Hay personas que marcan la diferencia en nuestras vidas. Podemos pensar en algunas muy conocidas, referentes públicos con nombres de gran impacto. Sin embargo, para las mujeres emprendedoras más exitosas, los valores más fundamentales para la vida vienen de los ejemplos cotidianos: sus mamás.
“Mi madre fue mi mentora”, dice Krishanti O’Mara Vignarajah. Nació en Sri Lanka, pero cuando tenía apenas nueve meses, su familia se vio obligada a abandonar el país debido a que su grupo étnico fue perseguido políticamente. Criada como inmigrante de primera generación en Estados Unidos, desde muy joven sintió una profunda necesidad de retribuir a su comunidad.
La carrera de Krishanti no fue sencilla, pero logró lo que muy pocos: títulos en las prestigiosas universidades de la Ivy League, una beca Marshall e integrarse como joven asesora política en la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama. “Mi mantra era: ‘Tienes que verlo para serlo’. Ella vio su modelo a seguir en su madre por doctorarse a los 62, ser madre a los 42 y desafiar todos los modelos sociales.
Como el caso de Krishanti, el libro InnovateHers, de las investigadoras Barbara Koushan y Kathy Hurley, en colaboración con Laura Smulian, recoge 27 historias de mujeres excepcionales que superaron obstáculos de todo tipo gracias a otras mujeres que sirvieron de guía y modelo a seguir. Hoy, a fuerza de trabajo y ciertos rasgos distintivos, lograron el éxito y el impacto social.
“Mi madre fue mi mentora”, se lee otra vez en el libro. Esta vez lo dice Lezlie Baskerville, directora general de la Asociación Nacional para la Igualdad de Oportunidades en la Enseñanza Superior (NAFEO), que aprendió el cariño y la independencia de su madre. “Era la persona más generosa y cariñosa que he conocido en mi vida”.
Según advierten las autoras, las mujeres abordan la innovación con aptitudes y rasgos de liderazgo distintos a los hombres: brillan por la pasión, persistencia y empatía. ¿Por qué? Las entrevistadas aprendieron de sus madres, entre otros modelos, a ser impactantes, comprendiendo la importancia de construir redes de seguridad que apoyen a quienes asumen riesgos cuando caen. Reconocen que las relaciones son el pilar que sostiene a una organización en tiempos de adversidad y que la pasión es el motor que mantiene el propósito de la misión en momentos difíciles
Hoy, Krishanti mueve montañas para conseguir que refugiados de todo el mundo tengan hogares seguros y empleos altamente calificados, igual que hizo su familia hace tantos años. Su mamá le dio las mayores lecciones de vida. Y Lezlie fue reconocida como una de las 25 mujeres que marcan la diferencia en el mundo.
Cuando el modelo está en casa
El libro parte de la pregunta sobre cuál es la fórmula para ser una mujer exitosa y hace la diferencia desde su lugar. ¿Cuáles son los rasgos comunes, a pesar de las trayectorias vitales distintas? “Una InnovateHER es una mujer emprendedora que aprovecha sus rasgos y habilidades para crear un impacto positivo en el mundo y alcanzar un propósito personal mayor. Es valiente, audaz e innovadora, y ha triunfado y fracasado en su camino hacia el éxito”, definen Kourshan y Hurley en el libro. Y muchas de las historias que reúnen en el libro tienen que ver con inspiración en otras mujeres.
A lo largo de más de 200 páginas, las investigadoras indagan sobre cómo se define el propósito de las mujeres emprendedoras exitosas, qué rasgos de la mentalidad emprendedora y habilidades ayudaron a lo largo del camino, y por qué es tan importante para estas mujeres hacer una diferencia en el mundo. ¿Acaso tienen algo especial que el resto de las mujeres no tiene?
“Las habilidades empresariales se las enseñaron sus madres, porque podían realizar múltiples tareas y hacer muchas cosas a la vez. Tuvimos varias mujeres que hablaron de sus abuelas. Es un papel muy importante ser madre o abuela”, dijo Hurley en una nota anterior con Infobae. En ese artículo, Smulian agregó sobre las historias del libro que: “Había algunas que sus mamás no trabajaban formalmente ―me refiero a un trabajo con título―. Les enseñaron mucho los valores de apoyo a la comunidad, pero de cómo salir adelante, diciendo ‘Tú sí puedes’ y trabajando las metas. Las mamás fueron sus motivadoras”.
Tanto es así que de todas las mujeres entrevistadas para InnovateHers, el 85% mencionó que sus antecedentes familiares han tenido alguna influencia o una influencia significativa en sus decisiones de dedicarse a un trabajo con un propósito. En el mundo del emprendimiento, la figura materna juega un rol fundamental y, a menudo, subestimado.
A lo que le enseñaron las mamás sin darse cuenta, las claves del éxito que identifican las autoras del libro están la importancia de la pasión, el propósito, la resiliencia, la persistencia, asumir de riesgos calculados, el rol crucial de una red de apoyo y la innovación. ¿Para qué? Para hacer del mundo un lugar mejor.
El libro, a través de anécdotas conmovedoras y datos contundentes, ofrece una hoja de ruta que guíe a las mujeres a crear un impacto positivo en el mundo y alcanzar sus metas personales y profesionales, a la vez que define las características de las mentes emprendedoras. InnovateHers también incluye las historias de vida de Kourshan y Hurley, quienes también enfrentaron obstáculos, y definen herramientas para superarlos.
Con un impacto en los cinco continentes y en más de 120 países, las mujeres emprendedoras con propósito no es algo reservado para algunas elegidas. Al contrario, todas ellas tuvieron que superar todo tipo de barreras. Y eso las hizo llegar más lejos.
Superar obstáculos y devolver el favor
Lejos de construir mundos de cristal y perfectos, las autoras de InnovateHers traen un grupo diverso de mujeres, cargado de obstáculos de distinta índole: la injusticia racial, la pobreza y la exclusión sistémica son parte de estas historias. Nada de cuentos de hadas: estas historias de vida saben de superar obstáculos.
Con un 62% menor de 50 años y un 33% residiendo fuera de Estados Unidos, el 48% de las entrevistadas se identifica como no caucásico. Incluso, las autoras amplifican las voces de comunidades del sur y este de Asia, afrodescendientes, latinas y de Oriente Medio, con el objetivo de visibilizar las barreras adicionales que enfrentaron. Algunas fueron las primeras de la familia en graduarse de una universidad.
Miramos hacia el pasado para encontrar modelos y cómo superaron obstáculos estas mujeres. Además de la familia, colegas y referentes ayudaron a emprendedoras exitosas de InnovateHers a desarrollar su potencial. La pregunta ahora es por el futuro. ¿Quiénes moldearán a las próximas generaciones para hacer la diferencia? En esta línea, el libro ofrece una hoja de ruta para aquellas que buscan seguir los pasos de estas mujeres exitosas.
Hurley enfatiza que el legado de su madre la ayudó a alcanzar sus propios objetivos y le enseñó el valor de apoyar a otras mujeres en su camino. Este compromiso con la mentoría es una característica compartida por muchas de las mujeres destacadas en el libro. Algo así como una cadena de apoyo.
Jennifer Ferrari, directora general del Instituto de Investigación y Desarrollo de la Educación (ERDI), por ejemplo, dedica tiempo cada semana para apoyar a las mujeres de las que es mentora. A través de llamadas regulares y reuniones, Jennifer ofrece orientación y apoyo, ayudando a estas mujeres a navegar sus propios desafíos profesionales. Este acto de devolver el favor fortalece a la comunidad de mujeres emprendedoras y perpetúa el legado de apoyo y colaboración que es fundamental para el éxito a largo plazo.
Ana Hidalgo, fundadora de LAB XXI y ReinventED Schools, también subraya la importancia de la mentoría en su éxito. Ana atribuye gran parte de su capacidad de adaptación y resiliencia a las lecciones aprendidas de su madre, quien fue su mayor defensora y mentora desde temprana edad. Al igual que Hurley, Ana se ha comprometido a apoyar a otras mujeres, ofreciendo su tiempo y experiencia para ayudar a la próxima generación de emprendedoras a alcanzar sus metas.
Como concluye Caryl Stern, directora ejecutiva de la Walton Family Foundation, en el prólogo: “Al mirar a la generación actual y a la siguiente de niñas, deberíamos verlas como futuras InnovateHERs y ayudarlas a desarrollar sus aptitudes empresariales lo antes posible”.