Mientras continúan los tributos por la muerte de Alain Delon, fallecido este domingo a los 88 años, hay incógnitas sobre la dimensión y naturaleza de la despedida al actor en Francia debido a que él mismo rechazó de forma tajante en vida un homenaje nacional, en especial con presencia de políticos.
El intérprete de títulos como “El Gatopardo” o “El Samurái” había expresado su deseo, según detalló este lunes la cadena de televisión BFMTV, de ser enterrado en la más estricta intimidad en su propiedad de Douchy, a unos 130 kilómetros al sur de París, donde tenía su residencia y donde falleció.
Quería ser inhumado, en concreto, en el lugar donde también están enterrados sus numerosos perros, y que su funeral se celebrara en una pequeña capilla que él mismo hizo construir en los extensos terrenos de su mansión de Douchy.
Al margen de esas ceremonias íntimas, los hijos de Delon, por el momento, no se han pronunciado públicamente sobre la posibilidad de admitir algún otro tipo de homenaje. En particular, organizado por el Estado francés como es costumbre hacer con grandes personalidades. Así ocurrió, por ejemplo, con el también actor de la misma generación Jean-Paul Belmondo.
Alain Delon había rechazado públicamente esa clase de tributos solemnes, sobre todo si incluían la presencia de figuras políticas.
“No, no, especialmente no”, había contestado en 2018 a la periodista Catherine Ceylac, en una entrevista en el programa Thé ou Café, al ser preguntado si quería un gran homenaje póstumo como los celebrados por los cantantes Johnny Hallyday o Charles Aznavour. “Se me entierra como a todo el mundo -prosiguió-, pero sobre todo no como a esas personas”.
El Elíseo, por su parte, indicó a la prensa que no hará nada de ese tipo sin el acuerdo de la familia. Para respetar la voluntad del actor, se especula con una opción de una ceremonia intermedia, menos solemne que un homenaje nacional, en la que el mundo del cine y sus admiradores puedan darle un último adiós.
Al margen de este debate, este lunes reaccionó públicamente a la muerte de Alain Delon la que ejerció de “dama de compañía” y cuidadora varios de los últimos años de su vida, Hiromi Rollin.
Figura repudiada por la familia del actor, Rollin denunció en una entrevista al diario Le Figaro que los hijos no le permitieron decirle adiós antes de fallecer.
Unos reproches que se vienen a añadir a la colección de disputas que el clan Delon protagonizó en la recta final de la vida del patriarca, cuya salud había sufrido un severo revés tras un accidente cerebrovascular en 2019.
En paralelo al enfrentamiento con Rollin, a la que acusaban de aprovecharse de su padre, los tres hijos de Delon -Alain Fabien, Anouchka y Anthony- se habían criticado y contradicho públicamente sobre el verdadero estado de salud y la asistencia que necesitaba su padre.
Pese a ello, los tres mostraron unidad el domingo al anunciar la muerte del carismático intérprete de ojos azules en un comunicado conjunto, en el que subrayaron que Delon había muerto “serenamente” y “rodeado de sus tres hijos y de los suyos”.
Fuente: EFE