Gyula Kosice, el hombre que soñó el futuro

El Malba presenta “Intergaláctico”, una muestra que en torno a la “Ciudad Hidroespacial” recupera la obra avant-garde del artista argentino que aún espera reconocimiento internacional

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Gyula Kosice, artista argentino de vanguardia, falleció en 2016 (Secretaría de Cultura de la Nación)
Gyula Kosice, artista argentino de vanguardia, falleció en 2016 (Secretaría de Cultura de la Nación)

“El hombre no ha de terminar en la tierra”, escribió Gyula Kosice en la mítica revista Arturo en 1944.

En aquellos tiempos, que participaba de los movimientos Concreto y luego del Madí, su creatividad estaba ya en otro espacio, en otra dimensión: el futuro. Y esa etapa la que se puede visitar en la muestra Intergaláctico, que se presenta en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).

“La muestra surge hace unos años a partir de la petición de Malba del préstamo de la Ciudad Hidroespacial, que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Houston. Ahora, en el marco del centenario de su nacimiento, pensamos que era una oportunidad para traerla y que sería fantástico mostrar no solamente la Ciudad, sino las series hidro lumínicas que nunca se habían mostrado juntas”, dice, a Infobae Cultura, Mari Carmen Ramírez, co curadora de la muestra junto a María Amalia García, sobre la expo que reúne más de 80 obras producidas entre 1950 y 1980.

"Intergaláctico" es la primera muestra que se hace con curaduría, con un proyecto de investigación y con una mirada mucho más objetiva sobre su obra
"Intergaláctico" es la primera muestra que se hace con curaduría, con un proyecto de investigación y con una mirada mucho más objetiva sobre su obra

En ese sentido, explica, es la primera exposición que se realiza después de la muerte del artista en 2016, como también “la primera que se hace con curaduría, con un proyecto de investigación y con una mirada mucho más objetiva sobre su obra”.

Nacido como Ferdinand Fallik, tomó por nombre artístico el de su ciudad natal, Kosice, en la extinta Checoslovaquia, hoy Eslovaquia. Llegó al país a los 4, en 1928, donde se convirtió en uno de los creadores más importantes de su generación y ya desde joven “asimiló el paradigma del artista de vanguardia”, del “artista que se dedica a inventar cosas que nunca existieron”.

“Cada propuesta que él hacía tenía que ser algo nuevo. En ese sentido se consideraba un invensionista. Eso es algo que toma de la vanguardia europea” y al mismo tiempo “plantea una paradoja curiosa, porque por un lado se dedicó a inventar una serie de cosas, vive en Europa, se codea con los principales críticos de su momento, que lo reconocen, lo legitiman, vende sus obras en Europa, en Nueva York, en otros sitios de América Latina, pero sus contribuciones y sus aportaciones a la vanguardia no han sido reconocidas”, dice la curadora de arte latinoamericano del Museo de Bellas Artes de Houston y directora del Centro Internacional de las Artes de las Américas.

Es la primera vez que la Ciudad Hidroespacial y las series hidro lumínicas se muestran juntas
Es la primera vez que la Ciudad Hidroespacial y las series hidro lumínicas se muestran juntas

“Kosice no aparece en la historia de las vanguardias de la posguerra y un poco esta exhibición intenta remediar eso, ese lapso, ese hueco, y reposicionarlo en la historia, al mismo tiempo que abrir nuevas perspectivas para el estudio de su obra”, agrega.

En el ‘44 Kosice creó Röyi, la primera escultura articulada y móvil de Latinoamérica, “una obra sumamente radical para su momento”, en la que “rechaza completamente la noción de bloque y masa y divide la escultura en ocho pedazos de madera que estaban sostenidos por pernos que facilitaban la articulación en distintas posiciones, eliminando la base, que es un concepto muy radical para los 40″.

Si bien la obra no forma parte de la muestra, ya que su etapa con los Concreto y Madí “se ha visto muchas veces”, Ramírez considera a la pieza como parte de su gran legado no reconocido: “Eliminar la base es algo que hacen los artistas en los ‘60. Él la convierte en un movimiento móvil y lo más importante es que requiere de la participación del espectador para completarse”.

Röyi, escultura móvil de Gyula Kosice, no forma parte de la muestra
Röyi, escultura móvil de Gyula Kosice, no forma parte de la muestra

“La obra no existe si no la articulas y la mueves en distintas posiciones. Y si bien, su propuesta se basa en los constructivistas rusos, que son los que influyen en su pensamiento, que ya en ese momento habían rechazado esa noción de bloque y masa, a ninguno se le había ocurrido insertar el movimiento e insertar el espectador. Esas son propuestas que se popularizaron recién en los ‘60, incluyendo a Lygia Clark con sus famosos bichos. Generalmente se la menciona a ella como la artista que desarrolla ese concepto de la escultura articulada y él ya lo había planteado 20 años antes”.

“Nunca fue un escultor tradicional. Se dedicó desde un principio a renovar el concepto de la escultura a través del espacio, de la materialidad y del movimiento. Entonces eso le causaba problemas con el medio local, que siempre pensó que le era hostil y donde se había ganado muchos enemigos”, dice.

Y agrega: “La realidad es que el medio no estaba preparado para aceptar la propuesta tan radical que traía, en un momento donde lo que se valoraba era la escultura de bloque y masa y la escultura tradicional, aunque fuera cubista. Él destruye todo eso para hacer Röyi”.

La "Ciudad Hidroespacial" proviene del Museo de Bellas Artes de Houston
La "Ciudad Hidroespacial" proviene del Museo de Bellas Artes de Houston

Intergaláctico se centra, entonces, solamente en el uso del plástico, del que también “fue un gran pionero e innovador” comenzando a utilizarlo como material a finales de la década del 40. Pero el concepto de la Ciudad Hidroespacial nació mucho antes de que pudiera materializar la obra, así el espíritu creativo de Kosice se anticipó, incluso, a sí mismo.

De acuerdo a la investigadora, las propuestas de Kosice “iban encaminadas hacia una visión de futuro que fue difícil de realizar en su momento”, ya que “estuvo mucho más adelantado a su época”. De hecho, concibe la Ciudad Hidroespacial en 1946 y en un principio era una obra que consistía en textos, poemas y manifiestos y, por ejemplo, críticos como Pierre Restany hablaron durante varias décadas sobre esa obra que aún, físicamente, no existía.

“La realidad es que las maquetas que vemos en la sala se hicieron entre el ‘67 y el ‘71, las constelaciones entre 1970 y 72. Porque si bien él hizo el planteo desde el ‘46 no tenía los medios ni económicos ni técnicos para realizarlo. Entonces fue un proyecto que existió, del cual se habló casi como si existiera, pero que no se consolidó hasta fines de los 60″, explica.

Otra característica que convierte a Kosice en “un visionario” y, sin dudas, su mayor legado a la escena del arte contemporáneo mundial es la incorporación del agua a la obra.

Las propuestas de Kosice “iban encaminadas hacia una visión de futuro que fue difícil de realizar en su momento”
Las propuestas de Kosice “iban encaminadas hacia una visión de futuro que fue difícil de realizar en su momento”

Ningún otro artista en la historia había incorporado el agua, que es un elemento vital, un elemento fluido, que nos remite a los orígenes de la vida, al paisaje, al ambiente. Eso fue un gesto muy radical del que se comentó en 1965 que era probablemente el desarrollo más importante en el arte del siglo 20 hasta la fecha o incluso el más importante en el arte de los últimos 25 siglos”, asevera.

“Eso fue un factor fundamental del cual estaba muy consciente hasta el punto que él desarrolla todo un sistema lingüístico para estructurar su relación con el mundo y su propia identidad. Decía que él era el agua y escribió sobre eso. Hablaba de las hidro-ciudadanos, hidro-revolución, hidro-propiedad, hidro-leyes. O sea, creó toda una serie de neologismos en torno a eso, como que veía el mundo a través de este concepto del agua”.

“El hombre no ha de terminar en la tierra”, escribió en la revista Arturo. Y aquella frase, algo apocalíptica, lo acompañó en el desarrollo de su hidro-obra, debido a que había una “preocupación por el tema ecológico y ambientalista”.

“Ya en ese momento estaba preocupado por el hecho de que la humanidad estaba destrozando el planeta. ¿Quién estaba pensando en eso en 1944? Yo no he podido descubrir a ningún otro artista. Puede ser que exista, pero es una preocupación muy temprana que da pie eventualmente a todas estas maquetas de los hábitats”.

“Ningún otro artista en la historia había incorporado el agua", dijo Mari Carmen Ramírez
“Ningún otro artista en la historia había incorporado el agua", dijo Mari Carmen Ramírez

La mirada de Kosice estaba alejada de la ciencia ficción, a la que rechazaba, ya que -decía- en la literatura se “estaba imaginando otros mundos, otras realidades” y él estaba basándose en la “realidad existente”, en lo que sucedía ante sus ojos en la Tierra.

“O sea, no era una cosa de la imaginación. No era una fantasía. Eran hechos concretos que estaban sucediendo y él estaba al tanto. Leía sobre astrofísica, desarrollo científico, quizá posiblemente también ciencia ficción, pero no era lo que dominaba su pensamiento”.

Intergaláctico se presenta en simultáneo con la megamuestra Tercer Ojo; Manifestación, diálogo entre la obra emblemática de Antonio Berni y Mondongo y la recién inaugurada John Baldessari, el fin de la línea.

Fotos: Alejandro Guyot y Felipe Bozzani

*”Gyula Kosice Intergaláctico”, en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA. De Jueves a lunes de 12:00 a 20:00 y miércoles de 11:00 a 20:00. Martes cerrado. Entrada general, $6000; estudiantes, docentes y jubilados con acreditación, $ 3000; menores de 5 años y personas con discapacidad, sin cargo.

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