40 años con “Jazzología”, la historia de mi vida

El impulsor del ciclo musical del Centro Cultural San Martín iniciado en septiembre de 1984, cuenta la génesis de la idea, su recorrido temporal y los recuerdos familiares que surgen en este aniversario

Guardar

Nuevo

El ciclo de recitales "Jazzología" cumple 40 años como emblema del jazz en Buenos Aires
El ciclo de recitales "Jazzología" cumple 40 años como emblema del jazz en Buenos Aires

El jazz estaba en mi vida desde antes de salir al mundo. Mis padres organizaban los bailes en el Alabama-Metronome, un club itinerante en el que tocaban los pioneros del género en la Argentina. Muchos de ellos, como el querido saxofonista Enrique Varela, tocaron muchas veces en Jazzología. Yo empecé a escuchar los discos que estaban en la discoteca familiar, hasta que armé la mía y empecé a ir a los conciertos del Hot Club de Buenos Aires a mediados de los 50. Más tarde, conocí el jazz moderno y frecuentaba el Bop Club. Me gustaban las dos corrientes y aunque había pica entre ellos (se referían al otro como “la contra”), no era el único amante de ambos. De hecho, músicos como el pianista Jorge Navarro tocaban exactamente lo mismo en los dos escenarios y cosechaban elogios por igual.

En 1971 ya había hecho algunos programas de radio en las emisoras Municipal y Rivadavia cuando, por esa amplitud en mis gustos, me convocaron para ser el vicepresidente del Círculo Amigos del Jazz. En esos años organizábamos conciertos los martes en el Teatro de la Comedia por los que pasaron, entre otros, el guitarrista Oscar Alemán, la Big Band de Jorge Anders y Walter Malosetti.

Esas reuniones fueron una fuente de inspiración para proponerle a Javier Torre, por entonces flamante Director del Centro Cultural San Martín, un ciclo de conciertos de jazz. Era 1984, plena primavera democrática, y el Centro Cultural era una usina de propuestas artísticas. Yo había asumido como Jefe de Prensa y el plan original era que el ciclo durase tres meses. La entrada era libre y gratuita, al igual que hoy. ¿Quién iba a decir que íbamos a llegar a los cuarenta años?

1984: hora cero de "Jazzología", Carlos Inzillo presenta a Los 7 del dixieland (Canals, Córdoba) y a Eugenio Steiner (clarinetista) en la Sala AB del Centro Cultural San Martín
1984: hora cero de "Jazzología", Carlos Inzillo presenta a Los 7 del dixieland (Canals, Córdoba) y a Eugenio Steiner (clarinetista) en la Sala AB del Centro Cultural San Martín

Desde un primer momento, concebí al ciclo como un espacio abierto a todos los estilos del género. De los spirituals y las work songs al ragtime y el dixieland, de los standards a la proyección folclórica, del bebop al free jazz. No es casual que el primer afiche del ciclo, diseñado por mi amigo Carlos Bruno, tuviera como slogan: Todo el jazz en Jazzología.

Para la primera reunión decidí convocar al cuarteto de Hernán Oliva, un legendario violinista chileno que emulaba el estilo del Hot Club de Francia. Un personaje entrañable que formaba parte del paisaje de la bohemia porteña y que, además, había grabado un hermoso disco de tangos. A esa primera reunión vinieron muchos personajes que con el correr de los años se harían habitués y conformarían el alma del ciclo. En representación de todos ellos nombro a Jorge Mamonne, el jefe de La Guardia Imperial de Jazzología.

El acompañamiento del público es, sin dudas, una de las razones que explican que estemos celebrando 40 años. Del público y de los músicos. Muchos de ellos, antes de subirse al escenario, fueron parte de esa legión de seguidores. No es errado decir que varias generaciones de músicos de la escena del jazz argentino se formaron musicalmente en nuestras reuniones. Y ese es, desde ya, un motivo de orgullo y alegría.

En esa primera temporada se presentaron también artistas como Manuel Fraga, Andrés Boiarsky, Luis Borda, Rubén Distasio, Alfonso Fassi, Chachi Zaragoza, la Caoba, la Creole y la Antigua Jazz Band, y el trombonista danés Erling Kroner, que estrenó la “Suite de la oscuridad”, inspirada en Jorge Luis Borges, con la participación del bandoneonista Julio Pane y la presencia del escritor en la sala.

El guitarrista Luis Salinas, una de los grandes músicos que pasó por el ciclo "Jazzología"
El guitarrista Luis Salinas, una de los grandes músicos que pasó por el ciclo "Jazzología"

Desde entonces pasaron más de 2.300 reuniones, casi dos millones de espectadores y miles de artistas. Muchos de ellos, reconocidas figuras del ámbito local, como Adrián Iaies, Luis Salinas, Juan Cruz de Urquiza, Mariano Loiácono, el Pipi Piazzolla, Tony Salvador y el pionero René Cóspito, y otros de carácter internacional, como el saxofonista austríaco Karlheinz Miklin, la legendaria cantante estadounidense Betty Carter, el guitarrista Chuck Wayne y el baterista Barry Altschul, que tocó con Chick Corea.

Pero la lista es apenas una muestra caprichosa, de un reduccionismo absurdo. Y la satisfacción de haber tenido en el ciclo a figuras legendarias es, para mí, tan grande como la de haber sido, por ejemplo, el anfitrión del debut absoluto de músicos que se volvieron baluartes como el guitarrista Tomás Fraga y el bajista Andrés Pellican, que forman parte de un linaje familiar de grandes músicos y amigos: Manuel Fraga y Ricardo Pellican.

En 2008, el realizador audiovisual Alejandro Guerin apareció en mi oficina con la idea de filmar las reuniones y hacer un programa de televisión para el Canal de la Ciudad. Ya llevamos más de quince temporadas y en 2015 ganamos el Martín Fierro al “Mejor Programa de Música de la TV por Cable”.

El autor de este texto, acompañado por su esposa e hijo, en las primeras jornadas de "Jazzología"
El autor de este texto, acompañado por su esposa e hijo, en las primeras jornadas de "Jazzología"

No es la única distinción que tengo que agradecerle Jazzología. En estos cuarenta años me nombraron Ciudadano Honorario de Nueva Orleans y Personalidad Destacada de la Cultura de Buenos Aires, nos distinguieron con el premio Konex, el premio Prensario y una infinidad de reconocimientos que recibo con orgullo, pero que comparto, indefectiblemente, con todos lo que hacen que el ciclo sea posible: mis compañeras y compañeros del Centro Cultural San Martín, el equipo técnico que, siempre con cordialidad, recibe a los artistas que vienen a tocar. Ellos, las sucesivas autoridades del Cultural, los técnicos, los artistas y el público son la esencia del ciclo. Y mi esposa, Elena, que me apoyó y acompañó durante todos estos años (y ganó fama por su célebre guiso —seco— de lentejas).

Parece mentira que hayan pasado 40 años, parece mentira que los cineastas Javier Hornos y Federico Sotelo, junto al guionista Juan Pablo Granados, hayan decidido hacer un documental que cuente mi historia y la de Jazzología, pero increíblemente ocurrió y no puedo estar más agradecido: Señor Jazz, la película de Carlos Inzillo. ¡Ja!, yo, que además siempre fui cinéfilo, lo pienso y no me lo creo.

Repaso mentalmente las fotos de estos cuarenta años del ciclo y veo a mi hijo, Humphrey, con pantalones cortos en los primeros conciertos. Y ahora es él quien trae a su hija, mi nieta Lulú, transformada en una adolescente que se fascina con los standards. Acaso ese sea el mejor de todos los premios.

*

Guardar

Nuevo

Últimas Noticias