En un proyecto que desafía las convenciones y busca transformar el simbolismo negativo en algo positivo, el artista austríaco Andreas Joska-Sutanto emprende la tarea de convertir las páginas del controvertido libro Mi lucha de Adolf Hitler en un innovador libro de cocina. Esta iniciativa, que se lleva a cabo en un café de Viena, no solo representa un esfuerzo artístico sino también un acto de reconciliación histórica.
Joska-Sutanto, quien comenzó su proyecto hace ocho años cuando los derechos de autor del manifiesto nazi expiraron, ha dedicado casi 900 horas de meticuloso esfuerzo, trabajando con un cúter para cortar cada letra del texto. Con apenas 100 páginas de un total de casi 800 procesadas, estima que necesitará 24 años más para completar su misión de deconstruir las aproximadamente 1,57 millones de letras de la obra.
El artista, de 44 años, clasifica cuidadosamente las letras recortadas en una caja con compartimentos diseñada exclusivamente para este fin. “Quiero mostrar [...] que se puede cambiar una cosa negativa en positiva, deconstruir y transformar”, afirmó Joska-Sutanto sobre su motivación tras el proyecto. El libro de cocina resultante ya incluye una variedad de recetas, desde una pizza que le enseñó su padre hasta gnocchis con huevos, un plato austriaco favorito de Hitler, subrayando el contraste entre el contenido del original y su transformación.
La elección de deconstruir Mi lucha tiene un fuerte simbolismo en Austria, un país que fue anexionado por el Tercer Reich en 1938. Durante décadas, Austria se presentó a sí misma más como una víctima del nazismo que como cómplice. Sin embargo, no fue hasta finales de la década de 1980 cuando el país comenzó un serio proceso de reflexión y reconocimiento sobre su papel en los crímenes nazis, incluido el asesinato de 65.000 judíos austriacos y el exilio forzoso de otros 130.000.
Mi lucha, escrito por Adolf Hitler durante su encarcelamiento en 1924, es una combinación de elementos autobiográficos, ideológicos y políticos. En esta obra, Hitler expone su ideología de odio racial, antisemitismo y le describe sus ambiciones de expansión territorial para Alemania. Critica lo que considera debilidades de la democracia parlamentaria de la República de Weimar, promoviendo en su lugar un gobierno autoritario. Además, adelanta su creencia en la necesidad de purificar la raza alemana, eliminando a los judíos y otros grupos que consideraba inferiores. Mein Kampf se convirtió en el fundamento ideológico del nazismo y una herramienta para la propaganda del Tercer Reich.
La singularidad de este proyecto radica no solo en su ejecución artística, minuciosa y paciente, sino también en su búsqueda de transformar un texto cargado de odio e ideología destructiva en algo que une a las personas: la comida. A través de este acto de “deconstrucción”, Joska-Sutanto no solo cuestiona y redefine la percepción del infame libro, sino que también invita a una reflexión más profunda sobre cómo los símbolos y las narrativas pueden ser reimaginados y reorientados hacia fines constructivos.
La obra de Joska-Sutanto, aún en progreso, resuena con un mensaje de esperanza y cambio, demostrando el poder del arte para confrontar y transformar incluso los aspectos más oscuros de la historia humana. A medida que continúa recortando y reorganizando cada letra, su proyecto sirve como un testimonio silencioso pero elocuente de la capacidad de redención y la resiliencia del espíritu humano frente a las adversidades del pasado.
Fuente: AFP
[Fotos: Alex Halada/AFP]