Espectacular desfile de estatuas vivientes en el último día de la Bienal del Chaco

Estudiantes de Artes de la ciudad de Reconquista, Santa Fe, desfilaron por el predio donde se desarrolló el popular certamen de esculturas, con trajes barrocos y representando a ejemplares de la fauna autóctona

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Desfile de estatuas vivientes en la Bienal del Chaco
Desfile de estatuas vivientes en la Bienal del Chaco

Fue la sorpresa del último día de la Bienal Internacional de Escultura del Chaco. El público que recorría el predio a orillas del Río Negro, en la ciudad de Resistencia, donde se desarrolla esta extraordinaria y ya clásica experiencia cultural, fue impactado por un inusual desfile de estatuas vivientes que parecían salidas de un cuento de hadas.

Se trato del proyecto de Estatuas Vivientes de estudiantes del Instituto Superior de Formación Docente (ISFD) en Artes N° 5074, “General Manuel Belgrano”, de la ciudad de Reconquista, Santa Fe. Los 15 estudiantes del equipo, más la directora y profesora Mariela Benítez, se autofinanciaron el viaje para cumplir con el sueño de realizar su performance artística en el marco de la fiesta escultórica.

Fascinación de los niños frente a estatuas vivientes que representan a ejemplares de la fauna local
Fascinación de los niños frente a estatuas vivientes que representan a ejemplares de la fauna local

Las estatuas vivientes que encarnaron estos estudiantes representan a animales autóctonos, con un ropaje barroco inspirado también en la flora regional.

La profesora Mariela Benítez explicó que, si bien para el viaje contaron con un aporte de funcionarios de su ciudad, tanto la realización del proyecto como la idea de participar de la Bienal del Chaco fue absolutamente autogestionado. “Pedimos autorización y nos permitieron estar hoy”, agregó la docente.

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Cada año, el proyecto de estatuas vivientes se centra en una temática. En esta ocasión, en la Bienal, presentaron “Frutos de la Creación”. En el marco de su formación en el Instituto, e integrando varias materias diferentes, este año trabajaron el relieve sobre las ropas y máscaras.

El resultado, a la vista en estas fotografías, es deslumbrante. Está al nivel de los mejores vestuarios teatrales y cinematográficos y demuestra el nivel alcanzado por la formación en Artes en el país.

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Premiación

En otro orden, el sábado 20 culminó el certamen internacional de escultura con el anuncio de los ganadores.

El primer premio NBCH fue para Solveiga Vasiljeva, de Letonia, por su obra Tiempo.

En esta edición de la bienal competían diez escultores provenientes de España, Estados Unidos, Perú, Argentina, Kosovo, Turquía, Letonia, Nueva Zelanda, Rumania y Chile.

El segundo premio –Poder Legislativo de Chaco- se lo llevó el chileno Alejandro Mardones Guillén con su proyecto Multiplicidad y el tercer premio (Osde) fue para la obra Habitus-Antihabitus del español Carlos Iglesias Faura.

"Tiempo", la obra premiada durante su realización
"Tiempo", la obra premiada durante su realización

El jurado lo integraron los escultores Carlos Monge, de México, Piotr Twardowski, de Polonia, y el escultor venezolano Ramón Morales Rossi.

El premio de los compañeros escultores “Efrain Bloglietti” fue también para Tiempo de Solveiga Vasiljeva.

Mientras que el voto del público (“Juan Alberto García”) fue para Simpleza, de Luis Bernardi, el escultor argentino.

Los niños votaron también por Simpleza.

El concurso duró siete días, durante los cuales los escultores trabajaron a cielo abierto, en un cuadrilátero, rodeados de público, con el cual interactuaron constantemente, y asistidos por un equipo de colaboradores, tanto técnicos como intérpretes (para el caso de los que no hablaban castellano). El material usado fue el metal y las diez obras resultantes son: Tiempo, Escapar, Mensaje, Abstracto Figurativo, Simpleza, Multiplicidad, Habitus/Antihabitus, Obelisco, Ritmo Cósmico y Reflejo de la luna.

Los tres escultores premiados: Alejandro Mardones Guillén, Solveiga Vasiljeva y Carlos Iglesias Faura
Los tres escultores premiados: Alejandro Mardones Guillén, Solveiga Vasiljeva y Carlos Iglesias Faura

Todos los participantes expresaron su admiración por el nivel organizativo de la Bienal y sobre todo por la motivación del público. Un pueblo educado en el arte, que vio a su ciudad convertirse en el museo a cielo abierto que es hoy. Un patrimonio valorado y cuidado por todos.

“Nunca vi esto en otra parte del mundo -dijo por ejemplo el escultor rumano Bogdan Adrian Lefter-. Nunca me imaginé que las personas pueden ser tan cercanas al arte; estoy agradecido por la gente que nos mira y se interesa en nuestro trabajo, nunca vi gente tan interesada en el proceso de hacer una escultura, agradezco haber encontrado este tipo de personas”.

[Con información de Prensa Bienal Chaco]

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