¿Qué tiene la saga La asistenta, que está conquistando lectores a rabiar? ¿Qué cuenta, para haber vendido unos nueve millones de ejemplares, contando sus tres títulos? ¿O para haber estado 83 semanas en la lista de los libros más vendidos de más de 50 semanas en la lista de best sellers del New York Times?
Todo empezó casi por casualidad. Freida McFadden era una médica experta en trastornos cerebrales que llevaba una vida agitada con un trabajo exigente durante el día y la crianza de dos hijos pequeños. A pesar de sus responsabilidades, siempre tuvo el deseo de escribir ficción. Así que, para relajarse por las noches, se dedicó a escribir una novela inspirada en su propia experiencia, centrada en una residente de medicina sometida a una carga laboral intensa y a la humillación de un supervisor dominante.
Pensó que ese -The Devil Wears Scrubs - sería su primer y último libro. Ya sabemos el final: eso no pasó. En cambio, desde entonces pasaron once años y veintitrés libros. Y lo del principio, un éxito que sigue esparciéndose
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La primera parte de La asistenta salió en 2022 y captó la atención de los amantes del thriller psicológico. Publicada en 2022, la obra ha sido alabada por su capacidad para mantener al lector en vilo hasta el último capítulo. McFadden, conocida por su habilidad para tejer tramas complejas y personajes intrigantes, no decepciona. En 2023 y 2024 llegarían El secreto de la asistenta y La criada está mirando.
Lo sorprendente es que estuvo a punto de no publicarla: “Pensé que era un poco demasiado oscuro, así que lo archivé”, dijo.
Tanto éxito después, Freida sigue trabajando como médica en Boston. Eso se sabe pero sería difícil atenderse con ella: como tantos otros grandes autores -la más actual, Elena Ferrante- McFadden es un seudónimo.
¿Por qué una autora de semejante éxito oculta su nombre? Lo que ha dicho es que quiere seguir ejerciendo. Y que sus pacientes pueden sentirse incómodos al ser tratado por una escritora famosa.
La historia se centra en Millie Calloway, una joven que acepta el trabajo de empleada doméstica en la opulenta casa de la familia Winchester, con la esperanza de reconstruir su vida tras un pasado turbio. Desde el primer momento, Millie se siente atraída por el lujo y las apariencias perfectas de la familia que la ha contratado. Sin embargo, pronto descubre que detrás de la fachada impecable se esconden secretos oscuros y peligrosos.
La novela comienza con Millie llegando a la casa de los Winchester, donde es recibida por la encantadora y enigmática Nina Winchester. La relación inicial entre Millie y Nina es cordial, aunque cargada de una tensión subyacente. A medida que Millie empieza a desempeñar sus funciones, se da cuenta de que la casa tiene una atmósfera inquietante y que Nina es una mujer mucho más complicada de lo que aparenta.
Uno de los puntos fuertes de La asistenta es la maestría con la que McFadden desarrolla los personajes. Millie es una protagonista con la que es fácil empatizar. Su pasado oscuro y sus intentos por encontrar un nuevo comienzo la hacen vulnerable pero también valiente. A medida que se enfrenta a las dificultades y misterios que surgen en la casa de los Winchester, el lector no puede evitar sentir una profunda conexión con ella.
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Nina Winchester, por su parte, es un personaje fascinante y complejo. Su comportamiento errático y sus cambios de humor constantes crean una nube de sospecha sobre sus verdaderas intenciones. La relación entre Millie y Nina se convierte en el eje central de la narrativa, con cada interacción aumentando la tensión. McFadden logra mantener el interés del lector mediante la evolución de esta relación, que oscila entre la confianza y el temor.
El esposo de Nina, Andrew, también juega un papel crucial en la trama. Su presencia añade una capa adicional de misterio a la historia. Aunque inicialmente parece ser un hombre atento y afectuoso, pronto se revela que guarda sus propios secretos. La dinámica entre Millie, Nina y Andrew se convierte en un triángulo de incertidumbre y desconfianza, que impulsa la narración hacia revelaciones sorprendentes.
Un pasado de estudio
McFadden creció en Manhattan y se destacó desde pequeña por su inteligencia y su amor por la lectura. Participaba en el equipo de matemáticas de su escuela y llenaba cuadernos con sus relatos. Su padre, psiquiatra, la animaba a leer literatura de ficción, mientras que su madre, podóloga, le inculcó el gusto por los thrillers y el suspense y le recomendó que leyera a autores como Mary Higgins Clark y Robin Cook.
En la Universidad, que cursó en Harvard, McFadden barajó la posibilidad de dedicarse a las matemáticas, pero finalmente se inclinó por estudiar medicina.
Ahora, dice su propia página, “Freida vive con su familia y su gato negro en una casa centenaria de tres plantas con vistas al océano, con escaleras que crujen y gimen a cada paso, y nadie podría oírte si gritas. A menos que grites muy fuerte, quizá”. Sí, parece una novela de McFadden.
Lo de la casa, de hecho, es central en La asistenta. El entorno en el que se desarrolla la historia juega un papel significativo. McFadden describe con detalle cada rincón de la casa y así logra que el lector sienta una inquietud constante. Cada puerta cerrada y cada rincón oscuro sugieren que algo siniestro está por suceder.
El estilo
McFadden construye la tensión de manera gradual, utilizando pistas sutiles y giros inesperados para mantener al lector pegado a las páginas. El ritmo de la novela es impecable, con momentos de calma que preceden a explosiones de acción y revelaciones sorprendentes.
Uno de los temas centrales de La asistenta es la dualidad de las apariencias. Los Winchester, a primera vista, son la encarnación de la perfección y el éxito. Sin embargo, conforme Millie se adentra en sus vidas, descubre que las apariencias pueden ser engañosas. McFadden explora cómo las personas pueden ocultar sus verdaderas intenciones y emociones detrás de una fachada impecable, creando una narrativa que invita al lector a cuestionar lo que es real y lo que es una ilusión.
La novela también aborda temas de poder y control. La posición de Millie como asistenta la coloca en una situación vulnerable, donde debe navegar las dinámicas de poder dentro de la casa de los Winchester. A medida que la historia avanza, Millie se ve obligada a tomar decisiones difíciles y enfrentarse a situaciones que ponen a prueba su fortaleza y determinación. McFadden aborda estos temas con sensibilidad y perspicacia, ofreciendo una reflexión sobre las relaciones de poder y la lucha por la autonomía.
El clímax de la novela es tanto impactante como satisfactorio. McFadden consigue atar todos los cabos sueltos, revelando secretos e intenciones ocultas de una manera que sorprende al lector y, al mismo tiempo, tiene sentido dentro de la trama. Las últimas páginas son un torbellino de emociones, con la tensión y el suspense llevados al máximo, culminando en un desenlace que deja una impresión duradera.
La asistenta es, en definitiva, una novela que destaca por su capacidad para atrapar al lector desde el primer momento y mantenerlo en vilo hasta el final. Freida McFadden demuestra una vez más su talento para crear historias llenas de misterio, personajes complejos y giros inesperados. La combinación de una trama envolvente, una atmósfera inquietante y una exploración profunda de temas humanos hace de esta obra un thriller psicológico que no debe perderse.
Para aquellos que disfrutan de las novelas de suspense y misterio, La asistenta es una lectura obligada. McFadden ha logrado crear una historia que no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre la naturaleza de las apariencias, el poder y la lucha por la identidad. Con su estilo narrativo cautivador y su habilidad para tejer tramas complejas, Freida McFadden se consolida como una autora imprescindible en el género del thriller psicológico.