Nick Cave, conocido por sus baladas oscuras y tormentosas, publicó este viernes Wild God, un disco que describe como “la luz entrando de nuevo” después de la muerte de dos hijos.
Los últimos álbumes de Cave estaban marcados por las tragedias. Pero esa tristeza ha dado paso ahora a la alegría. Era un nuevo Nick Cave el que el jueves por la noche en Londres saludó a una audiencia de periodistas y algunos fans para presentar el nuevo álbum.
Todavía elegante con su traje oscuro característico y su largo cabello negro, el cantante-compositor, conocido por la intensidad emocional implacable de sus letras, se veía relajado e incluso alegre. Tanto que dijo que Wild God, su 18º álbum con su famosa banda The Bad Seeds, es un “disco alegre”.
“Wild God es el sonido de la cortina siendo retirada y la luz entrando, una luz que a veces se siente casi abrumadora. Hay esperanza. Maravilla también”, dijo.
El músico y cantante australiano de 66 años, con más de 40 años de carrera a sus espaldas llenando salas de conciertos, nunca ha sido convencional. Uno de sus mayores éxitos fue la macabra “Where the Wild Roses Grow” con la estrella del pop australiana Kylie Minogue en 1995. Más recientemente, la inquietante “Red Right Hand” fue elegida como el tema principal de la serie Peaky Blinders.
La música en el nuevo álbum es intensa, suavizada por coros. Entre las pistas que le gustan en particular están “Frogs” y “Conversion”.
Doble tragedia
Es un cambio notable respecto a su último álbum con The Bad Seeds, Ghosteen (2019). Aquel disco estaba impregnado con el recuerdo de su hijo Arthur, de 15 años, quien murió en 2015 al caer de un acantilado en Brighton, en la costa sur de Inglaterra, después de tomar LSD por primera vez.
En 2022, Cave también perdió a otro hijo, Jethro Lazenby, de 31 años, cuya causa de muerte no se ha hecho pública. En ambos caso, Cave ha compartido su dolor con sus fans en canciones y en conciertos.
Pero Wild God marca una nueva fase en ese proceso de duelo. “El disco no evita ciertas cosas. Revela la capacidad de sentir otras emociones”, dice.
Físicamente, Cave parece no haber cambiado en años. “No sé qué fue. ¿Veinte años de adicción a la heroína? Y una buena crema facial”, bromea. Pero la doble tragedia lo ha cambiado profundamente. Recientemente, admitió en la televisión australiana que durante mucho tiempo estuvo “asombrado de mi propio genio”. En ese entonces, su vida consistía en sentarse en su oficina y escribir cada día. Todo lo demás era solo “periférico”.
Sin embargo, desde la muerte de sus hijos, “esto simplemente colapsó completamente y vi la locura de eso, la especie de indulgencia propia vergonzosa de todo ello”, dijo a la emisora nacional australiana ABC.
Su relación con su audiencia también ha cambiado. “Ellos me salvaron en cierto modo”, dice agregando que ha creado un sitio web, The Red Hand Files, como una manera de “darles algo a cambio”. La gente le escribe desde todo el mundo para confiar en él y pedirle consejo sobre cómo enfrentar la pérdida de un ser querido.
Y Cave responde. Recientemente, alguien le preguntó qué lo hace feliz, él explicó que era “mi relación amorosa con la natación en aguas frías” en lagos y en el mar de Brighton donde vive.
“Es una cosa muy extraña lo que sucede con The Red Hand Files. Semana tras semana. Me ha cambiado enormemente. Es como mirar en el alma de mis fans”.
Por ahora, Cave espera con ansias una gira europea a finales de este año, con algunas fechas ya agotadas. “Va a ser increíble”, agrega.