El espectacular decomiso en Puerto Rico de un centenar de cuadros del artista franco-húngaro Victor Vasarely (1906-1997), padre del “op art”, ha desembocado en una dura batalla legal en Francia, cuyas autoridades judiciales reclaman el retorno de las obras.
Vasarely (su nombre de nacimiento era Vasarhelyi) ganó fama mundial con sus cuadros de formas geométricas con efectos ópticos. Su obra en los años 60 y 70 tenía tanta repercusión como la de Pablo Picasso o Salvador Dalí, y a su muerte en 1997 donó cientos de obras a la fundación epónima abierta en 1971 en Aix-en-Provence (sureste de Francia).
Sus obras de colores vivos inundaban por entonces la cultura popular: relojes, vasos, una funda de disco de David Bowie, y nada menos, el rombo de la marca Renault.
Cuando murió, su nieto Pierre Vasarely -actual presidente de la fundación- fue designado único titular del derecho moral sobre toda su obra. Pierre es hijo del primer matrimonio de Jean-Pierre, conocido como Yvaral (1934-2002), artista como su padre Víctor.
Yvaral se casó en segundas nupcias con Michèle Taburno, que acabó instalándose en Puerto Rico tras llevarse 112 obras, con un valor aproximado de USD 40 millones, de Victor Vasarely. El nieto Pierre acusó a Taburno de haber expoliado a la fundación de Aix-en-Provence en su beneficio.
El caso “no tiene nada de penal”, estima uno de los abogados de Taburno, Jean-Jacques Neuer: se reduce a una “enemistad triste entre un yerno y la segunda esposa de su padre”.
“No es en absoluto una cuestión de sucesión”, replica Juliette Lévy-Bissonnet, abogada de Pierre Vasarely y de la fundación. El objetivo es “recuperar el patrimonio de la fundación disperso por todo el mundo”.
Fue en ese contexto que se produjo en abril de 2023 el allanamiento por parte del FBI estadounidense de la Fundación Michèle Vasarely en Puerto Rico.
En un informe actualmente cuestionado por la defensa, un experto denunció las “condiciones de almacenamiento poco respetuosas ni profesionales” de las obras y estimó que la fundación “no se parecía en absoluto a una fundación destinada a la promoción de la obra de Victor Vasarely”.
Michèle Taburno, de 83 años y principal sospechosa, fue acusada de abuso de confianza y blanqueo de capitales. Las obras siguen retenidas, a la espera de la resolución del caso.
Inicialmente la herencia Vasarely fue motivo de un arbitraje. En 1995, el consejo de administración de la fundación radicada en Aix-en-Provence concluyó que Victor Vasarely habría donado demasiadas obras a la entidad y perjudicado a sus hijos.
Cerca de 400 obras son retiradas de la fundación para compartirlas entre los herederos. Pero este arbitraje fue definitivamente anulado por la justicia civil francesa en mayo de 2014.
La corte de apelación de París lo comparó con “un simulacro de los herederos Vasarely para favorecer sus intereses” particulares, según documentos judiciales.
Desde hace más de un año, Taburno lucha por recuperar sus obras. Pero el 4 de julio la corte de apelación de París consideró las incautaciones del FBI “perfectamente proporcionadas”.
“Su objetivo es preservar estas obras (...) ya que está demostrado (...) que Michéle Taburno ha vendido varios cuadros y que no garantiza su conservación”, concluye la decisión.
Además, “los jueces instructores” han justificado la incautación de las obras para proceder a su “traslado a Francia” ya que constituyen “elementos de prueba”.
No obstante, Taburno obtuvo una victoria en un punto: la anulación de una audiencia de agosto de 2022 por un defecto de procedimiento. Un “primer paso” hacia la anulación total del caso, argumentó su defensa, que apeló en casación.
Fuente AFP y con información de Americateve.