“Es una trampa: resulta que ahora Milei no viene porque nosotros no queremos...” dice, apenas levanta el teléfono, Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, la entidad que organiza la Feria del Libro. Responde, claro al sopresivo anuncio que hizo este mediodía el presidente Javier Milei, cuando suspendió su participación en la Feria. “Nos hace sospechar que hay un tema de sabotear la presentación y hacerlo al estilo kirchnerista, de modo violento”.
Vaccaro cuenta que, sin embargo, hasta este martes -ayer nomás- las conversaciones entre Presidencia y la Feria iban viento en popa. O eso parecía. “Ayer estuvieron acá 25 personas de la productora, de la Casa Militar y hasta de Presidencia de la Nación. Nos pusimos de acuerdo en todo, cómo serían los vallados, todo”, explica Vaccaro a Infobae. “Estuvo incluso alguien que trabajaba en la producción de esto con Karina Milei, Mara Gorini”.
No alcanzó. En diálogo con Luis Majul y Esteban Trebucq, Milei sostuvo: “Nos han amenazado con que nos van a hacer cosas, un tipo de comportamiento impropio de la cultura y no podemos exponernos a que nos hagan un bloqueo”. Por eso decidieron, dijo, no hacer la enorme presentación que se preparaba para el domingo 12 de mayo.
No era poco: estaban planeando, como adelantó Infobae, utilizar la Pista Central de la Rural, poner allí pantallas gigantes, montar todo como para un recital. Productores de eventos calcularon que, sin contar el alquiler del espacio, la presentación costaría no menos de 60 millones de pesos.
Contando quienes entrarían a la pista y quienes ocuparían las gradas, se calculaba un acto de no menos de 6.000 personas, una gran presentación para el libro de Economía sobre el que el presidente habló hace unos días con Infobae.
“Queríamos que viniera”
“Fuimos claros, queríamos que el presidente viniera”, dijo Vaccaro. “Pero habrán evaluado que no les convenía... hay que meter esa gente, que tiene que pagar la entrada... no es fácil”.
La Fundación se sorprende por la manera en que ocurrieron las cosas pero también se veía venir la decisión: “Ayer tuvimos una reunión de Consejo y dijimos que teníamos que ratificar que queríamos que el presidente viniera, porque si no iba a decir que somos comunistas, kirchnerista, del ERP...”, se burla Vaccaro. “Se ve que han evaluado que no les conviene y ahora dicen eso, que somos violentos, hostiles, no gente de bien como él quiere”.
El jueves 25, en la apertura de la Feria del Libro, hubo muchas críticas a las políticas del gobierno. Se subrayó la ausencia de los tradicionales stands de Nación en el evento y también se apuntó a resoluciones vinculadas a la cultura y al sector del libro. “No al cierre del Fondo Nacional de las Artes, no al cierre del Instituto Nacional del Teatro, no al desguace del Instituto Nacional de Cine (INCAA)”, dijo entonces Vaccaro. Que de arranque planteó: “Concurrir a la Feria, este año, representa un acto de rebeldía y de resistencia.” Desde el público lo aplaudieron fuerte.
En ese discurso Vaccaro aludió a la presentación de Milei en la Feria y mostró cierta preocupación por quién se haría cargo de la seguridad del Presidente: . “No hay plata”, enfatizó Vaccaro, subrayando las exigencias económicas que implicaría la presencia gubernamental. Sin embargo, pronto se supo que todo quedaría en manos de Presidencia y de la Rural, dado que el espacio que el Presidente -se dice que por idea de su hermana Karina- había decidido ocupar no está entre los que la Fundación El Libro alquila y por lo tanto no puede decidir sobre él.
Por su parte Liliana Heker, la escritora que abrió la Feria, también fue dura. ¿Tiene sentido celebrar esta nueva edición de la Feria del Libro en un país en el que día a día crecen la pobreza y la indigencia?”, se preguntó. Pero a la vez enfatizó la necesidad de hacerlo precisamente por estos problemas.
La autora hizo una descripción cruda del país, una descripción que apuntaba, también a las últimas decisiones de Milei: “Día crecen la pobreza y la indigencia, hay millares de despidos sin fundamento, la salud y la educación pública están en emergencia, la obra pública fue cancelada, nuestras universidades son desfinanciadas al punto de correr el riesgo de cerrar sus puertas, la investigación científica y tecnológica y el ejercicio de la ciencia y la tecnología están siendo devastados, toda institución o medio que favorece el desarrollo y la difusión de la cultura ha sido desvirtuado o borrado, se entregan nuestras riquezas naturales y el Estado parece ausente aun en caso de epidemia”.
Con cierta amargura, Vaccaro concluye que “esta Feria va a estar cruzada por el caso Milei”. Y traza un camino: “Queremos hacer un corte y ocuparnos de lo cultural, que es por lo que la gente viene a hacer acá”.