Ni autor de mirada difícil y oscura ni un profeta político que anticipara las calamidades del siglo XX, sino un hombre de gran empatía, que supo sobre todo escuchar, pero que tuvo que luchar contra los fantasmas de su niñez, algo que consiguió hallando un ángulo cómico en cualquier situación. Así es como ha descrito a Franz Kafka el escritor alemán Reiner Stach en su intervención en la feria del libro que se clausura este domingo en Praga y está dedicada al centenario de la muerte del escritor, que se conmemora el 3 de junio.
Stach, una de las autoridades mundiales en los estudios sobre Franz Kafka, considera que en las dos últimas décadas hay un renacimiento del autor de origen judío y lo achaca a que es “divertido”.
“En Kafka se encuentran lugares cómicos. Si hay algo malo, se encuentra un ángulo cómico. Esto lo quería él mismo”, ha dicho Stach sobre el escritor praguense de lengua alemana, autor de La Metamorfosis, El Proceso y El Castillo.
El ensayista participa en la Feria del libro “Svět knihy Praha 2024″ en el recinto ferial de la capital checa, donde invitó a su auditorio a “dejar las interpretaciones y a disfrutar” de la lectura de Kafka, y a someterse a esa especie de terapia existencial.
Buen escuchador
“Ahora (los jóvenes) se dan cuenta de que es divertido, de que escribe de manera auténtica, sin misericordia. Que sorprende continuamente, y que en él no se puede prever nada”, asegura Stach, autor de la monumental trilogía Los primeros años (1883-1910), Los años de las decisiones (1910-1916) y Los años del conocimiento (1916-1924) dedicada a Kafka.
“Kafka nos anima a no dejarnos dominar por situaciones. Puede ser horrible, pero totalmente chistoso”, afirma el experto, que también reconoció la empatía del escritor y su capacidad de dar consejos.
“Era un campeón del monólogo, pero sabía dar consejos. Y entendía rápido las situaciones. Muchas jóvenes se entretenían con él, y él las entendía. Lo querían tener como consejero, tío o colega. Tenía fama de buen escuchador”, afirma Stach.
Cómics y teatro
La feria tiene como leitmotiv la frase del escritor “Un libro debe ser un hacha para el mar helado que hay en nosotros”. Entre otras obras dedicadas al autor, presenta una sección de cómics inspirada en los propios dibujos de Kafka, así como el libro Praga kafkiana, una obra de Radim Kopáč y Petr Stančík que muestra la íntima relación del escritor con la ciudad.
Además de la feria, hay estos días en Praga obras de teatro de aire grotesco, una muestra en la galería de arte moderno DOX sobre el impacto de Kafka en los autores plásticos y una interesante muestra monográfica en el Museo de la Literatura.
Kafka, que ha sido traducido a 120 lenguas, “se da cuenta de que las cosas son importantes, pero que no se deben tomar tan en serio”, comenta Stach esa faceta del escritor, que resulta muy relevante en nuestros días.
En un contexto de desorientación por la complejidad de todo lo que nos rodea, algo que los jóvenes perciben especialmente, emerge la figura de Kafka y de ahí su creciente popularidad entre las nuevas generaciones, explica.
Kafka demuestra que “puede ser un autor moderno, para no enloquecer en un mundo como el de hoy”, apostilla Stach.
Fuente: EFE