En el fin de semana apareció en redes el logo de un futuro Ministerio del Libro. La imagen se acompañaba con una inscripción: “Se filtró la creación de un Ministerio del Libro. La nueva cartera se anunciaría en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Hay expectativa por quién la conducirá y cuáles serán sus alcances. Dudas y sorpresas en el mundo editorial”.
Dudas y sorpresa, claro. ¿El gobierno que redujo ministerios y que intentó tocar aspectos arraigados en la industria del libro -la Ley de Precio Fijo-, ese gobierno ahora crea un organismo de primer nivel dedicado sólo a los libros?
La publicación, que apareció en las cuentas de editoriales como Milena Caserola, Tinta Limón, Muchas Nueces o Heckht- generó respuestas de diversos tipos: entusiastas, escépticas, enojadas. “No tenemos ministerio de educación y va a haber ministerio del libro? Qué Zeus nos ampare”, decía una usuaria. “Cómo es la movida vacian el país pero creemos que esto va a estar bueno? Tan naif son?”, preguntaba otra. “Che esto es Fake o qué onda? Por qué Febo está guiñando el ojo?”, dudaba un tercero.
¿Es fake o qué onda?
Qué dijo Milei
En comunicación directa con Infobae por Whatsapp, el presidente Javier Milei respondió a estas dudas con una sola palabra, escrita en mayúsculas: “MENTIRA”. Dicho de otra manera: No, el gobierno libertario no está por abrir el Ministerio del Libro. Lo mismo que había adelantado a Infobae el secretario de Cultura Leonardo Cifelli.
Sin embargo, algo con ese nombre se está llevando adelante. El “Ministerio” es una propuesta de un grupo de unas 20 editoriales independientes, que se presentarán en un stand único en la Feria del Libro. Allí estará el logo que guiña el ojo y se usará ese espacio para impulsar debates que hoy inquietan al sector editorial.
“Es un poco lanzar una cuestión de oficialidad, en el marco de la ausencia del histórico stand de Presidencia de la Nación”, dijo a Infobae Matías Reck, editor de Milena Caserola, la editorial que publicó, por ejemplo Se paraba el país, un ensayo sobre la telenovela Rolando Rivas Taxista, o los textos de Diario del afuera/La vida exterior, de la Premio Nobel Annie Ernaux.
En 2023 estas editoriales estuvieron en la Feria del Libro en dos stands: uno se llamó Todo libro es político y el otro Typeo. Cada uno agrupaba unas diez firmas. Ahora, juntas casi triplicaron el espacio. Eso aprovecharán para hacer, además de exhibición y venta de su material, conversaciones y planteos sectoriales y políticos.
Como Presidencia en 2024 no tendrá su clásico stand en el Pabellón Azul, las editoriales tomaron la posta: tendrán logo, personas a cargo -no hay ningún nombre decidido para titular del Ministerio, por ahora- y algunas medidas a tomar.
Hay que recordar que, en los primeros día de gobierno, Milei envió al Congreso una Ley Ómnibus que, entre otras cosas, buscaba eliminar el precio único para los libros. Esta medida -el precio único- establece que no se puede hacer descuentos desde los puntos de venta y que el precio de venta es el que pone la editorial, igual para todo el mundo. Su propósito es que las “grandes superficies” -básicamente, supermercados- no aprovechen que sus ganancias están en otros productos para usar los libros más vendidos como objetos de marketing y así defender a las librerías, que ofrecen también títulos minoritarios o más raro y que si no venden esos libros de gran salida no pueden sostenerse. Sobre esto hubo debates pero es algo en lo que, en general, el sector del libro coincide.
En chiste pero en serio, ahora este grupo de editoriales formula sus ideas para la industria del libro en un decreto -el 1321- al que Infobae accedió y que dice:
1) En el día de la fecha, se establece que las papeleras deberán bajar los precios del papel cuando sea destinado a la producción de libros.
2) Se aplicarán descuentos a los envíos realizados por Correo Argentino o transportadoras de distribuidoras cuando se trate de envíos de libros a todo el país.
3) Se abrirá un Sindicato de Trabajadorxs del Libro para que puedan recabar información acerca de las problemáticas del rubro para negociar con las empresas y editoriales.
4) Se facilitará la exportación de libros y derechos de traducción de libros argentinos para promover su distribución en todo el mundo.
5) Se insta a todos los medios de comunicación y streamers a tener en todos sus programas un espacio destinado a la recomendación de libros.
Instructivo lector
El nuevo “Ministerio” también elaboró un instructivo y un proyecto de ley.
El instructivo dice: “Avísele 48 hs. antes a su cerebro que merece un momento de esparcimiento, reflexión o relajación. Prométale la ausencia total de pantallas por 1 hora completa y sugiera que la actividad de la lectura estará involucrada conjuntamente con algún tipo de ingesta asociada a momentos de placer y autopermisos vinculados a la liberación de esas hormonas que se segregan cuando, por lo general, aunque no para todxs, hay azúcar involucrada.
Pídale que vaya barajando mentalmente qué tipo de libro le gustaría comenzar o continuar en el susodicho espacio preparado con la anteriormente detallada antelación.
Proyectos de ley
Dando rienda suelta al deseo, las editoriales formulan su proyecto de Ley con ideas como que cada habitante de la Argentina reciba un libro para su cumpleaños o que se dedique, a la orilla de cinco ríos, una héctarea dedicada a la lectura.
Y también: “Habrá talleres de escritura creativa, no académica, en todas las carreras de todas las universidades públicas de gestión estatal o privada. Será obligatorio cursar al menos tres. De ellos habrá selección anual y se publicarán en las Editoriales universitarias. En las universidades y terciarios se insistirá en la recuperación del ensayo de tradición nuestroamericano con su claro carácter emancipatorio desechando la escritura académica que no da cuenta de sus condiciones de enunciación”
También buscan promover la lectura en voz alta, la realización de ferias donde se encuentren “escritores, ilustradores, diseñadores, imprenteros, editores cuya finalidad sea la producción de textos” y el intercambio y coproducción de libros con países limítrofes .
Cada provincia, si se aprobara esta ley, estaría obligada a hacer una Feria del Libro propia una vez por año, “con actividades de lectura, difusión, y comercialización de libros”.
Más allá del juego, las editoriales han encontrado una manera de poner sobre la mesa los temas que los convocan y esperan discutirlos cara a cara con los lectores. Ideas, argumentos, propuestas, intereses contrapuestos, reflexión: no es otra cosa la actividad intelectual. Abre al público el próximo 25 pero así es como va empezando la Feria del Libro.
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