Un documental argentino profundiza en la dicotomía analógico-digital para el cine del siglo XXI

“Continuará...”, de Fermín Rivera y Emiliano Penelas, explora en el debate sobre el formato de las películas. “El fílmico sobrevive, y lejos de morir, gana cada vez más fuerza”, afirma uno de los directores

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Trailer de "Continuará", de Fermín Rivera y Emiliano Penelas

La desaparición del fílmico y el avance de la tecnología digital han generado un intenso debate en el mundo del cine. Desde una perspectiva general, la transición puede parecer una evolución natural del progreso tecnológico. Sin embargo, las implicaciones de este cambio son mucho más complejas y profundas, ya que afectan directamente el preservación del patrimonio y el valor de lo analógico.

Con la digitalización, muchas personas consideran que simplemente estamos avanzando tecnológicamente, pero esta visión superficial no toma en cuenta las contradicciones y paradojas que surgen en el proceso. Una de las mayores preocupaciones es la conservación a largo plazo de las películas. Mientras el formato analógico ha probado su durabilidad durante más de un siglo, las soluciones digitales aún están en una etapa de incertidumbre en términos de longevidad y sostenibilidad.

Para abrir nuevos debates sobre el formato de la producción de las películas se estrena el documental Continuará…, dirigido por Fermín Rivera y Emiliano Penelas. Este largometraje aborda uno de los fenómenos más controvertidos desde la invención del séptimo arte: la desaparición del fílmico. Sin embargo, en plena era digital, la revalorización de lo analógico ha cobrado un nuevo y urgente interés.

El documental cuenta con la participación de destacados profesionales como Fernando Martín Peña, principal coleccionista del material en Argentina con cerca de 8.000 títulos en diferentes formatos; Serge Bromberg, reconocido en el ámbito de la preservación y conservación a nivel mundial; y Andrés Denegri y Paula Pellejero, artistas visuales cuyas obras han sido expuestas internacionalmente.

"Continuará..." muestra la contradicción entre la tecnología digital y la preservación del cine analógico
"Continuará..." muestra la contradicción entre la tecnología digital y la preservación del cine analógico

Otros participaciones incluyen a Frank Roumen, director de la colección del Eye Filmmuseum en Ámsterdam, y Catherine Cormon, jefa de gestión de colecciones del mismo museo. Claudio Arditi, exhibidor y proyectorista, quien construyó su propio cine en casa; Sol Colombo, egresada de la Universidad del Cine y actual directora de su laboratorio de fílmico 16mm, también son voces clave en el documental; y Fred Karali, dueño de BD Cine en París, explica cómo ha dedicado su vida a la colección y venta de películas en formatos como Súper 8 y 16mm.

Dirigido en conjunto por Fermín Rivera y Emiliano Penelas, Continuará… es el resultado de años de arduo trabajo. Fermín Rivera reveló que el proceso de creación fue extenso y desafiante: “Hacer esta película fue un proceso largo y engorroso que duró varios años. En ese derrotero llegó un momento que tenía mucho material, sabía que era valioso pero no terminaba de encontrar ni la estructura ni los nexos”. La colaboración entre Rivera y Penelas no es nueva. Ambos han trabajado juntos en numerosas películas, y esta sinergia ha sido esencial para el desarrollo de su último proyecto.

Continuará… no solo homenajea a quienes viven y respiran la cinematografía analógica, sino que también hace un llamado de atención sobre los riesgos del olvido y la urgencia de rescatar una forma de arte que parece condenada a desaparecer en la era digital. “En ese devenir, sostenemos que el fílmico sobrevive, y lejos de morir, gana cada vez más fuerza”, concluye Penelas.

El documental destaca la revalorización del soporte fílmico en la era digital
El documental destaca la revalorización del soporte fílmico en la era digital

Infobae Cultura entrevistó a Fermín Rivera, uno de los directores de este documental que se estrena en el Cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635, CABA).

—¿Cómo se siente estrenar esta película en un momento tan difícil para el cine?

—Los estrenos de películas independientes y documentales se han vuelto cada vez más complicados. No esperábamos enfrentarnos a una situación como esta. Generalmente, son momentos de mucha adrenalina y algo de estrés, pero siempre son gratificantes. Sin embargo, en esta ocasión, la sensación es agridulce debido al panorama general, no solo en el país, sino en la industria cinematográfica en particular. A pesar de todo, nuestra película tiene un espíritu de resiliencia y esperanza. Ese instinto de preservación es algo que intento extender al cine argentino y al INCAA. Creo firmemente que la industria audiovisual es muy grande y difícil de detener.

Hay muchos estudiantes y carreras relacionadas con el audiovisual, lo que asegura que, como el agua, la industria encontrará una salida, sea grande o pequeña. Puede tomar más o menos tiempo, pero estoy seguro de que resistirá y persistirá. Quizás sea un poco ingenuo pensar así en este contexto, pero realmente lo creo. Por eso hice la analogía con el “continuará” de la película.

Fermín Rivera, uno de los directores de "Continuará..." (DAC)
Fermín Rivera, uno de los directores de "Continuará..." (DAC)

—El título del documental es esperanzador y positivo, algo que contrasta con la percepción que se podría tener del cine en formato fílmico.

—Personalmente, tiendo a ver las cosas de manera más binaria. Este proyecto comenzó con una idea nostálgica y de despedida. Sin embargo, al investigar, descubrimos que la situación había cambiado. Por ejemplo, algunos directores en Hollywood han vuelto a usar fílmico, proyectando películas en 35 o 70 milímetros, como fue el caso de Oppenheimer. Hubo un tiempo en que esto no sucedía. La industria cinematográfica también ha reconocido la importancia de la preservación. Algunas grandes producciones de Hollywood filman en formatos digitales de alta calidad, pero luego crean un internegativo para preservar la película. Esto fue una llamada de atención. En Argentina, vimos que la producción en fílmico continuaba. El laboratorio Arcoíris en Buenos Aires sigue trabajando con súper 8, y la FUC tiene su propio laboratorio. Aunque lamentamos el cierre de Cinecolor y la pérdida de sus instalaciones en Vicente López, nos damos cuenta de que el cine en fílmico sigue vivo en una escala más pequeña. De hecho, sigo involucrado en otro proyecto y, cuando puedo, compro película.

—¿Cómo habían pensado originalmente la estructura del documental?

—Inicialmente, la estructura del documental era más binaria y de denuncia, con un tono nostálgico y de despedida. Le propuse el proyecto a Emiliano, con quien he trabajado en numerosas películas como Director de Fotografía. Sentía que el cine no había tenido una transición adecuada, especialmente con la extraña situación de la compra de proyectores para DCP y el canon que se pagaba, cuyo costo era similar al de una copia en 35 milímetros.

Esta situación me molestaba, aunque también he trabajado en video. Siempre me gustó el fílmico, pero era difícil sostener una producción completa en ese formato. Así nació el proyecto. Con el tiempo y varios años de trabajo, el enfoque fue cambiando y transformándose. Originalmente, el título era La muerte del cine, pero ahora se llama Continuará.... Trabajo con la realidad, que es cambiante y mutable, y es importante reflejar eso. Al principio, pensamos en un documental sin entrevistas, solo con imágenes observacionales y una impronta nostálgica y de despedida. Esto se reflejó cuando filmamos distribuidoras tirando películas a la calle. Luego, incluimos subtemas digitales como la obsolescencia programada y la migración constante de formatos. Al final, las transiciones entre temas no me convencían, así que le propuse a Emiliano que fuera el protagonista. Él es cineclubista, cinéfilo y coleccionista de fílmico, lo cual aportó una nueva dimensión al documental.

La digitalización y la preservación del cine generan un intenso debate en la industria
La digitalización y la preservación del cine generan un intenso debate en la industria

—¿Por qué decidieron incluir personajes de otros países en el documental?

—Podríamos haber hecho el documental únicamente con personajes de Argentina. Sin embargo, es importante mostrar que la defensa del fílmico no es un capricho, ni una actitud esnob, ni algo exclusivo de aquí; muchos países están cuestionando lo mismo. En un momento, pensamos en una coproducción con una productora española que no funcionó, pero Emiliano aprovechó un viaje y sus contactos como coleccionista y cineclubista. La pandemia y las dificultades económicas también complicaron los viajes, pero logramos avanzar con lo posible. Estas entrevistas internacionales aportan un valor adicional. La participación de Serge Bromberg, Frank Roumen y Fred Karali, quien tiene una tienda encantadora, demuestra que no se trata solo de esnobismo porteño o de una moda entre estudiantes de cine. Hay una tradición de preservación cinematográfica que lamentablemente aquí no se valora lo suficiente.

—¿El Estado ha implementado leyes para preservar los materiales históricos?

—En relación al fílmico, lejos de existir un plan de preservación, hay un plan de destrucción. Los depósitos del INCAA se trasladarán a la ENERC, a un subsuelo inundable que no tiene las condiciones adecuadas para conservar las películas. Aunque hace años existe legislación para la creación de la Cinemateca, no ha recibido el presupuesto necesario. Se han hecho algunos avances, como los depósitos en las afueras de Buenos Aires, pero la cultura de la preservación siempre ha sido difícil en Argentina y ahora parece dirigirse hacia la destrucción.

La industria cinematográfica se ha enfocado en la inmediatez con la llegada del digital y la supuesta reducción de costos. En Argentina, solemos perseguir lo inmediato: ahora hay presupuesto para hacer películas, entonces hacemos tantas como sea posible sin pensar en el futuro. Esto está relacionado con las crisis económicas recurrentes. Necesitamos detenernos y planificar a largo plazo, pensando en lo que ocurrirá en 10, 20 o 50 años. El cine no es una excepción. En mi barrio, están demoliendo casas hermosas para construir edificios horribles, lo cual no resuelve el déficit habitacional, sino que responde a un negocio inmobiliario, y perdemos nuestro patrimonio arquitectónico. Esto sucede en varios ámbitos.

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