Las facetas menos conocidas de Amália Rodrigues, como poeta o actriz, se entrelazan en una nueva exposición inmersiva en Lisboa, que se inauguró esta semana y busca redescubrir la voz más conocida de Portugal en el año del 25 aniversario de su muerte.
“Ah, Amália”, instalada en el barrio de Marvila y creada por la Fundación Amália Rodrigues y la productora SP Entertainment, hace un recorrido por la vida de la “rainha do fado (reina del fado)” a lo largo de ocho salas con proyecciones 360 grados, hologramas, realidad virtual y una muestra de su legado para conocer su lado más desconocido. “Fue muy conocida por su voz, por su genialidad al cantar fado, pero la verdad es que no sólo cantó fado. También cantó rancheras mexicanas y el cancionero italiano”, explicó el presidente de la fundación, Vicente Rodrigues, durante una visita para la prensa.
Aunque saltó a la fama por su voz, Amália (1920-1999) también fue actriz de teatro y de cine y escribió poesía, recordó Rodrigues, que señaló que es la primera vez que se organiza una biografía inmersiva de una personalidad portuguesa. Todas esas facetas se exploran durante la exhibición, con una cronología de su vida, sus discos, películas y su libro de poemas, así como una exposición con piezas de su legado como joyas, gafas o zapatos que utilizó en sus actuaciones.
El recorrido lleva hasta una sala con proyecciones multimedia y videomapping de 360 grados que envuelven al visitante en el mundo de la fadista, mientras de fondo suena su célebre canción ‘Estranha forma de vida’. Otro espacio con espejos y bombillas de colores que evocan la floración de los cerezos recuerda uno de los detalles más célebres de la artista: no se sabe a ciencia cierta en qué día nació.
“No sé el día en que nací. Mi abuela decía que yo había nacido en la época de las cerezas, que va de mayo a julio”, contó en su biografía Amália, que eligió el 1 de julio para celebrar su cumpleaños, aunque en el registro oficial fue inscrita el 23 de julio de 1920.
Su vida pasó por todas las épocas del año y ese aspecto se recoge en otra sala en la que se utilizan unas gafas de realidad virtual para asistir a ‘Las cuatro estaciones de Amália’, lo que los organizadores definen como un “poema visual” para conocer el pasado y el presente de la fadista.
Es la faceta más íntima y poética de Amália, que la exposición quiere mostrar además de su trayectoria profesional. “Fue una mujer muy adelantada a su tiempo, muy solidaria, muy amiga de los demás. Con esta exposición hemos querido mostrar a los portugueses y a los turistas que nos visitan las diferentes facetas de Amália y la gran dimensión que tuvo como persona”, señaló el presidente de la fundación que lleva su nombre.
Esa dimensión inspiró a artistas que después siguieron sus pasos, como la fadista Cuca Roseta, presente durante la visita. “Para mí es una inspiración como mujer, era un mujerón, no sólo una gran cantante, era una gran poetisa con una gran sensibilidad, irreverente, muy adelantada a su época. Una mujer libre para poder ser ella misma siguiendo su intuición”, aseguró.
Roseta también recordó que Amália abrió las puertas de escenarios en el extranjero a muchos fadistas “en un momento en el que era mucho más difícil viajar y conquistar al público”. Esa enorme proyección internacional, que la llevó a ciudades tan dispares como Madrid, Nueva York, Tokio, Buenos Aires o Bangkok, también es explorada en la muestra, que cierra con uno de sus momentos cumbre: una actuación en el Olympia de París, recreada con un holograma a tamaño real. La exposición inmersiva se inaugura este miércoles y, por el momento, no tiene fecha de clausura.
Fuente EFE
[Fotos: EFE Daniel Beltrá y Paula Fernández]