María Blanchard, considerada la gran dama del cubismo a nivel internacional, sufrió en vida feroces críticas con tintes machistas contra su obra frente a las que viene a hacer justicia una exposición del Museo Picasso de Málaga (España), una retrospectiva con 85 piezas.
Su comisario, José Lebrero, consideró este lunes, en la presentación de la muestra, que “es difícil rebatir” que Blanchard es “la mejor artista mujer en la historia del cubismo” y además de ser cubista “estuvo en otras batallas y se preocupó por otras cuestiones, y eso históricamente le pasó factura”.
El sistema del arte fue en su momento “condescendiente y piadoso” con Blanchard y “desconsideró su obra”, por lo que esta exposición “cubre de modo ejemplar distintos momentos de la trayectoria” de la artista española y es un acto de “justicia museística”, aseguró.
Blanchard nació, como Pablo Picasso, en 1881, “pero su trayectoria artística no va más allá de veinte años”, por lo que es “relativamente corta” comparada con otros artistas, ya que murió en 1932, añadió.
La retrospectiva forma parte de una investigación más amplia sobre esta creadora “con lecturas acerca de su obra que tienen más que ver con el siglo XXI que con algunas canónicas” del XX. Se divide en tres partes, una primera de los años de aprendizaje, la segunda sobre la fase cubista y una última sobre la etapa postcubista y la vuelta a la figuración.
Sobre el vínculo con Picasso, el comisario apuntó que cuando Blanchard viaja a París en 1909, uno de los primeros artistas a los que conoce es a él, “pero hay poco documentado sobre lo que pudo ser esa relación”.
La artista había decidido abandonar España “por una recepción bastante negativa de su obra, sobre todo la moderna, cuando empieza a no hacer lo que sus profesores, que eran hijos del arte del siglo XIX”.
“En París cambia su nombre, como Picasso, y lo convierte con su apellido materno. Se integra en la ciudad, pero en el círculo de artistas cubistas todos eran hombres y ella no sería ni modelo, ni musa, ni amante ni esposa de ellos”, señaló.
Uno de los testimonios más certeros de la relación Picasso-Blanchard lo dio el poeta chileno Vicente Huidobro en una carta escrita a su madre pocos días después de asistir al entierro en París de la pintora.
En esa misiva, encontrada recientemente, Huidobro relataba que en el entierro estaba “todo lo mejor de París” y, a su lado, Picasso se lamentaba por cómo iba “disminuyendo” su grupo “batallador y heroico” de artistas.
“Cuán pocos quedamos y en tan pocos años tantos muertos”, le dijo el pintor, que “reconocía así la obra de Blanchard”, resaltó Lebrero.
Fuente: EFE
Fotos: EFE/Jorge Zapata