La 60° Bienal de Arte de Venecia ya está preparada para abrir este sábado sus puertas al público en una edición en la que, junto a la ausencia de Israel y algunas protestas a favor de Palestina, destacan los artistas situados en los márgenes de la tradición y con la mirada puesta en el sur.
Desde el martes pasado, más de 4.200 periodistas han participado en los tres días de presentaciones previas de los distintos pabellones y espacios de este escaparate internacional, según han señalado fuentes de la organización, que espera superar en esta edición, que se prolonga hasta el 24 de noviembre, los 800.000 visitantes que acudieron en 2022.
Con la inauguración de varios pabellones, entre ellos el de España, este viernes ha finalizado este período de presentación a los medios de comunicación de la Bienal que, bajo el título de Stranieri Ovunque (Extranjeros en todas partes) cuenta con la participación de 330 artistas y 88 espacios pabellones nacionales.
Todos divididos en dos secciones: el Núcleo Histórico –centrado en América Latina, África, Medio Oriente y Asia–, y el Núcleo Contemporáneo, que es la parte más grande de la exposición y que muestra el trabajo de cuatro tipos de artistas: los extranjeros, los queer, los outsider y los indígenas.
Un panorama artístico teñido como es habitual de política. En esta edición ha sido la guerra en Gaza la que ha provocado varios actos de protesta en las entradas de las dos sedes principales de la muestra: Arsenale y Giardini.
Así, este viernes un grupo denominado Sanitarios por Gaza pedía el alto el fuego con pancartas en Arsenale mientras que en la otra sede se colocaron banderines en los que se leía “No es una guerra, es un genocidio” y “Todos los pueblos del sur somos palestinos”.
En el pabellón de Israel, que permanece cerrado por decisión de su artista y comisarias y custodiado por guardias italianos, hay colgado un aviso: “La artista y los comisarios del pabellón inaugurarán la exposición cuando se alcance un acuerdo para el alto el fuego y la liberación de rehenes”.
La situación en Palestina estuvo presente también en la inauguración del pabellón de España, acto en el que el comisario, Agustín Pérez Rubio, aseguró que la Bienal reivindica una Palestina libre.
También la artista que representa a España, la peruana Sandra Gamarra, destacó la importancia de entender en este momento y ante los embates de las crisis “que no solamente somos responsables de lo que hacemos, sino de lo que dejamos de hacer”.
Otra guerra también está presente en la Bienal, la de Ucrania, con un proyecto que muestra un espacio circular construido con telas de lino de los años 50 procedentes de mercadillos, en cuyo interior se pueden contemplar una película, un video y una instalación que sirven para contar historias de los dos últimos años.
La película, Civilian. Invasion se centra en los primeros días de la invasión rusa, con testimonios de supervivientes y el video, Comfort Work, en cómo los países de acogida ven a los refugiados ucranianos. Mientras que la instalación explica el desarrollo de clases online de arte en Kiev.
Son solo parte de los proyectos artísticos que se pueden ver en algunos de los pabellones inaugurados estos tres días en las dos sedes principales.
Mientras que en la isla de Giudecca se inauguró este viernes uno de los espacios que más expectación ha despertado en esta edición, el del Vaticano, instalado en la cárcel de mujeres, donde las internas se transforman en artistas y en guías.
Con mi Ojos, comisariado por Chiara Parisi y Bruno Racine, está dedicado a los derechos humanos y su título proviene de un verso que hace referencia a un versículo de la Biblia: “Mis ojos te han visto”.
Fuente: EFE
[Fotos: Luca Bruno/ AP]