Un día como hoy de 1924, en Bishopsbourne, Inglaterra, murió uno de los grandes nombres de la literatura universal. Tenía 66 años. Su nombre de nacimiento —allá en Berdyczów, entonces Imperio ruso, actual Ucrania, año 1857— es Józef Teodor Konrad Korzeniowski, pero todos lo conocemos como Joseph Conrad.
El centenario de la muerte de este escritor descendiente de una familia polaca no solo lo recuerda, también celebra su vida y su obra. A los 17 años, inició su andadura como marino, hasta enrolarse en la marina mercante británica, a partir de lo que adoptó el inglés como lengua propia para sus libros pese a no ser su idioma nativo.
Los viajes que realizó por todo el mundo en barco y el concepto del mar como la tragedia de la soledad marcaron sus novelas e hicieron que sea recordado como gran escritor de la literatura anglosajona. Entre sus obras más notables están El Negro del Narciso, El corazón de las tinieblas, Lord Jim, Nostromo y El agente secreto.
Lo que inspira el mar
Según la Enciclopedia Británica, adopta Joseph Conrad como nombre al firmar su primera novela: La locura de Almayer. Su padre, Apollo Nalęcz Korzeniowski, poeta y activista por la independencia de Polonia frente a Rusia, murió de tuberculosis, junto a su madre, dejándolo huérfano y a cargo de su tío Tadeusz Bobrowski.
Cuando obtuvo la nacionalidad británica se dio los exámenes para ser oficial de la marina mercante británica. Así fue cómo navegó en el Duke of Sutherland, el Highland Forest, el Loch Etive, el Narcissus y el Palestine. Más tarde obtuvo el título de capitán, cargo que desempeñó en los barcos Torrens y Otago.
Los inicios de la trayectoria literaria del escritor reflejan su experiencia dentro de la marina mercante británica, como se ve en Un paria en las islas, El negro del Narcissus o Lord Jim, vida que dejó atrás a los 37 años para dedicarse a la escritura.
Más allá de los libros
El corazón de las tinieblas, publicada en 1899 y que será reeditada por Alfaguara en el contexto de esta efeméride, sirvió como inspiración de la película Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, estrenada ochenta años después de la novela.
De esta forma, Conrad dejó huella en otros ámbitos culturales más allá de la literatura, con varias de sus novelas usadas como base para los guiones de películas, como El agente secreto, y sigue siendo necesario cien años más tarde de su muerte, como afirmó el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez en la reedición de Alfaguara.
“En este libro se cuentan cosas que preferiríamos no saber; tal vez por eso lo seguimos necesitando”, expuso Vásquez en el prólogo de la obra que habla de los excesos del colonialismo, pero también de la oscuridad en la condición humana, como recoge Alfaguara.
La condición humana
“La fe es un mito y las creencias cambian como nieblas en la orilla; los pensamientos se desvanecen; palabras, una vez pronunciadas, mueren y el recuerdo de ayer es tan sombrío como la esperanza de mañana”, escribió Conrad. La condición humana fue un tema recurrente en su obra: no buscaba escaparle al asunto.
“En este mundo -como lo he sabido- estamos obligados a sufrir sin la sombra de una razón, de una causa o de una culpa. No hay moral, ni conocimiento, ni esperanza; Sólo hay la conciencia de nosotros mismos que nos impulsa sobre un mundo que es siempre como una apariencia vana y fugaz”, continúa.
Con más dudas que certezas, eligió la literatura para hallar respuestas. ¿Las encontró? Debería responderlo él. Lo cierto es que en esa búsqueda constante donde construía personajes y los ponía a relacionarse entre ellos, y a enfrentar situaciones límites, logró acariciar la verdad.
Objeto de estudio
Ahora, cien años después de su muerte y en un mundo muy diferente al que conoció Conrad en algunos aspectos, varios expertos se dedican al estudio de la obra del escritor en la Joseph Conrad Society, situada en el Reino Unido. De hecho, sus miembros conmemorarán el centenario de su fallecimiento este mismo sábado, junto a su tumba familiar en el cementerio de Canterbury, en el sureste de Inglaterra.
Desde 1973, este grupo de estudiosos celebran a Conrad analizando los distintos elementos de su vida y de su trayectoria literaria. Además, realizan una conferencia académica internacional cada año en la Universidad St. Mary de Londres.
(Con información de EFE)