Una película chilena retrata desde la intimidad un horrendo caso de fanatismo

“Quizás es cierto lo que dicen de nosotras”, de Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra, ofrece su perspectiva de la secta Antares de Luz, responsable de un ritual que conmovió a la sociedad trasandina

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Trailer de “Quizás es cierto lo que dicen de nosotras”, de Sofía Gómez y Camilo Becerra

El 23 de noviembre de 2012, una secta denominada “Antares de Luz” llevó a cabo un ritual en el que una recién nacida fue quemada viva, ya que sus miembros creían que era el “Anticristo”. Este estremecedor caso salió a la luz pública en abril de 2013, cuando una llamada anónima alertó a los Carabineros de Chile sobre el crimen. El evento desató una investigación exhaustiva que duró cuatro meses, la cual reveló las prácticas aberrantes de esta secta de “autoconocimiento”. Durante las pesquisas, se descubrió que el grupo no había registrado en el Registro Civil al bebé desaparecido, lo cual despertó mayores sospechas sobre su destino.

La investigación policial confirmó que en el entorno de la secta se consumía la planta alucinógena ayahuasca y que su líder sometía sexualmente a las cinco mujeres de la agrupación. Estas revelaciones conmocionaron tanto a la prensa local como a la internacional, llevando a múltiples hipótesis sobre la responsabilidad de los miembros en el crimen. La cobertura mediática se hizo eco del impacto social y judicial del caso, sensibilizando a la opinión pública sobre los peligros de las sectas y sus prácticas.

La película Quizás es cierto lo que dicen de nosotras, dirigida por Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra, está inspirada en hechos reales ocurridos en la secta y ofrece una profunda reflexión sobre la crueldad y el fanatismo. Esta producción chilena se ha gestado gracias a la colaboración entre productoras de Chile (Storyboard Media y La Jauría), Argentina (Murillo Cine y Morocha Films) y España (B-Mount), y cuenta con el apoyo de organismos como CORFO, INCAA y el Fondo bilateral Chile-Argentina.

La secta Antares de Luz
La secta Antares de Luz llevó a cabo un ritual en el que una recién nacida fue quemada viva en 2012, creyéndola “Anticristo”

El reparto de la película incluye actores de renombre como Aline Kuppenheim, Camila Milenka y Julia Lübbert, quienes interpretan papeles centrales en este thriller psicológico. La trama se enfoca en Ximena, una exitosa psiquiatra, y su hija Tamara, que había abandonado su hogar para unirse a una comunidad espiritual. Mientras Tamara se refugia en casa de su madre, se abre una investigación debido a que el hijo recién nacido de Tamara desapareció en extrañas circunstancias al interior de la secta a la cual ella pertenece.

Esta historia que también fue retratada en un documental de Netflix llamado Antares de la Luz: la secta del fin del mundo (dirigido por Santiago Correa), aquí se enfoca en la perspectiva de la abuela del recién nacido sacrificado y de la mujer que cometió el crimen. Así, busca ofrecer una visión humana de los acontecimientos y explorar las motivaciones y desesperación que llevaron a los individuos a participar en tales rituales.

El impactante caso de Colliguay no solo sacudió a la opinión pública chilena, sino que también puso en evidencia los peligros de las sectas y sus líderes carismáticos, quienes pueden manipular y ejercer un control significativo sobre sus seguidores. En 2013, tras el incidente, se iniciaron varias operaciones policiales para desmantelar la secta y arrestar a sus miembros, destacaron algunos medios locales.

La película “Quizás es cierto
La película “Quizás es cierto lo que dicen de nosotras” está inspirada en la secta Antares de Luz y reflexiona sobre el fanatismo religioso

La historia se basa en la secta Antares de la Luz, que capturó la atención del público debido a sus prácticas extremas y creencias espirituales. La notoriedad de esta secta alcanzó su pico en 2013, cuando un ritual macabro expuso a un bebé a la muerte, desatando una investigación que reveló la crueldad y el fanatismo dentro del grupo.

Sofía Paloma Gómez, cineasta y actriz formada en la Universidad ARCIS y con un magíster en cine documental por la Universidad de Chile, co-dirige esta obra. Anteriormente, Gómez ha dirigido el largometraje documental “Quiero morirme dentro de un tiburón”, el cual participó en festivales internacionales como Visions du Réel, FIDOCS y La Habana. Por su parte, Camilo Becerra es cineasta licenciado en Cine por la Universidad ARCIS y magíster en guion cinematográfico, con estudios en la EICTV de San Antonio de los Baños, Cuba. Becerra debutó como director y guionista con el largometraje “Perro muerto” (2010).

Infobae Cultura conversó con ambos directores antes del estreno de la película, ocurrido esta semana.

—¿Por qué decidieron abordar un caso así como ficción?

Sofía Gómez: —Inicialmente queríamos hacer un documental y también teníamos en mente una película sobre sectas desde hace tiempo. Cuando surgió la noticia, decidimos explorarla. Sin embargo, encontramos ciertas limitaciones y preferimos plantear preguntas específicas que surgieron a raíz del incidente, que generó un gran impacto en nuestro país. Nos interesaba especialmente explorar un espacio que parecía difícil de representar, relacionado con la secta y su líder. Optamos por centrarnos en cómo un evento tan impactante afecta la intimidad de una familia, en lugar de adentrarnos en el universo de la secta y sus imaginarios recurrentes.

Sofía Paloma Gómez y Camilo
Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra, directores de la película

—Aunque gran parte de la película se basa en hechos reales, ¿cómo construyeron la parte ficticia?

Camila Becerra: —Si bien nos intrigaba el mundo sectario y nos inspiramos en la secta de Colliguay, los personajes como la madre psiquiatra Ximena, su hija y todo el contexto familiar son completamente ficticios. No guardan relación directa con los involucrados en el caso real. Decidimos ficcionalizarlos porque queríamos explorar la idea de lo sectario en un entorno más familiar y cercano para nosotros. Nos interesaba especialmente el punto de vista de Ximena, una mujer de clase alta, progresista e intelectual, enfrentándose al horror y lo ominoso, que incluso pone a prueba sus propias herramientas emocionales. Lo que sí tiene relación con el caso real es el contexto social en el que se desarrolló la secta de Colliguay, que también pertenecía a la clase más privilegiada de Chile.

—¿Cómo abordaron el tema del tratamiento mediático del caso, algo que también parece reflejarse en la película?

CB: —Una de las cosas que nos distanció del caso real fue la manera en que los medios cubrieron la noticia. En su mayoría, enfocaron la mirada en demonizar al líder carismático, presentándolo como el único responsable del crimen y del horror, exonerando y victimizando al resto de los integrantes. Esta perspectiva no nos representaba ni nos interesaba. Decidimos tomar una posición tangencial que nos permitiera explorar un abanico más amplio de posibilidades y puntos de vista temáticos en la película.

En 2013, operaciones policiales desmantelaron
En 2013, operaciones policiales desmantelaron la secta y arrestaron a sus miembros

—¿Qué tuvieron en cuenta al desarrollar la complejidad de los personajes en la película, evitando juzgarlos y mostrando sus matices?

SG: —Para nosotros fue crucial explorar la evolución de los personajes a lo largo de la película. Queríamos que los espectadores vieran cómo las percepciones sobre ellos cambiaban y cómo pasaban de ser vistos como víctimas a convertirse también en victimarios. Esto fue especialmente notable en el caso de Ximena, quien primero los defiende fervientemente, luego duda y finalmente enfrenta la cruda realidad. Quisimos retratar esta complejidad para dialogar más auténticamente con la realidad, evitando simplificar a los personajes como buenos o malos. Nos interesaba acercarnos y alejarnos de ellos a la vez, permitiendo así una exploración más profunda de sus motivaciones y acciones.

—¿Tuvieron contacto con familias que hayan pasado por experiencias similares o se basaron en investigaciones y lecturas para entender cómo se ve afectado el núcleo familiar en situaciones como estas?

SG: —En nuestra investigación, nos sumergimos en casos específicos como este y otros similares, explorando especialmente cómo la maternidad y la paternidad se relacionan dentro de contextos sectarios. Esa fue nuestra principal fuente de inspiración.

—¿Qué ocurrió durante las primeras proyecciones?

SG: —Algo que no habíamos anticipado y que recibimos muchos comentarios al respecto fue el diálogo que surge después de la película. Ha sido muy interesante ver cómo se instala la discusión sobre la responsabilidad y la culpa, con sus infinitos matices. Esto ha generado un debate muy potente después de las proyecciones, lo cual nos ha sorprendido.

CB: —Un aspecto destacado ha sido la actuación, lo cual nos alegra mucho ya que trabajamos intensamente en la dirección de actores. Además, la película ha dividido bastante a la audiencia. Mientras que algunos espectadores son muy entusiastas con nuestra propuesta, otros critican que no victimiza lo suficiente a los personajes, como cierta parte de la sociedad desearía. Especialmente los medios han tomado la noticia victimizando a los jóvenes de clase alta atrapados por un psicópata, visión de la que nos alejamos. Esto también ha generado una respuesta específica de parte del público.

Camila Becerra: “Exponer lo sectario
Camila Becerra: “Exponer lo sectario en un entorno familiar y cercano”

—Las penas que se les dieron fueron muy bajas...

SG: —Absolutamente, esto está en total concordancia con lo que ocurre en nuestro país y probablemente en la región respecto a las personas con poder. Ellos recibieron una condena de cinco años pero la cumplieron en sus casas, y finalmente redujeron la pena a uno o dos años, por lo que ya están libres.

CB: —Esta parte del caso generó mucho malestar social, especialmente en las redes sociales. Se percibe un fuerte descontento porque las penas y la decisión judicial se consideraron muy injustas y poco ejemplificadoras, considerando la magnitud del crimen. Seguramente, si hubiera involucrado a otra clase social, la historia habría sido diferente.

"Intentamos evitar simplificar a los
"Intentamos evitar simplificar a los personajes" señala Sofía Gómez

—¿Cómo fue el proceso de selección de actores y si ya conocían el trabajo de alguna de las actrices?

SG: —Conocíamos el trabajo de Aline Kuppenheim, nos parecía y nos sigue pareciendo una actriz extraordinaria. Ella estuvo involucrada desde el inicio, escribimos la película pensando en ella, lo cual nos permitió enmarcar la película en una cierta poética actoral en constante diálogo con ella. En el caso de Camila Milenka, el proyecto duró bastante tiempo y atravesó la pandemia, lo que nos permitió indagar y construir ese universo interno y calibrar la película en cuanto al tono actoral que siempre buscamos.

CB: —Con Camila Milenka, quien interpreta a Tamara, fue diferente; queríamos encontrar una actriz nueva para ese personaje. Encontramos a Camila y el trabajo con ella fue muy interesante y distinto al de Aline. Julia Lübbert también se incorporó porque conocíamos su trabajo y creíamos que podía representar muy bien a la hija menor. Tuvimos suerte en el casting y logramos reunir un elenco con el que realmente queríamos trabajar.

—¿Cómo perciben el estado actual del cine chileno, que ha tenido una destacada representación en premios internacionales y festivales?

CB: —Es una situación ambivalente. Por un lado, el cine chileno es valorado fuera del país, pero dentro de Chile es lo contrario. Mientras más reconocidas son las películas en el extranjero, menos se ven en el país, lo que genera muchas interrogantes. Además, todo el cine chileno es prácticamente independiente, sin una industria autosustentable. Las películas en Chile son resultado de grandes esfuerzos colectivos y dependen de fondos estatales muy limitados.

SG: —Siguen produciéndose muchas películas y hay mucho talento en Chile, pero esto no se refleja en el apoyo estatal. El financiamiento no está a la altura del reconocimiento internacional, los premios o la necesidad creativa y expresiva de los cineastas chilenos. Aunque hay muchas ganas de hacer cosas, el soporte financiero sigue siendo insuficiente.

* Quizás es Cierto lo que dicen de nosotras, de Sofía Gómez y Camilo Becerra, se proyecta en una las salas del complejo Gaumont (Avenida Rivadavia 1635, C.A.B.A.).

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