Mariano Tenconi Blanco: “Me interesa renovar partiendo desde la tradición”

El dramaturgo y director que repone “Quiero decir te amo” en el Teatro Picadero, dialogó con Infobae Cultura sobre el sentido de sus obras y la sintonía de la creación artística con la realidad social. “Otras aproximaciones formales a ciertos temas pueden dar una nueva energía”, afirma

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Mariano Tenconi en una calle de Villa Ortuzar, ciudad de Buenos Aires, invierno de 2024.
Mariano Tenconi en una calle de Villa Ortuzar, ciudad de Buenos Aires, invierno de 2024.

Mariano Tenconi Blanco es una figura relevante de la cultura argentina de este siglo y como tal, cada nuevo paso artístico suyo despierta interés y atención. Ahora sucede con el reestreno de Quiero decir te amo aunque tal vez la palabra “reestreno” le quede chico a esta nueva versión que, sí, reescribió. “Reescribir la propia obra es como una parte bastante central del teatro”, reflexiona en diálogo con Infobae Cultura una de estas tardes frías pero soleadas del invierno porteño, en un bar de Villa Ortuzar. “Creo que también tiene que ver con la memoria. Uno va actualizando los recuerdos...”, dice.

“La historia es la misma pero hay escenas nuevas”, informa sobre la obra que protagonizan Lucía Aduriz y Violeta Urtizberea los sábados a las 20 y los domingos a las 21 hs. en el Teatro Picadero, en pleno centro de Buenos Aires. “Hay escenas nuevas, escenas distintas. La obra habla sobre el amor, así que creo en algunas cosas sigo pensando igual que ese yo que tenía 28 años... En otras pienso distinto”, dice Tenconi, que ahora tiene 42 años, una buena experiencia de vida y teatro acumulada para quien es considerado un destacado dramaturgo y director teatral del teatro argentino para el mundo.

Una mujer ve a un médico ayudando en un accidente de tránsito. Se enamora de él y le empieza a mandar cartas de amor. Las recibe la esposa del médico y ella misma le empieza a responder. Así es el núcleo dramático de Quiero decir te amo. “En el medio hay sucesos que no estaban en la versión original y que hacen que sea otra obra”, anticipa el autor y director.

Lucía Aduriz y Violeta Urtizberea en acción durante la obra "Quiero decir te amo", que se presenta actualmente en el Teatro Picadero
Lucía Aduriz y Violeta Urtizberea en acción durante la obra "Quiero decir te amo", que se presenta actualmente en el Teatro Picadero

Una vez repasada la actualidad, el diálogo deriva hacia otras cuestiones más generales, a veces profundas, que vinculan la creación teatral, su contacto con la realidad, el rol del dramaturgo en tiempos de redes sociales y algunos de los grandes temas de la humanidad llevados a las tablas. “Me parece interesante renovar desde la tradición. Escribir y reescribir el teatro desde la tradición del teatro y la literatura argentina”, afirma en un tramo central del diálogo.

En ese sentido, es más bien reciente la exitosa temporada de la obra La mujer fantasma que Tenconi Blanco (en realidad, su compañía Teatro Futuro, que comparte junto a la productora Carolina Castro y el músico Ian Shifres) presentó junto al grupo catalán T de Teatre en el Teatro San Martín de Buenos Aires. Una impactante sucesión de monólogos de cuatro docentes, sus vaivenes emocionales, obsesiones y penurias. “Me acordé mucho de mis maestras”, dice el autor. “Tuve muy presente y el apellido suyo aparece en la obra, de un docente que me hizo leer El Fantasma de Canterville en cuarto grado. Lo recuerdo como algo importante: me empezaron a interesar los libros y nunca más dejaron de interesarme”.

La clave de La mujer fantasma estaba, más allá del retrato colorido en el lenguaje y las formalidades propias del sistema educativo (sea en España, sea en Argentina, parecen las mismas cosas), es que la narrativa concluía en la búsqueda misma de la esencia del teatro. Para qué sirve el teatro, a qué vamos cuando vamos a ver una obra de teatro. “Me interesa la idea de la escritura en un género híbrido. Que es teatro pero que también toma mucho de la escritura íntima, de los diarios, las cartas. Y también quería explorar en el ensayo, que no siempre es visto como afín al teatro. Fue una especie de aventura para mí pensar en la educación y el teatro”.

"La mujer fantasma" se presentó en el Teatro San Martín protagonizada por las actrices de la compañía catalana T de Teatre
"La mujer fantasma" se presentó en el Teatro San Martín protagonizada por las actrices de la compañía catalana T de Teatre

—Tus obras se han presentado en Argentina y unos cuantos países de América y Europa ¿Sentís que la mirada cultural eurocéntrica solo permite que el arte que venga de América latina, por ejemplo, tiene que decididamente “social” para despertar interés?

Tuve varias experiencias en torno a esto. Yo estuve con una beca en la residencia de escritores de Iowa en 2016, que es la residencia escritores más antigua del mundo y una de las de las más prestigiosas. Y me acuerdo que en un momento yo iba a dar una charla y una persona que asistió a la charla me preguntó “¿En tu país puedes hablar libremente?” Sí, dije. “Ah entonces no me interesa”, me respondió. En otro momento participaba en unas actividades de intercambio que hacían durante la pandemia (no sabíamos que hacer y hacíamos cualquier cosa) con una institución canadiense.

Primero, sí, todas las obras que hacían los canadienses tenían un objetivo educativo, digamos... O sea, en ningún momento interesaba lo artístico. Los artistas se presentaban y decían lo que iban a hacer y en ningún momento hablaban de cómo habían escrito el texto, por qué, qué sentían que podía renovar la escritura teatral o la escena teatral, qué era actuar bien, qué era escribir bien, qué era hacer una buena puesta de luces... Nunca se habló de eso. Se hablaba siempre de cuestiones sociales y políticas que para mí son importantes, pero para mí lo primero es el teatro.

Y después las personas de esa institución vieron mi obra Las cautivas y dijeron “no, esta obra a Canadá no puede venir porque Lorena no es miembro de los pueblos originarios” ¿Qué saben ellos de la historia de Lorena, de la historia de la madre de Lorena? ¿Y qué saben ellos de la historia de exterminio y de mestizaje que hubo en la Argentina? Entonces, sin ningún conocimiento, decidieron qué se puede hacer y qué no se puede hacer. Y eso termina por incidir. Por eso creo que se empezó a ver en el teatro hecho en Argentina que tiene mucho menos que ver con Griselda Gambaro o Roberto Arlt que con lo que se presenta y tiene éxito en los festivales europeos. so incide sobre la política. Yo creo que ha incidido, porque el teatro, digo, cada uno tiene que hacer lo que quiera.

"Las cautivas", con Lorena Vega y Laura Paredes, uno de los grandes "hits" teatrales de Tenconi Blanco
"Las cautivas", con Lorena Vega y Laura Paredes, uno de los grandes "hits" teatrales de Tenconi Blanco

—En el mismo sentido, ¿crees que ya pasó el tiempo de escribir obras sobre la dictadura, las secuelas de la dictadura, los desaparecidos?

—Yo pienso que en todo caso los temas van y vienen. Me parece que en un momento fue necesario hablar sobre la dictadura. Se ha hecho “Teatro Abierto” en dictadura y han quemado un teatro en el cual estamos nosotros ahora. Y después en los 90 fue necesario hablar de otras cosas vinculadas al modelo neoliberal. Después de la crisis del 2001... No sé, las cuestiones sociales que van sucediendo nos van modificando. Yo siento que ahora hay una vuelta de la ultraderecha y que algunos temas o algunas discusiones que pensamos que estaban zanjadas, vamos a tener que volver a darlas. Seguramente, de una manera muy distinta y desde una hipótesis estética muy distinta a La historia oficial.

Yo pienso que, en el fondo, a mí me importa más lo formal que los temas. Me refiero a que los temas pueden volver a ser los mismos... Ojalá no volvieran a ser lo mismo, pero a veces necesariamente tienen que ser los mismos. Pero sí creo que está bueno que podamos tener otras aproximaciones formales, porque me parece que también eso es lo que le puede dar una nueva energía. Porque en el país en el cual se hizo en Argentina, 1985 y batió todos los récords de audiencia, meses después la gente fue y voto a la ultraderecha. Con lo cual, bueno, hay también que repensar qué poder tiene la poética y también para quien está hablando uno. Porque quizás siempre estamos hablando para nosotros mismos. Que es algo muy de la época. Está todo tan segmentado que yo veo en Twitter o en Instagram las cosas que quiero ver y que me interesan a vos o a mí, de cine o de política, y otros que tienen unas inquietudes casi opuestas a las nuestras, van a ver otras cosas y ni se enteran que existimos.

"Me interesa escribir desde la tradición del teatro y la literatura argentinos"
"Me interesa escribir desde la tradición del teatro y la literatura argentinos"

—¿Y como autor, cómo te llevás con esta época de fragmentación, falta de atención extensa y teléfonos omnipresentes?

—Bueno, trato de pensar que dialogo con un público inteligente e interesado. Y entonces no tengo tanto miedo ni a la extensión de las obras ni a tratar temas “de moda” o no... Por supuesto, estoy atravesado por lo político y lo social, esas cosas aparecen de una forma más o menos directa en las obras. No me interesa demasiado pensar un teatro atravesado por las redes sociales o por el mundo digital. Me interesa pensar un teatro. Punto.

—Yo diría que al contrario, porque en varias de tus obras más relevantes te vas en la historia hacia atrás...

—Sí. Es un poco más nutritivo para pensar el hoy, que nos sirve mucho más postularnos en otros momentos... Primero, sientoque el teatro tiene una relación distante con la realidad. Entonces si yo hiciera una película y quiero hacer una escena en un café como como los cafés del 2024, bueno, no es tan difícil. Vengo, pongo una cámara acá y lo hacemos. En el teatro aunque pongas una mesa, una silla, ya no es un café. Es una mesa en el medio del escenario. El artificio está exhibido todo el tiempo. Y también esa falta de distancia con respecto al presente no es positiva en términos de pensamiento. No terminamos de entender bien todavía lo que está pasando. Y también es negativa en términos poético: algo que está tan pegado a lo real, a veces cuesta poetizarlo.

Hay un universo más poético y más fértil en el pasado. Y se puede intentar hacerlo nuevo pensando desde la tradición. No negando la tradición, sino al contrario, utilizándola a favor nuestro.

[Fotos: Matías Arbotto]

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