“El escuerzo no perdona jamás al que lo ofende. Si no lo queman, resucita, sigue el rastro de su matador y no descansa hasta que puede hacer con él otro tanto”, describe Leopoldo Lugones en su cuento “El escuerzo”. Publicado a comienzos del 1900 fue una pieza clave para el director cordobés Augusto Sinay, quien se inspiró en esta historia para su ópera prima. El Escuerzo es una película de época que combina elementos de fantasía, terror y western gauchesco, en cartelera a partir de este fin de semana.
El elenco de El Escuerzo incluye a destacados actores locales de Córdoba, así como al español Javier Pereira, ganador del premio Goya. La película se rodó en los parajes naturales y de difícil acceso del Valle de Traslasierra, complementándose con escenas en estudio para recrear escenarios de época, como ranchos y túneles subterráneos. Según Sinay, “lentamente nos sumergimos en la locura, en las profundidades de la guerra, del escuerzo y de la mitología rural”.
La historia está ambientada en Argentina en 1866, en un territorio devastado por la guerra del Paraguay. El protagonista Venancio, un joven gaucho, mata a un escuerzo. Su madre advierte que la criatura resucitará para vengarse, lo que lleva a Venancio a emprender un viaje en el que se encontrará con cuatreros, curas, chamanes y desertores. Sinay explica que “es una película de época con un viaje ominoso y espiralado desde la inocencia, el hogar y las costumbres hacia la profundidad de los miedos y la violencia”.
El proceso de producción abarcó siete años de investigación histórica, incluyendo notas de periódicos, discursos de Bartolomé Mitre y Juan Bautista Alberdi, cartas de la época y juicios a campesinos y gauchos. “Muchos textos de la película están tomados de discursos reales de Mitre a favor de la guerra, textos en repudio de Alberdi, cartas de Calfucurá o notas de Lucio V. Mansilla”, señaló Sinay.
Sinay menciona que “el filme se ha abierto paso desde su temprana etapa de desarrollo en los más grandes laboratorios y concursos de guion, destacándose por ser un relato auténtico y arriesgado”. La narrativa visual buscó transmitir la experiencia de un viaje espinoso y árido, rodado en una zona particular de la provincia de Córdoba. “Desde que comencé a escribirlo, una de mis mayores dudas era cómo sonaban las personas en 1866. Para imaginar esos diálogos recurrí a los registros de comunicación de la época”, aporta el director. Hay además decorados creados especialmente, que sumergen la acción en un clima de guerra y de tono fantástico.
Infobae Cultura dialogó con el director y con el productor Damián Carretero Seisdedos sobre las inspiraciones históricas y literarias de la película, el paisaje serrano cordobés como protagonista, ciertas supersticiones propias de la zona y cuestiones técnicas de imagen y sonido que potencian la crudeza del relato.
—¿Qué fue lo que más te llamó la atención del cuento de Lugones?
Augusto Sinay: —Aunque es muy breve, me sirvió más como inspiración que como adaptación directa. El proceso de escritura del guión tomó alrededor de siete años, durante los cuales la película fue desarrollándose y ganó el Premio Raymundo Gleyzer en 2016. Este reconocimiento impulsó nuestra participación en festivales y talleres internacionales, como el curso de desarrollo de proyectos de Ibermedia y el Cine Latino Toulouse. La adaptación fue una oportunidad para mejorar la narrativa y la estructura dramática, así como para investigar históricamente. Decidí situar la historia durante la Guerra del Paraguay, aunque el cuento original no especifica la guerra, solo menciona que la madre del protagonista es viuda de un soldado. Mi interés en la historia argentina y la Guerra del Paraguay, especialmente desde la perspectiva de las provincias como Córdoba, fue clave. También incorporé frases textuales del cuento y discursos históricos de Mitre.
—¿Cómo fueron pensados los diálogos de los personajes, especialmente considerando el contexto histórico y social de la época?
AS: —Para los diálogos me basé en textos históricos como cartas, discursos y noticias de la época para capturar la forma de hablar de ese tiempo. Los personajes fueron definidos según sus inclinaciones políticas, ya fueran mitristas o antimitristas, para darles una identidad coherente. Un aspecto particular de la investigación fue cómo representar la forma de hablar de los personajes marginados, que son la mayoría en la película. Utilicé un libro exhaustivo de la investigadora del CONICET Sonia Tell, titulado Córdoba rural, una sociedad campesina (1750-1850). Este libro ofrece una visión detallada de la época desde una perspectiva económica y social, e incluye reconstrucciones de juicios de la época. Extraje diálogos y formas de hablar de estos documentos para dar autenticidad a los personajes marginados, como los cuatreros, incorporando términos y maneras de hablar que reflejan su realidad.
—Casi toda la película se rodó en exteriores, lo que implicaba lidiar con las inclemencias del tiempo. ¿Cómo fue la experiencia de filmar en esas condiciones?
Damián Carretero Seisdedos: —El rodaje se llevó a cabo en tres semanas en Traslasierra, en su mayoría en exteriores, y luego una semana en un estudio en Córdoba Capital para los interiores, como el túnel y el esófago. Entre estas dos etapas, hicimos una semana de preproducción para descansar, recuperar energías y asegurarnos de que los decorados interiores estuvieran listos. En términos de logística y organización, hubo mucho trabajo.
AS: —Desde el punto de vista de la dirección, realicé un storyboard completo de la película, con todos los planos ilustrados, lo que facilitó la adaptación cuando surgieron imprevistos, como la lluvia en las altas cumbres. En ese caso, tuvimos que cambiar algunas locaciones, pero gracias al storyboard, la adaptación fue bastante sencilla. Además, pasamos casi dos años definiendo los decorados y encontrando los lugares adecuados, aprovechando mi conocimiento previo del área desde mi infancia.
—¿Cómo fue el proceso de incluir el escuerzo en la película?
DCS: —El escuerzo se filmó por separado. Al terminar el rodaje, nos preocupaba la posproducción que se realizaría en España, especialmente en cuanto a los efectos visuales (VFX). Primero enviamos un escuerzo de látex con uno de los actores españoles para probar qué se podía lograr con los VFX. No supimos si lo que nos devolvieron era el límite de lo que se podía hacer o solo un mínimo, pero decidimos buscar un nuevo escuerzo real. Firmamos un contrato y alquilamos un escuerzo para filmar una jornada en Vicente López. La jornada de rodaje con el escuerzo real fue una jornada extra fuera de Córdoba, y aunque el escuerzo no hizo exactamente lo que esperábamos, nuestro asistente de dirección logró que el animal realizara las acciones necesarias. Sin el escuerzo, no habría película, ya que el monstruo era fundamental para la trama.
—La película tiene componentes de terror psicológico, elementos sobrenaturales y un toque de folk horror. ¿Cómo la definen?
AS:—La película es bastante indefinible y, a lo largo del proceso, fue etiquetada de diferentes maneras, a menudo como cine de autor. Sin embargo, mi intención no era encasillarla en un género específico, sino realizar la película que quería. Creo que se acerca más a lo que denominaría como “terror gauchesco”, con una fantasía muy argentina. La identidad local fue crucial, y la investigación histórica que realicé influyó en los diálogos y el estilo general de la película. El vestuario, hecho de cero, se basó en pinturas de José Ignacio Garmendia, un militar de la Guerra del Paraguay, y se diseñó siguiendo sus acuarelas.
—El sonido en la película tiene un rol muy particular. ¿Cómo se abordó su diseño?
AS: —El diseño sonoro tuvo un enfoque detallado y cuidadoso. Tras la filmación, realizamos un rodaje sonoro adicional en el que el director de sonido y yo fuimos a grabar en el espacio natural. Colocamos micrófonos en diversas ubicaciones para capturar todo el sonido ambiente de la montaña, desde el susurro de las plantas hasta las cabalgatas. Utilizamos micrófonos en el interior de los ranchos para registrar los sonidos de los caballos y en otros puntos para captar los sonidos a distancia. El objetivo era impregnar el sonido con la esencia del ambiente en el que estábamos filmando, lo que se reflejó en la mezcla final.
—¿La superstición sobre el escuerzo es un hecho real o lo utilizaron como un recurso narrativo?
AS: —La superstición sobre el escuerzo tiene raíces en la tradición, pero es difícil determinar su origen exacto. Tomé el concepto del cuento de Lugones, que es de 1906, y aunque no se puede rastrear con precisión si la superstición existía antes de su publicación o si fue una invención de Lugones, hay indicios de que sí había creencias en torno al escuerzo. En mi experiencia viviendo en Cosquín y en lugares rurales, escuché advertencias sobre los escuerzos. Consultamos con un especialista que explicó que gran parte del misterio en torno al escuerzo proviene de su comportamiento y apariencia: pasa la mayor parte del año bajo tierra y solo emerge después de las primeras lluvias de verano. Como es un sapo con dientes que come animales, su apariencia y comportamiento alimentan mitos.
* El escuerzo se estrenó en salas este jueves 1 de agosto y en el Cine Arte Cacodelphia (Av. Pres. Roque Sáenz Peña 1150, CABA) este sábado 3 de agosto a las 19 hs.