“¿Tú eres figurativo o abstracto?”, fue la pregunta que “un chamaquito” le hizo a Carlos Monge, escultor mexicano, en una de las primeras Bienales de Esculturas del Chaco. Hoy el artista participa como invitado de la nueva edición de ese acontecimiento cultural único en el país. Es la cuarta vez que asiste a una Bienal que asegura no tiene igual en el mundo: “Lo único que puedo decir es que cada vez es mucho mejor”.
Monge cuenta que desde que empezó a venir al Chaco le impresionó el trabajo hecho por Fabriciano Gómez, creador de la Bienal, fallecido en 2021, y la Fundación Urunday; “Han logrado esto que me fascina: que la escultura sea parte del pueblo del Chaco, de Resistencia; éste es un festival cultural impresionante y cada vez que vengo es más y más y no paran”.
Y recuerda la anécdota que lo impactó en su primera visita: “Hace 32 años, cuando estábamos en la plaza principal, (de Resistencia) un chamaquito de unos cinco años, se me acercó y me dijo ‘¿Tú eres figurativo o abstracto?´ ¡Madre mía!”.
“Me gusta que a mis esculturas las cuide la gente”, finalizó, en referencia al hecho de que las estatuas están emplazadas en el espacio público, casi sin protección y no son vandalizadas.
Durante una semana, desde el 13 de julio, diez escultores consagrados de diferentes partes del mundo, selecionados entre 157 postulantes de 55 países, realizan sus obras en el predio de la Fundación Urunday, organizadora de la Bienal Internaconal de Escultura, a la vista del público, con el que interactúan, para lo cual son incluso asistidos por intérpretes de ser necesario. Al concluir la Bienal se entrega el premio del Jurado, pero también habrá un premio del público que puede votar durante toda la semana.
Los diez escultores que compiten son: Luis Bernardi (Argentina), Alejandro Mardones Guillen (Chile), Carlos Iglesias (España), Billy Lee (Estados Unidos), Butrint Morina (Kosovo), Solveiga Vasiljeva (Letonia), Anna Korver (Nueva Zelanda), Percy Raúl Zorrilla Soto (Perú), Bogdam Adrian Lefter (Rumania) y Emrah Önal (Turquía).
El escultor rumano Bogdan Adrian Lefter dice por su parte: “Nunca me imaginé que las personas pueden ser tan cercanas al arte, nunca vi esto en otra parte del mundo, estoy agradecido por la gente que nos mira y se interesa en nuestro trabajo, nunca vi gente tan interesada en el proceso de hacer una escultura, agradezco haber encontrado este tipo de personas”.
También señala que está progresando muy bien en su trabajo porque tiene “un muy buen equipo de ayuda”.
Además de la calidad del público, todos los escritores que compiten destacaron la buena organización y la eficacia de la asistencia con la que cuentan.
“Es fantástico acá en Chaco -insiste el rumano-, es muy bueno conocer a más artistas y hacer nuevos amigos”, así como observar el trabajo de los demás.
La carne, el vino y el dulce de leche son otros descubrimientos que encantaron al rumano.
También Emrah Onal, el representante de Turquía, expresa un gran entusiasmo: “Nunca vi una cosa como esta antes, estoy muy feliz porque todos están muy interesados en el arte y es muy bueno. Me encanta el lugar, es hermoso, muchas personas nos visitan todos los días y estoy muy feliz con la situación”.
El escultor español Carlos Iglesia Faura coincide: “Es impresionante, el trato de todo el mundo está siendo muy bonito, se están acercando con mucho cariño, mucha curiosidad. La gente me pregunta sobre el tipo de material que uso, cómo lo hago, qué significa la escultura”.
“Acá somos todos amigos y podemos compartir nuestras diferentes técnicas y experiencias” dice Butrint Morina de Kosovo. “Es muy divertido, más divertido incluso que estar sola en mi estudio; acá somos todos amigos y podemos compartir nuestras diferentes técnicas, las experiencias y enriquecernos mucho más”.
En cuanto al vínculo con los visitantes, dice: “Me siento como si estuviera actuando para el público, como un show, pero para mí eso lo hace aún más divertido y a veces el público para y te hace preguntas y lo encuentro muy relajante, es como un pequeño descanso”.
El participante de Argentina, Luis Bernardi, es oriundo de Monte Caseros, Corrientes, pero actualmente reside en Unquillo, Córdoba.
“Esculpir frente a la gente y al lado de otros artistas, estar en contacto, me parece extremadamente rico. Uno es permeable a compartir. Tener en cuenta lo otro, uno va absorbiendo cosas inconscientemente y aprende mucho” dijo sobre esta experiencia.
También señala que le parece “una cosa alucinante” que su obra “pueda estar en el espacio público”.
Todas las obras producidas en cada Bienal pasan a formar parte del patrimonio escultórico de Resistencia, conocida hace años como la Capital de las Esculturas.
[Con información de Prensa Bienal del Chaco]