El Ecce Homo perdido de Caravaggio, uno de los mayores descubrimientos de la historia del arte desde su aparición en una subasta hace tres años, se presentó este lunes en el Museo del Prado, donde permanecerá de momento nueve meses, “lo que no quiere decir que no haya una continuación”.
Así lo aseguró el director de la principal pinacoteca de España, Miguel Falomir, en la multitudinaria presentación a los medios de comunicación nacionales e internacionales de este cuadro, que fue cedido durante nueve meses por su propietario, un coleccionista del que se desconoce su identidad.
También el presidente del patronato del Prado, Javier Solana, expresó su deseo de que el Caravaggio siga en el museo; “esperemos que seamos capaces de que el cuadro siga donde tiene que seguir y sea disfrutado” por el público, subrayó.
El cuadro reapareció en la casa de subastas Ansorena de Madrid, atribuido a un alumno de José de Ribera y con un precio de salida de 1.500 euros.
El Ecce homo, un óleo sobre lienzo de 111 por 86 centímetros, que los expertos sitúan entre 1606 y 1609, se mostrará al público a partir de mañana, martes, en una sala donde permanecerá en solitario hasta el 13 de octubre, cuando pasará a la sala de Naturalismo europeo para “dialogar” con otras obras.
“Desde hace 45 años no sucede en el ámbito académico un acontecimiento semejante”, aseguró David García Cueto, jefe del departamento de Pintura Italiana del Prado, sobre la unanimidad de los expertos en atribuir el cuadro a Caravaggio, que lo pintó en los últimos años de su vida.
El cuadro dialogará a partir de octubre con obras como los Ecce homo de Tiziano o Murillo, y estará a “escasos pasos” de otro cuadro de Caravaggio, pintado entre 6 y 8 años antes, el David vencedor de Goliat, de 1600, lo que permitirá observar el salto hacia una obra más expresionista, audaz, intensa y más llena de dramatismo, explicó García Cueto.
Caravaggio (1571-1610) muestra en este cuadro la presentación de Cristo por Pilatos (“Aquí está el hombre”, “Ecce Homo”). Es la de Pilatos la figura más cercana al espectador, mientras que Cristo ocupa el centro de la composición y un soldado surge detrás de él, con la boca abierta.
Es una pintura vinculada al coleccionismo español; aunque se desconoce cuándo y para quién se creó, aparece en 1631 por primera vez entre los bienes de un secretario del virrey de la corte en Nápoles, años después pasó a Felipe IV y posteriormente a Manuel Godoy, estuvo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a comienzos del XIX, y acabó en manos de los descendientes del político Evaristo Pérez de Castro, antes de ser adquirida por el actual propietario.
Falomir recordó cómo en abril de 2021 el Museo del Prado alertó al Ministerio de Cultura español de la relevancia del cuadro y cómo fue inmediatamente declarado inexportable como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Comunidad de Madrid. Y aseguró que, a diferencia de otros países como el Reino Unido o Italia, en España todavía hay obras importantes en colecciones particulares cuyos dueños ignoran lo que tienen.
Falomir destacó la generosidad del propietario del Ecce Homo porque “lo quiere compartir con todos por nada” y cuyo interés es que permanezca en colecciones públicas: “y qué mejor colección pública” que la del Prado, indicó.
Aunque es inexportable, sí podrá viajar en préstamo al extranjero para exposiciones: “aunque legalmente tutelada, es una obra privada y el que tiene la última palabra es el propietario”, reconoció Falomir.
Ya ha sido pedida para formar parte de la exposición que sobre Caravaggio se realizará el próximo año en Roma en el Palacio Barberini, confirmó la experta en el maestro italiano Cristina Terzaghi, que ha explicado en la presentación cómo el Ecce Homo “va más allá de las expectativas”.
Fuente: EFE