Cómo logra transmitir esa universalidad?
—La obra tiene un impacto transformador porque, a pesar de situarse en un momento concreto, toca temas universales que resuenan profundamente. Muchas personas nos han dicho que al ver la obra se sienten como si su alma hubiera sido abrazada. Esto ocurre porque la obra reivindica lo mejor de nuestra humanidad. En un mundo donde las noticias negativas suelen ser más prominentes, esta obra destaca las historias de solidaridad y apoyo que a menudo quedan en segundo plano. Muestra cómo, incluso en medio de las peores atrocidades, hay actos maravillosos de humanidad, como la recepción y el apoyo a los extranjeros en momentos de crisis. Todo lo que se narra en la obra es verdad; son hechos reales que ocurrieron en Canadá durante el ataque a las Torres Gemelas, lo que le da aún más fuerza y autenticidad.
—La obra transmite un mensaje muy bueno sobre abrazar y ayudar al desconocido, especialmente en un momento donde en Europa se discute mucho sobre la inmigración. ¿Creés que esta obra puede contribuir a abrir un debate sobre este tema?
—Creo que la obra llega en un momento muy oportuno para reflexionar sobre cómo tratamos a los extranjeros y cómo a menudo reaccionamos con prejuicios. Es importante pensar en nuestra actitud hacia quienes vienen de fuera y considerar si estamos actuando con empatía. La obra invita a reflexionar sobre la necesidad de que las políticas sean más humanas y solidarias, especialmente para aquellos que migran por necesidad. La migración es una parte natural de la historia humana, y todos, en algún momento, hemos sido “el extranjero” en un nuevo lugar. En Madrid, incluso si venís de otra provincia de España, podés sentirte un poco como un “forastero”. La obra nos anima a cambiar nuestra actitud defensiva y a adoptar una postura más comprensiva y respetuosa hacia quienes llegan desde otros lugares.
[Fotos: Naty Martins - gentileza prensa “Come from away”]