El poeta español Luis García Montero ganó el Premio Internacional Carlos Fuentes 2024 a la creación literaria en el idioma español. Eso dice la noticia pero eso quizás sea lo que menos me importa.
El poeta español Luis García Montero, dijimos, ganó el Premio Carlos Fuentes y eso me da una oportunidad para volver a hablar del libro que escribió por la muerte de Almudena Grandes, la enorme escritora que fue su amor y fue su esposa y por la que se metió de contrabando en una habitación de hospital en pleno COVID.
Él, que es un poeta premiado. Él, que desde 2018 dirige el Instituto Cervantes. Él que tiene publicados libros y libros y que está pensando en las políticas para el idioma español en todo el mundo. Él se metió de contrabando porque ella estaba internada y se moría, y cuando ella se murió él escribió los versos más tristes, mucho más triste que los que habrá imaginado Neruda cuando puso aquello de “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Y esos versos se conviertieron en un libro que te rompe el corazón: Un año y tres meses, publicado por editorial Tusquets. Habla del tiempo que pasó enntre que se conoció la enfermedad -cáncer- de Almudena y su muerte. Ese año y tres meses.
La muerte es miserable, miserable, / la muerte es miserable, escribe Montero en el libro. Dan ganas de gritar: la muerte es miserable.
Pero, nobleza, obliga, acá va la noticia:
La Secretaría de Cultura y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) anunciaron que el poeta español ganó el Premio Internacional Carlos Fuentes 2024 a la creación literaria en el idioma español.
El jurado estuvo integrado por los escritores Beatriz Espejo, Rosa Montero, Élmer Mendoza, Fernando Fernández y Elena Poniatowska. La decisión tuvo sus razones. García Montero ganó por su “amplia trayectoria y sus aportaciones a las letras en lengua española como poeta y ensayista”.
Luis García Montero, dice la noticia, es escritor, poeta y crítico. Nació en Granada (España), en 1958, es catedrático de Literatura Española en la universidad de su ciudad natal y desde 2018 dirige el Instituto Cervantes.
Lo que la noticia no cuenta
La noticia no cuenta que García Montero y Almudena Grandes se conocieron en 1990 en un encuentro de escritores y que desde ese momento el amor fue intenso. Que cada uno rompió la pareja que tenía y se fueron a vivir juntos. Que se casaron en 1996. “Yo tenía la sensación de que lo que me estaba pasando no se parecía a nada que me hubiera pasado antes”, contó ella años después.
Ella había escrito, en 1991, una novela de amor titulada Te llamaré viernes. Él escribió, en 1997, un libro de poemas que tituló Completamente viernes. De amor, también, por supuesto. En 2021, cuando Almudena murió, él dejó ese libro en la tumba de ella. Un tributo de amor hasta la muerte. Hasta esa muerte miserable.
“Nosotros vivíamos en dos ciudades cuando empezamos a convivir, ella en Madrid y yo en Granada, y nos uníamos en una de las dos ciudades los viernes, que es además el día de Venus. Y entonces en ese libro fui contando la historia de nuestro amor, de nuestra realidad”, le contó García Montero a Infobae en 2023, cuando presentaba Un año y tres meses.
“Que la persona que quieres se haya muerto en tus brazos es un recuerdo inolvidable y tener la suerte de morir al lado del que uno quiere, también”, dijo también entonces.
La vida y la escritura, mezclados, revueltos. Eso me interesa. El modo elegante y tierno en que lo hace García Montero, también.
Vuelvo a la noticia
García Montero se convierte en la octava persona en ganar el Premio Carlos Fuentes. Antes lo recibieron Mario Vargas Llosa (en 2012), Sergio Ramírez (en 2014), Eduardo Lizalde (en 2016), Luis Goytisolo (en 2018), Luisa Valenzuela (en 2019), Diamela Eltit (en 2020), Margo Glantz (en 2022) y Elena Poniatowska (en 2023).
En un principio, su periodicidad fue bianual; sin embargo, a partir de 2019 es anual por un acuerdo entre la Secretaría de Cultura federal, la UNAM y la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes.
Entre sus libros de poemas pueden destacarse Y ahora ya eres del Puente de Brooklyn (1980), Diario cómplice (1987), Completamente viernes (1998), La intimidad de la serpiente (2003), Balada en la muerte de la poesía (2016) y Un año y tres meses’(2022), entre otras muchas obras.
Dice la noticia, también, que “el literato andaluz recibirá como premio el equivalente a 125.000 dólares (unos 116.798 euros), un diploma, además de una escultura diseñada por el artista visual Vicente Rojo”.
Y cuenta que el Premio Internacional Carlos Fuentes fue instaurado en 2012 en memoria del escritor mexicano al que debe su nombre y autor de clásicos como La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz.
Un poema
Uno de los dos muertos tiene que seguir viviendo escribió -cito de memoria- García Montero cuando Almudena se fue. Haciendo de tripas corazón -imagino- escribió sobre este año y tres meses, / estos días finales que ya son, / ahora, recordados, los más felices de mi vida.
Les dejo un poema, el que cierra el libro. Porque los grandes amores vale la pena saberlos.
Como las narraciones de la lluvia
o los cuadernos de bitácora,
tuvo la enfermedad sus argumentos.
No me quejo de nada. Hoy sostengo
el optimismo amargo con el que respondimos,
septiembre, 2020,
cuando las citas médicas y el mar de los análisis
se mezclaron de un día para otro
con las arenas de la vida.
Nunca me quejaré de la disciplinada
manera que tuviste de contar nuestros pasos
para ver la ciudad con otros ojos,
la resistencia física y mental
que exigía la quimio.
No me quejo de las debilidades
o de la Navidad sin cabellera
o de la extraña forma de despedir el año
cuando el amor pasó por el quirófano.
La pandemia prohibía las visitas.
Disfrazado de médico sin bata,
subí para esconderme hasta la habitación
Dividimos por dos las uvas de tu postre,
oyendo de la mano aquellas campanadas
de la televisión
que no sonaban todavía a muerto.
No me quejo de todo lo que hicimos después,
del cuerpo poco a poco tan vencido,
de las ventanas de los hospitales,
de la silla de ruedas en 2021,
penumbras fatigadas de noviembre,
ocho de la mañana en el rumor del Clínico
con resultados últimos en la sala de espera.
No me quejo del miedo a la caída,
de la ducha difícil,
de los duros transbordos para llegar al baño.
No me quejo tampoco
de los cuidados paliativos,
la memoria con gasas
y la conversación inevitable.
No me quejo de verte morir entre mis brazos.
Comprendí que los viajes y los libros
con sus dedicatorias
siempre han sido maneras de cuidarnos.
Comprendí las raíces de nuestra militancia,
comprendí la factura de querer
de un modo tan completamente viernes.
Comprendí el argumento de esta historia
en la noche estrellada,
una historia de amor,
este año y tres meses,
estos días finales que ya son,
ahora, recordados,
los más felices de mi vida.
Con información de EFE