Volvió Gloria V. Casañas y lo hizo a lo grande. Después del gran éxito de Corazón de Amazonita, hace tres años, la autora referente del género histórico-romántico ahora publicó La hechicera de Asturia, una novela que ella misma define como “épica”, con la que inicia una nueva serie histórica, “Antigua”.
Con La hechicera de Asturia, Casañas se permite innovar: se aleja de las historias centradas en el siglo XIX para dar un salto en el tiempo hacia el siglo I a.C, un período con el que está familiarizada porque dicta clases en la universidad sobre esta época. ¿El lugar? Roma. A pesar del gran poder político, económico y dominio de Roma, existe una tierra indómita: Hispania, un territorio que se rebela contra el poder imperial. Pero las cosas no quedarían así.
El emperador Octavio envía a Mauro Aurelio Máximo, su más distinguido centurión, a someter las rebeldes tierras asturianas. Allí, Mauro se topa con Eirene, una enigmática mujer de belleza arrebatadora y cabellos de fuego ―que pronto descubrirá sus poderes sobrenaturales―, escondida en los bosques y líder de emboscadas contra las legiones romanas.
Cautivado por su espíritu feroz y sus ojos verdes, Mauro estará dividido entre su deber imperial y una pasión prohibida y desbordante que desafía su experiencia y lealtad. Ella, entre el amor imposible o su rebeldía.
“La batalla se libra tanto en el terreno de Hispania como en el interior de los personajes”, dice Casañas a Infobae sobre las pasiones “traidoras” con las que tienen que lidiar los protagonistas del relato. Pero La hechicera de Asturia también indaga en otros temas como las creencias y los dioses, el rol de las religiones, los rituales, el misticismo y la naturaleza, la identidad, la resistencia cultural y las intrigas políticas.
Con más de 500.000 libros vendidos en su carrera y ubicada en lo más alto del ranking desde hace varias semanas en Argentina y en la región por este título, Casañas se posiciona una vez más con la elegida por los lectores del género, y se suma a otros autores que escribieron sobre esta época en el último año: Santiago Posteguillo ―con la serie Julio César, compuesta por Roma soy yo y Maldita Roma― y Viviana Rivero, con Apia de Roma.
“Roma fue, y sigue siendo, un espejo en el que mirarse”, dice Casañas e invita a adentrarse en una historia de pasiones irrefrenables.
―Con La hechicera de Asturia hacés un salto de época respecto a tus novelas anteriores, centradas en el siglo XIX, ¿Por qué escribir sobre Roma en el siglo I a.C? ¿Dudaste al momento de tomar esta decisión?
―La idea me asaltó durante la pandemia, y pensé que era extraño no haberla tenido antes, pues en mis clases de Historia del Derecho, en la Facultad, abordo estos temas y me resultan familiares. Sin embargo, no había pensado convertirlos en una ficción histórica como a mí me gusta. Ahora lo celebro, ya que me permitió romper un poco el molde y adentrarme en épocas remotas.
―Eirene es la protagonista de esta novela, una mujer fuerte, rebelde, aguerrida, que encarna la valentía frente a la dominación romana, ¿las mujeres son el símbolo de la lucha y la resistencia?
―Las mujeres han protagonizado siempre luchas y han sabido resistir la dureza de las guerras y las amarguras. Esa fortaleza puede ser más o menos visible, según los tiempos y la circunstancia, pero la mujer posee una entereza moral, un espíritu combativo que despierta cuando hace falta. Yo tengo ejemplos de ello en mi propia familia, y es seguro que todos podrán encontrar alguna mujer de temple en la suya.
Un “amor traidor” y la espiritualidad
―Mauro es otro de los protagonistas que, con Eirene, viven un amor prohibido y en este terreno se vive el amor y los encuentros físicos y amorosos como una contienda, ¿el sexo es una guerra?
―En La hechicera de Asturia la batalla se libra tanto en el terreno de Hispania como en el interior de los personajes. Al ser enemigos, Mauro y Eirene deben combatir con sus propias inclinaciones traidoras. Cuando se dice y se repite que en la guerra y en el amor todo vale, se está haciendo ese parangón. A diferencia de la amistad, el amor es un sentimiento tirano.
―En la novela hay varias escenas de alta tensión erótica, ¿la literatura romántica debe narrar estas escenas o debe dejar este aspecto a la imaginación del lector?
―Creo que no existe ninguna regla al respecto. En mi caso, dejo salir las escenas eróticas cuando la acción lo requiere, según la novela y sobre todo, según los personajes. Es de esperar que un centurión de Roma dé rienda suelta a sus deseos, porque eso es lo que ocurría. Mostrarlo le da verosimilitud a la historia.
―En la novela, las creencias, el misticismo y las prácticas espirituales son parte fundamental de la narrativa, ¿Cómo influyen en la identidad cultural de un pueblo y cuál es el rol que tienen en la actualidad?
―Los pueblos antiguos, incluidos los romanos, vivían en absoluta comunión con los dioses. Ellos regían cada paso que daban, nada se hacía sin consultar los auspicios y sin ofrendar al dios regente para obtener éxito y protección. Quise hacer hincapié en esa cosmovisión porque de otro modo no se entendería la idiosincrasia de los personajes.
Tanto los astures, que se rodeaban de dioses telúricos vinculados a la naturaleza, como los romanos, que fueron incorporando los dioses de los pueblos que dominaban, eran respetuosos de esas fuerzas superiores que procuraban atraer a su favor. Resulta raro eso hoy en día, cuando vivimos en una sociedad que ha olvidado a Dios, pero así era en el mundo antiguo.
Pasado y presente
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―Tu novela es una de las más leídas desde su publicación, ¿por qué crees que la literatura histórico-romántica se vende tanto en el siglo XXI? ¿Qué tiene la novela romántica que sigue siendo un fenómeno de ventas tras los movimientos feministas?
―Aprendí, al publicar mis novelas, que el lector siente especial atracción por la Historia, algo que es lógico, ya que en ella el ser humano es protagonista absoluto. Leer una ficción histórica permite adentrarse en los sucesos y costumbres de una época de manera amena, de la mano de sus personajes, es como la encarnadura de la Historia, y eso es muy atractivo. En cuanto al romance, sabemos que el amor es el motor del mundo, se entiende que siga siendo objeto de atención. Amores y desamores marcan el pulso de nuestra vida.
―Roma desempeña un papel central en La Hechicera de Asturia debido a su representación como una fuerza imparable y omnipresente en la narrativa. ¿Cuánto impacto tiene la Roma del siglo I a.C en la actualidad en cuanto al poder político, la manipulación, la traición, etc.?
―En esa Roma está presente todo lo que precisamos saber de la sociedad política. No en vano, los filósofos de la Historia han tomado a Roma como modelo de sus análisis. Montesquieu extrae conclusiones universales de su conocimiento sobre la grandeza y la decadencia de Roma. Roma fue, y sigue siendo, un espejo en el que mirarse.
Quién es Gloria V. Casañas
♦ Nació en Argentina.
♦Es escritora, abogada, docente universitaria y una de las máximas referentes de la literatura histórico-romántica de habla hispana.
♦ Entre sus libros más destacados se encuentran En alas de la seducción (2008), La maestra de la laguna (2010), Y porã (2011), El ángel roto (2012), La canción del mar (2013), Por el sendero de las lágrimas (2014), La salvaje de Boston (2016), La mirada del puma (2018), En el huerto de las Mujercitas (2019) y Corazón de amazonita (2021). También publicó la trilogía compuesta por Noche de Luna Larga, Luna Quebrada y Sombras en la Luna.