El festival de cine de Venecia mantiene “una sana competencia” con el festival de Cannes, asegura el director de la Mostra, Alberto Barbera, en el primer día de la 81ª Mostra. La presencia de estrellas internacionales “nunca fue tan numerosa”, después de la edición del año pasado muy afectada por la histórica huelga de guionistas y actores en Hollywood, se alegra este ex crítico cinematográfico de 74 años.
Barbera es, desde 2012, el director artístico del festival de cine más antiguo del mundo. Su cargo fue renovado por dos años en mayo, y en su haber tiene haber convertido a la Mostra en una plataforma de lanzamiento para Hollywood y en un trampolín para los Oscar, desde La La Land hasta Roma pasando por Nace una estrella.
Hasta la entrega del palmarés el 7 de septiembre, los flashes brillarán, ya sea para Lady Gaga en la secuela de Joker o Angelina Jolie en la piel de Maria Callas. La llegada del dúo George Clooney - Brad Pitt también será un deleite para los fotógrafos.
“Quizás hace más de veinte años que no había tantas estrellas presentes de tantos países diferentes”, se regocija el “direttore”, en la terraza del palacio con vista al mar y al alfombrado rojo. Para él, su presencia no es un fin en sí mismo, sino más bien “un instrumento para aumentar y multiplicar la atención sobre las películas, el deseo de cine, lo que es una de las razones de ser de los festivales”.
Veintiuna películas están en competencia por el prestigioso León de Oro, entre ellas tres producciones de España y América Latina: La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar (en inglés), El jockey del argentino Luis Ortega y Ainda estou aqui del brasileño Walter Salles. El dominio sigue siendo europeo y estadounidense, alerta Barbera. “Se han presentado muy pocas películas del sudeste asiático, muy pocas del continente africano, y pocas de Sudamérica”, observa.
“Son países que han sufrido más los efectos de la pandemia de Covid y que están volviendo lentamente a ritmos normales de producción”, explica, subrayando no obstante la presencia de “60 países” en las diferentes selecciones.
Asimismo, señala que la concurrencia de las grandes producciones de Hollywood fue cambiando a lo largo de los años. “En 2012, la mayoría de las películas estadounidenses preferían ir a Toronto debido a los costos más bajos y a la facilidad que ofrece el festival canadiense”, explica Barbera. “Ese año no hubo películas de los grandes estudios en Venecia”.
El giro ocurrió en 2013 con el estreno de Gravity (de Alfonso Cuarón) que no sólo abrió el festival, sino que también ganó un Oscar. A partir de entonces, otras películas proyectadas en Venecia también han tenido trayectorias exitosas en los Premios de la Academia, como Birdman, Spotlight, La La Land, La forma del agua y Joker. Según Barbera, este constante reconocimiento ha facilitado convencer a los estudios y a los cineastas estadounidenses de la importancia de estrenar en el festival italiano, destacando la presencia de alrededor de 3.000 representantes de medios.
En este contexto, Joker: Folie À Deux se presentará en Venecia. La primera entrega de la saga generó opiniones divididas mientras competía en este festival, y según Barbera, se espera que la segunda parte, cuya temática es más oscura y creativa, genere reacciones similares. “No será una continuación directa, sino una película completamente inesperada y original”, afirma el director del festival, enfatizando el riesgo y la imaginación de los realizadores detrás de esta secuela.
Fuerza expresiva
Bajo su apariencia glamorosa, el decano de los festivales no escapará al fragor de los conflictos en curso, ya sea en Ucrania o Gaza. “Creo que los documentales de este año en particular tienen una fuerza expresiva, artística y política tan fuerte que seguramente atraerán la curiosidad y la atención del público”, promete Alberto Barbera, citando dos producciones sobre el conflicto ruso-ucraniano “que muestran la guerra desde dos puntos de vista opuestos”. “Espero que sean percibidos como una contribución a la discusión y al conocimiento, y que no se conviertan en rehenes de prejuicios ideológicos y reclamos polémicos que son inútiles”, pide.
Mientras los grandes festivales libran una guerra silenciosa para atraer películas, el director artístico se esfuerza por colocar sus piezas en un tablero de ajedrez siempre dominado por Cannes. “Cannes sigue siendo obviamente el festival más grande del mundo, con el mercado más importante donde convergen decenas de miles de profesionales”, reconoce este ex crítico y veterano organizador de otros festivales en Italia.
“Nosotros apostamos más por la calidad de las pocas películas que seleccionamos, para garantizar un servicio de promoción a todos, ya sean grandes producciones de los estudios de Hollywood o pequeñas películas de todo el mundo”, insinúa. Con Cannes, “hacemos el mismo trabajo (...), ciertamente con un poco de competencia sana, pero es justo que así sea, es inevitable”, concluye Alberto.
Fuente: AFP
[Fotos: REUTERS/Louisa Gouliamaki]