David Lebón, una historia de amor con la guitarra eléctrica: de Eric Clapton a Pappo y Spinetta

El músico y cantante, protagonista del mejor rock argentino en más de medio siglo, repasa anécdotas alrededor de su gran pasión por el blues y recuerda a dos de sus grandes amigos de la vida

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David Lebón y Eruca Sativa en vivo, 2022: "Despiértate nena" (Luis Alberto Spinetta)

Hablemos de guitarristas de rock y blues. Si quien está enfrente es David Lebón, una leyenda del rock argentino de cinco décadas y contando, mucho más fácil. Lebón hoy tiene 71 años y la mirada de un hombre bueno (también se está viniendo viejo, como dice la canción). Es parte de la mejor historia de la música popular argentina: tocó con Pappo, Luis Alberto Spinetta y Charly García, por citar tres próceres que fueron (son), además, sus amigos del alma.

Ahora está sentado y sonríe en un mini estudio de una productora, en el barrio de Palermo, mientras bebe una taza de té en pleno invierno porteño. La razón de este diálogo con Infobae Cultura parte de una noticia: David Lebón será acto de apertura para el show de Eric Clapton, nada menos. Esa misma noche para completar el cartel, tocará Gary Clark Jr., un notable guitarrista afroamericano. Será una suerte de convención de guitarristas de rock y blues a cielo abierto, en el estadio de Vélez. Lebón está feliz con la posibilidad de integrar la programación de la noche del 20 de septiembre. Así lo expresa entusiasmado.

Y hablamos de guitarristas entonces. Se le pregunta por Eric Clapton, claro, pero la conversación comienza (acto de justicia poética) por Jimi Hendrix. Pausa (un largo “pará, pará, pará”).

— ¿Viste a Jimi Hendrix en vivo?

— Lo vi con Curtis Knight, un saxofonista... Cuando Hendrix era guitarrista de la banda. Pero además cantaba y ya se hacía notar. No eran de Motown, no era soul, era bien psicodélico. Re loco. Cantaba desafinado... Y él fue el que sacó el tercer resorte a la Stratocaster para poder estirar para arriba también. Y por eso desafinaba la guitarra todo el tiempo. Inolvidable.

Jimi Hendrix 1942-1970 (Foto: David Redfern/Redferns)
Jimi Hendrix 1942-1970 (Foto: David Redfern/Redferns)

— ¿Y recordás el momento de tu vida en que tomaste conocimiento de la existencia de un guitarrista llamado Eric Claptón?

— Cuando llegué a Argentina, en el 69. Pappo, que me llamaba “Colonio”, me dijo “Colonio te voy a hacer escuchar algo”. Era un tema de un disco de John Mayall. Estaba Clapton. Me dice: “Escucha a este guitarrista”. Me morí. Me morí porque tocaba como toca ahora. Hace lo que quiere. No es que se equivoque, pero hace notas que por ahí te preguntas ¿De dónde vienen? ¿Cómo se te ocurrió hacer esa nota, ahí en ese momento? De acá adentro sale (se señala el corazón). No hay vuelta que darle.

Después, cuando escuché a Cream, ah dije “Esta es mi banda”. Ojo ya había salido Led Zeppelin y todo eso, que estaba bueno… Jimmy Page es impresionante también. Hay un tema que se llama “Since I’ve Been Loving You”, en donde toca un solo de guitarra extraordinario. Y el blues es mortal, todo. Pero cuando escuché Goodbye, de Cream, ahí está “Crossroads”... Se lo tengo que decir si lo veo (me dicen que es un poquito malhumorado, pero ya estoy acostumbrado con Pedro Aznar ja ja ja). Si lo veo le voy a decir que es el mejor solo que escuché en mi vida.

Son dos vueltas de solo. Hay una larga, bien, todo tranquilo... Pero en la segunda vuelta se va a la mierda. Muy bien. Y lo define perfecto. Lo que hizo el final ¡no lo puede hacer nadie!

Eric Clapton sobre el escenario del Royal Albert Hall de Londres, mayo de 2017 (Foto: Matthew Baker/Getty Images)
Eric Clapton sobre el escenario del Royal Albert Hall de Londres, mayo de 2017 (Foto: Matthew Baker/Getty Images)

—Viniste a la Argentina cuando eras adolescente, con todo ese background musical de Estados Unidos, esa educación rockera ¿Con qué te encontraste acá?

— Lo primero que encontré fue a Rinaldo Rafanelli, que sabía todos los temas de los Beatles, todos. Tenía clarísimo todos los temas, los acordes, todo. Y yo también. Entonces íbamos a una placita de Nuñez y tocábamos. Yo recién llegaba, tenía 17, 18 años. Grabamos en un grabador Geloso los dos con la guitarra acústica. Nos encantaba. Bueno, después él entró en Sui Generis y ellos me invitaban a tocar, pero a mí ¿viste?mucho no me gustaba la música de Sui Generis... El sombrerito gris y todo eso. Yo venía de escuchar a Frank Zappa, era como un golpe. Lo único que me atrapó en ese momento fueron Los Shakers.

—Llegaste a un país gobernado por militares, había guerrilla, era un clima oscuro, digamos, muy contrastante con la soleada Miami, me imagino.

—Me decían “el yanqui”. Me metían todo el tiempo en cana, llegué con el pelo largo y con los pantalones con botamanga ancha… Mi hermana me decía: “No salgas así” Y yo con mis anteojitos redondos por la calle.

Luis Alberto Spinetta en la presentación de "Artaud", en 1973 (Foto: Miguel Grinberg/ gentileza familia Spinetta)
Luis Alberto Spinetta en la presentación de "Artaud", en 1973 (Foto: Miguel Grinberg/ gentileza familia Spinetta)

—En este contexto te encontraste con Pappo y Spinetta, dos personas muy cercanas en tu historia de vida ¿Cómo los conociste a ellos?

—A Luis lo conocí en un festival, en donde yo estaba tocando con Rino (N. de la R: Rinaldo Raffanelli). No había nadie. Y estábamos tocando. Cayó un micro y bajó Luis con un saco de piel de oveja, con pelos así y se puso a escuchar delante del escenario. Me miraba y a mi me daba vergüenza. Cuando escuché “Laura va”, me dije chau, esto es un tango. Esto no es joda.

Cuando bajo del escenario, se me acerca y me dice “Quiero hablar con vos”. Y me dice “Tenés que dejarte las lanas”. Te invito a mi casa, él vivía en Olivos. Así que fui y tocamos. Me prestó una SG. Enseguida nos hicimos amigos.

Un joven Norberto Napolitano, "Pappo"
Un joven Norberto Napolitano, "Pappo"

Y Pappo es mi hermano… Pappo me llevó a vivir a su casa, con la mamá, el papá, la abuela, el cuñado. La pasé bomba con él. Me cuidó como si yo fuera un hermano menor. Una vez en Obras, tocaba B.B. King y él estaba sentado en la falda de B. B. King (risas). Yo le dije “sos un hijo de puta…” (risas). Entonces va y le dice: “Él, after me is the best guitar player en Argentina”.

—Te pregunto por estas personas y se nota que las tenés muy presentes ¿Sentís nostalgia de ellos? ¿Los extrañas?

—Si, los extraño mucho. Pero los tengo conmigo, eh. Los tengo conmigo. Yo sé, aprendí, que cuando quiero estar con alguno de ellos, o con mi mamá, o con mi papá, o con Napoleón, cierro los ojos y me voy acá (señala el centro de su pecho). Cierro los ojos. Por ejemplo, me ha pasado con Luis. Cuando estoy tocando, cierro los ojos y le digo “Luisito, dame fuerza para terminar con esta canción”. Y automáticamente sucede. Es increíble ¿viste? Porque cuando vos te vas, estás en todos lados.

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