Fantasmas, voyeurs y el poder de los símbolos confluyen en una tierna comedia argentina

“Crónica de una santa errante”, dirigida por Tomás Gómez Bustillo y protagonizada por Mónica Villa, cuenta cómo cambia la vida de una humilde mujer luego de encontrar una estatua religiosa

Guardar

Nuevo

Trailer de "Crónicas de una Santa Errante", de Tomás Gómez Bustillo

La película Crónicas de una Santa Errante emerge como una reflexión profunda sobre la invisibilidad y la búsqueda de reconocimiento en una pequeña comunidad. La trama, ambientada en el ficticio pueblo de Santa Rita, gira en torno a Rita (interpretada por Mónica Villa), una mujer que dedica su vida a tareas humildes en la iglesia del lugar, como barrer y organizar, actividades que realiza sin recibir el más mínimo reconocimiento de sus compañeras.

El nombre del pueblo, Santa Rita, proviene de una figura religiosa cuya estatua desapareció misteriosamente de la iglesia hace tres décadas. Este misterio marca el ritmo de la vida de Rita, quien trata de llenar el vacío con sus tareas diarias, como si su existencia misma dependiera de esta rutina. Sin embargo, sus esfuerzos pasan desapercibidos, lo que provoca en ella un sentimiento de invisibilidad. Mientras Rita lidia con sus tribulaciones en la iglesia, su hogar no ofrece más consuelo. Su marido, descrito como un hombre que vive en un mundo paralelo, parece ajeno a la realidad que lo rodea.

Todo toma un giro significativo cuando Rita encuentra la estatua desaparecida en una de las habitaciones de la iglesia. La noticia representa para ella una oportunidad única de ser vista y escuchada. Con la esperanza de que este hallazgo sea interpretado como un milagro, Rita se prepara para reclamar su momento de gloria. El film, dirigido por Tomás Gómez Bustillo, combina elementos de la vida sencilla y monótona de Rita con la irrupción de lo fantástico, creando una narrativa que es tanto conmovedora como encantadora. El contraste entre la vida invisible de Rita y su deseo de reconocimiento se convierte en el núcleo de la historia.

El filme ha recibido menciones especiales en el New Orleans Film Festival y el Leeds International Film Festival
El filme ha recibido menciones especiales en el New Orleans Film Festival y el Leeds International Film Festival

Mónica Villa encabeza el elenco, acompañada por actores como Horacio Anibal Marassi, Pablo Moseinco e Iair Said. La producción en Argentina estuvo a cargo de Tomás Medero, un joven productor con experiencia en filmes destacados como Los Dos Papas y en proyectos seleccionados en los festivales Tribeca y Mar del Plata.

Desde su primera presentación, Crónicas de una Santa Errante ha recibido una impresionante cantidad de premios y nominaciones. La película destacó en el reconocido festival SXSW, en Austin 2023, llevándose el premio Adam Yauch Hörnblowér. En cuanto a los premios y festivales, se llevó el Premio del Público en el Santa Fe Film Festival y el Premio Especial del Jurado de Jóvenes Cineastas en el Leiden International Film Festival 2023. Además, ha recibido tres nominaciones a los Indie Spirit Awards 2024 en las categorías de Mejor Ópera Prima, Primer Guión y Cinematografía. El New Orleans Film Festival y el Leeds International Film Festival también otorgaron menciones especiales del jurado a la película en la categoría de Largometrajes de Ficción.

Para Tomás Gómez Bustillo, la película está cargada de significados personales y memorias. “Con el tiempo, esta imagen se amalgamó con experiencias de mi adolescencia donde formé parte de un grupo misionero católico que visitaba un pequeño pueblo rural en Buenos Aires”, dijo Gómez Bustillo y agregó: “Crónicas es una historia de fantasmas que intenta reflejar esa imagen inicial. Fantasmas y voyeurs, perdidos entre la oscuridad y la luz, entre la risa y el llanto, buscando contestar esa pregunta que quizás jamás tenga una respuesta”.

La trama mezcla la vida monótona de Rita con elementos fantásticos que cambian su destino
La trama mezcla la vida monótona de Rita con elementos fantásticos que cambian su destino

—¿Qué se siente estrenar la película en las salas argentinas después de tanto tiempo de filmación y su paso por festivales?

—Aunque es una coproducción con Estados Unidos, esta es una película argentina, con actores y equipo técnico locales. Mientras viajaba con la película por festivales y diferentes estrenos, siempre tuve la nostalgia y la expectativa de estrenarla en Argentina. La situación del país no facilitaba una distribución fácil, debido a las complicaciones actuales. Fue cuestión de tener paciencia y esperar el momento adecuado. Ahora, finalmente, ha llegado el momento tan esperado de compartirla con mi familia, amigos, el equipo de la película y, sobre todo, con el público argentino. Estoy ansioso por ver qué les parece la película.

—¿Cómo nació esta historia? He leído que cuando eras más joven, trabajabas en misiones y quedaste muy impactado por lo que sucedía en los pueblos pequeños en relación con la religión y las personas que se acercaban a las iglesias.

—El inicio del guión surgió de una imagen que se me ocurrió mientras terminaba mis estudios de cine. Era la imagen de una silueta completamente llena de luz, medio perdida en un campo oscuro. A partir de ahí, hilé algunos elementos: la historia de la luz mala, el folclore del campo, que me parece muy misterioso y poético, y mis experiencias en el campo argentino durante mis años de misión. De adolescente, visitaba el pueblo donde se filmó la película. Durante cuatro o cinco años, pasé todas las vacaciones de invierno y verano allí, y me enamoré del lugar y de su gente. Esas tres cosas se unieron y se convirtieron en el germen de esta historia.

—¿Siempre supiste que la película sería una comedia con toques tiernos y mucha inocencia?

—Esta película nació como un rechazo a mi corto anterior. Al final de la carrera de cine, hice un corto muy serio y pretencioso, con la intención de hacer algo al estilo de Tarkovsky, pero no se sintió auténtico para mí. Después de esa experiencia, decidí hacer algo divertido y lúdico que reflejara ese lado de mi personalidad. Quería crear algo genuino, sin importar si se consideraba una película seria o no. Así que sí, desde el principio la comedia estuvo presente en la película.

Protagonizada por Mónica Villa, "Crónicas de una Santa Errante" aborda temas de invisibilidad
Protagonizada por Mónica Villa, "Crónicas de una Santa Errante" aborda temas de invisibilidad

—Además del tema principal, también hay una reflexión sobre el matrimonio, especialmente aquellos que llevan muchos años y comienzan a tener desencuentros. ¿Cómo quisiste reflejar esto?

—La reflexión sobre el matrimonio en la película surge de una mezcla de observaciones de diferentes personas y de mi propia experiencia. Desde el principio, sabía que quería hacer una película en este pueblo y que se centraría en personas mayores, ya que eran con quienes más interactuaba durante mis misiones. La gente joven generalmente trabajaba en el campo, estaba en la escuela o vivía en otra ciudad. Quería que si había una historia de amor, reflejara un amor cansado pero no agotado, que necesitara un aire nuevo. Esto se basó en observaciones de personas que conozco y de la gente del pueblo, además de mis propios miedos e inseguridades, que proyecté en el personaje de Rita. Aunque ella y yo somos muy diferentes en la superficie—una señora que vive en el campo frente a un chico de la ciudad—compartimos una humanidad común. Ambos buscamos la aprobación y validación externa, sin darnos cuenta de lo que ya tenemos a nuestro alrededor. Esta fue la base para construir el personaje desde un punto de vista auténtico y personal.

—¿Cómo construiste el aspecto religioso en la película?

— Me resultó interesante hacer este paralelismo entre mi búsqueda de destacarme y la competencia en la comunidad religiosa, reflejando la ambición de ser la mejor en ambos casos. A partir de un paralelismo entre mi experiencia personal y lo que sucedía en el pueblo. Mientras terminaba la escuela de cine, me sentía en competencia con mis colegas y buscaba destacarme. Pensé en cómo podría hacerlo: fabricaría una película, una especie de “mentira” que difundiría para avanzar en mi carrera. Aplicando esa lógica al contexto del pueblo, imaginé cómo alguien en esa cultura predominante podría actuar. En lugar de analizar la religión desde un punto de vista teórico, lo enfoqué como una especie de competencia entre las personas que asistían a la capilla. Rita, el personaje principal, también crea una narrativa en torno a un supuesto milagro, construyendo una historia alrededor de él.

—Tu película demuestra que en cualquier lugar puede haber una gran historia para contar.

—Coincido completamente. No creo que haya historias pequeñas, sino mentes creativas pequeñas. La escala o inmensidad de un proyecto no determina su precisión humana ni su autenticidad. Personalmente, he disfrutado mucho de películas pequeñas que exploran sutilezas de la humanidad, algo que a veces no se aborda en películas más grandes y dramáticas. Para mí, cualquier lugar puede ser el escenario de una gran historia, siempre y cuando haya creatividad y profundidad en la narrativa.

El pueblo ficticio de Santa Rita se inspira en las experiencias de Gómez Bustillo
El pueblo ficticio de Santa Rita se inspira en las experiencias de Gómez Bustillo

—¿Cómo enfrentaste el desafío de abordar temas entre la vida y la muerte sin recurrir a elementos grandilocuentes, para que funcionara de manera creativa?

—Es fácil caer en la tentación de usar elementos grandilocuentes y fantásticos al tratar temas sobrenaturales. Para evitar esto, me guié por el realismo mágico, especialmente influenciado por autores como García Márquez y otros escritores latinoamericanos. Estos autores tienen la habilidad de introducir elementos fantásticos de manera sutil y cotidiana, haciendo que lo extraordinario se vuelva trivial y mundano. Esto no solo hace que las historias sean más graciosas, sino también más relevantes y humanas. Quería seguir este enfoque en lugar de optar por el estilo típico de fantasía o historias de fantasmas que se ven en el cine.

—¿Cómo encontraste a Mónica Villa como protagonista? ¿Ya la tenías en mente desde el principio?

—Encontrar a Mónica Villa para el papel fue casi un milagro. Al principio de la producción, mi director de fotografía, Pablo Lozano, sugirió su nombre. Yo pensaba que sería muy difícil, ya que nuestra película era pequeña y dudaba de su interés. Pablo tenía el contacto del hijo de Mónica, ya que habían estudiado juntos, así que le pedí el contacto y decidimos intentarlo.

La llamada me hizo sentir algo así como en una venta telefónica, pero la hice de todos modos. Le presenté la película de manera sintética, y para mi sorpresa, mostró interés. Me pidió el guión, lo leyó esa misma tarde y, justo en ese momento, no tenía otros compromisos. Ella encontró algo en el personaje que le interesaba, y aceptó participar. Fue increíble que en el primer intento con la persona que más deseábamos para el papel, ella dijera que sí, algo que rara vez ocurre en el cine, y menos en el independiente.

—¿Qué vivencias tuvieron con el equipo de filmación, considerando que se forma una especie de familia temporal durante el rodaje?

—La experiencia fue muy similar a mi tiempo como misionero. Cuando iba a misionar en el pueblo, representaba una idea o proyecto, y pasaba mucho tiempo con el grupo, conociendo a la gente del lugar. Lo que más hacía era tocar la guitarra, que era parte de nuestras actividades.

Después de 15 años, regresé al mismo pueblo con un grupo similar de personas, pero con un nuevo proyecto: la película. Fue como revivir esa experiencia, pero con una nueva narrativa. Al igual que en mi tiempo como misionero, lo que más valoro son las amistades y la gente que conocí. En el rodaje, pasamos un mes en ese rincón de la provincia de Buenos Aires, nos enamoramos del paisaje, y dejamos que ese entorno se reflejara en la película.

Rita, una trabajadora humilde de la iglesia, sueña con ser reconocida por su comunidad
Rita, una trabajadora humilde de la iglesia, sueña con ser reconocida por su comunidad

—¿Pudiste presenciar las primeras proyecciones de la película?

—El estreno fue en Austin, Texas, y me preguntaba cómo reaccionaría un público tejano a una historia tan específica de la provincia de Buenos Aires. Para mi sorpresa, la recepción fue muy positiva. Experimenté lo mismo en otros festivales; por ejemplo, me preocupaba si los holandeses entenderían la historia debido a sus diferencias culturales. Sin embargo, muchos se mostraron conmovidos y compartieron sus propias historias de fantasmas. Es muy gratificante ver cómo la película supera las expectativas y cómo una historia que parece tan particular puede resonar universalmente en diferentes lugares.

—¿Cuál es la importancia de seguir relatando nuestras historias en el contexto de la realidad argentina?

—Es fundamental seguir contando nuestras historias. Pienso en cómo cambiarán los paisajes en 30, 40 o 50 años y en cómo esta película captura un momento específico de nuestra realidad. Documentar y encapsular estas realidades es muy especial y debe ser protegido. La película también brindó oportunidades de trabajo y formación profesional, permitiendo un espacio para aprender a través de errores, lo cual es crucial en el proceso de crecimiento. Además, la película sale del circuito industrial porteño y representa una necesidad de contar historias alternativas y pequeñas que, aunque no se vean en plataformas como Netflix, encuentran su público y conmueven a la gente. Para mí, ha sido una experiencia invaluable y no la cambiaría por nada.

*“Crónicas de una Santa Errante” se estrena en las salas argentinas el próximo jueves 15 de agosto.

Guardar

Nuevo