11 libros para que los pequeños de la casa se emocionen

La literatura infantil se convierte en un puente hacia la empatía y el asombro en una selección especial para conmover a los más jóvenes

Autores diversos se reúnen para emocionar a los lectores jóvenes

Cuando era chica existía un libro, publicado por la extinta Ediciones Orión, titulado Cuentos para que los chicos se emocionen. Era, tal vez, un hermano menor de Cuentos para leer sin rimmel, de Poldy Bird, que también recogía, en versión para adultos, historias para acompañar con pañuelitos. No hay casualidad ni misterio en esto, ya que Bird era su fundadora y publicaba en ese sello.

Esos cuentos señalaban en su título hacia dónde apuntaban: a la emotividad profunda. Y entre esas páginas se encontraban clásicos –cuentos y autores–, como Silvina Ocampo, Hans Christian Andersen, Oscar Wilde, Edmundo de Amicis, José Martí, Elsa Bornemann, la misma Bird, entre otros. Estos escritores fueron especialistas en llegar al corazón, aunque suene un tanto cursi escribirlo.

"Cuentos para que los chicos se emocionen" fue una antología de grandes autores que invitaba a dejarse ser al sentir, leer y pensar

Avisado esto, y sin una intención deliberada, vale advertir que si bien en la selección para esta nota no hay libros para llorar, ninguno de los volúmenes va a dejar a los lectores sin sentir ni pensar. Ni siquiera los informativos. A veces puede ser la historia; en otros casos, la manera, el modo o el estilo como es narrado o abordado; tal vez sea el tema o las ilustraciones. Quién sabe, lo que es cierto es que algo se nos mete dentro al leerlos, y fluye para conectarse o anidarse en algún rincón.

ese cuento. Escrito por Nicolás Schuff. Ilustrado por Christian Montenegro (Córdoba: Portaculturas, 2023).

“Ese cuento” (Portaculturas), de Nicolás Schuff y Christian Montenegro

¿Qué decir de este ejemplar único? Es bello y profundo por donde se lo mire. Es inclasificable: es un poema metaliterario extenso. Pero podría ser un ensayo literario, si un adulto con ínfulas se anima a ello.

Los chicos, que ven con otra mirada, sé, estoy segura, van a encontrar otro disfrute en las imágenes que el texto convida –de manera metafórica y real–. Hay momentos para la risa, para emocionarse y hasta para la reflexión.

Respecto a las ilustraciones, Christian Montenegro regala un guiño a quien sepa ver. Y traza un puente con Cocorococó –publicado en pequeño editor hace más de diez años–: magenta y azules; viejos sellos. Una preciosura que invita a imaginar.

Para el final, un comentario sobre la edición: una exquisitez el formato (16 x 12), la media sobrecubierta, el señalador, el papel. Un ejemplar para disfrutar a cualquier edad de una editorial cordobesa.

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Yo soy la reina. Escrito por Maricel Santin. Ilustrado por Marina Zan (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Abran Cancha, 2020).

“Yo soy la reina” (Abran cancha), de Maricel Santín y Marina Zan

Este libro descoloca, pero no por la historia, sino por lo que genera y cómo se construye, lo que va a hacer que nos atraviese esta pequeña gran historia.

Una actividad escolar desata una serie de sucesos que van desde lo tierno, lo genuino, a lo desopilante. La seño invita a sus alumnos a armar una obra de teatro tras la lectura de un cuento. Los chicos se entusiasman, y mientras una elige ser una panadera; otra, una princesa; aquel, Maradona; el de más allá, Mickey, y Hernán quiere ser la reina.

La naturalidad con la que se narra una situación cotidiana dentro de un aula, con los avatares propios de las infancias, sus necesidades y problemáticas, es un mimo. Y las imágenes son bellísimas, con collage y diferentes tipografías que marcan instancias diferentes dentro del libro.

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La lección de Ezequiel. Escrito por Estela Pérez Lugones. Ilustrado por Martín Morón (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Riderchail, 2019).

"La lección de Ezequiel" (Riderchail), de Estela Pérez Lugones y Martín Morón

Un rasgo para que el arte nos conmueva es empatizar con el personaje y con el tema que la obra retrate. Eso es lo que pasa en este cuento.

¿A quién no lo retaron alguna vez en la escuela? ¿Quién no se sintió incomprendido ante una respuesta que creía válida? ¿De quién no se ríeron? A Ezequiel lo mandan a la dirección, y él tiene la certeza de que no está equivocado, y en el camino se cruza con su profe de música, que captará y le señalará lo que en realidad sucede.

Este libro destaca la imaginación, y hasta hace reír, pero con mucha dulzura, elementos narrativos que son acompañados por unas ilustraciones llenas de detalles.

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Lu por tres

Lucilucilú. Escrito por Laura Escudero Tobler. Ilustrado por Flor Rodríguez Actis (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Santillana, 2024).

“Lucilucilú” (loqueleo/ Santillana, 2024), de Laura Escudero Tobler y Flor Rodríguez Actis

Este librito –el diminutivo responde al volumen no a su contenido– para primeros lectores invita a conocer a Luci, una nena chiquita con alma de exploradora. Luci, al igual que Ezequiel, de la recomendación anterior, tiene una imaginación enorme, capaz de transformar un supermercado en un jardín polar y el espacio debajo de la cama en la mismísima Vía Láctea.

Dos cuentos en un mismo ejemplar, con ilustraciones coloridas que atrapan la vista, son la puerta ideal para el encuentro familiar antes de dormir. Emocionan la construcción del personaje, en el que se destaca una poderosa imaginación –y se la reivindica en un momento en el que se pierde tras las pantallas–, y el guiño de la autora en la dedicatoria a su editora y a su, imaginamos, hija.

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El pulpo. Escrito por Cristina Macjus. Ilustrado por Yuyis Morbidoni (General Pueyrredón: Lecturita, 2023).

“El pulpo” (Lecturita), de Cristina Macjus y Yuyis Morbidoni

La tercera Lu de este apartado es Lucía, la protagonista de un libro álbum escrito en primera persona. Ella, junto con su familia, se va de vacaciones a la playa, y en ese viaje tiene la oportunidad de nadar y de bucear en el mar.

En una de sus expediciones a las profundidades –de noche– tiene un encuentro con un pulpo. Enternecen, en esta historia, la relación entre la niña y el animal; el tratamiento de ese encuentro, tanto desde lo narrativo como desde lo visual; cómo se retratan los temores –otra de las posibles emociones– y los gestos.

Otro recomendado para bucear antes de apoyar la cabeza en la almohada.

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Más con chicos

Bicicleta. Escrito por Hernán Ronsino. Ilustrado por Cecilia Codoni (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Biblioteca Nacional, 2023).

“Bicicleta” (Biblioteca Nacional) Hernán Ronsino y Cecilia Codoni

Siguiendo con las historias protagonizadas por niños y niñas, y sumando la emoción del miedo –en este caso a lo desconocido, a lo nuevo, al papelón…–, en este apartado se presenta a Juanjo, que aprende a andar en bici. Una serie de peripecias lo llevarán a tener miedo de dejar las rueditas, primero; de andar en bicicleta para grandes, más adelante; de usarla bajo presión…, después. Cada uno de esos cambios para Juanjo son angustiantes, pero se las ingenia.

Hasta que un día, literalmente por accidente, conoce a Lucía –¡la cuarta!–, y la vergüenza reemplaza al miedo, como pasa muchas veces en la vida real.

Otro libro con el que más de un lector se va a identificar con cada sensación que vive Juanjo. Hermosa edición de la colección Quelonios de la Biblioteca Nacional, y una forma de conocer otra faceta nueva del escritor chivilcoyano, la de autor para los más chicos.

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El tiempo de las cerezas. Escrito por Agnès de Lestrade. Ilustrado por Valeria Docampo. Traducido por Jeannine Emery (Ciudad Autónoma Buenos Aires: unaLuna, 2023).

“El tiempo de las cerezas” (unaLuna), de Agnès de Lestrade y Valeria Docampo, traducido por Jeannine Emery

¿Qué pasaría si el mundo fuera en blanco y negro? ¿Qué pasaría si las papas fritas fueran grises, al igual que las flores, el pasto, las frutillas y las cerezas? En ese país, que en otro tiempo había sido a todo color, vivía Nina.

El país donde vive y nació Nina no siempre fue así, antes de que ella naciera era de mil colores, pero un día un ciclón pasó por allí y arrasó con todo a su paso, entre eso, contra los mil tonos. Pero Nina es alegre, y como es el único lugar que conoce, lo disfruta igual.

Adora que su abuela le cuente historias acerca de cómo era el mundo de su infancia, y hasta se ríe cuando le cuenta cómo eran las frutas y hasta las papas fritas.

Pero un día, de casualidad, jugando descubre una caja de lápices de colores que modificará su realidad tal como la conocía.

Un libro para quienes entre sus emociones está la capacidad de sorpresa. Con ilustraciones expresivas, aun en monocromo…

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Para los amantes de los clásicos

El secreto del lobo. Escrito por Myriam Dahman y Nicolas Digard. Ilustrado por Júlia Sardà. Traducido por Carole Vautier y Alberto Álvarez Gil (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Adriana Hidalgo/ pípala, 2023).

“El secreto del lobo” (Adriana Hidalgo/ pípala), de Myriam Dahman y Nicolas Digard; Júlia Sardà, y traducido por Carole Vautier y Alberto Álvarez Gil

Encontrarte con este libro, ante todo, conmueve como objeto, con su cubierta entelada y sus acentos dorados. Y lo siguiente es la historia.

Tanto lo uno como lo otro nos hace imaginar que estamos en la infancia de nuestros padres –o abuelos o bisabuelos, depende quién lea esto–, pero además nos adentra en el universo del maravilloso, de esas historias en la que doncellas y animales convivían con una naturalidad que hoy es inverosímil.

Un lobo se ve encantado por la voz melodiosa de una joven, y en algún momento ajustará su vida a esto.

La edición es para sacarse el sombrero, pero además, este libro rescata y homenajea a los libros de antaño. Y eso, per se, conmueve.

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Desayuno. Escrito por Micaela Chirif. Ilustrado por Gabriel Alayza (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Limonero, 2023).

“Desayuno” (Limonero), de Micaela Chirif y Gabriel Alayza

Qué bueno es tener una abuela “con onda”, que te prepara el desayuno con jugo de naranja, que es alegre y que, sin que lo sepas, desborda imaginación…

Desayuno es el ejemplo vivo de la capacidad que tiene el libro álbum para sorprendernos, para modular nuestra ansiedad sobre lo que puede suceder en la página siguiente.

Acá hay una encantadora tensión entre lo que se puede leer en las imágenes y en el texto. Pero no compiten, se complementan, y se puede jugar a descubrir detalles ocultos en uno y otro lenguaje.

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¿Quien dijo que el saber no puede emocionar?

¿Qué es esto de la democracia? Escrito por Graciela Montes. Ilustrado por Penélope Chauvié (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: siglo veintiuno editores, 2024).

“¿Qué es esto de la democracia?” (siglo veintiuno editores), de Graciela Montes y Penélope Chauvié

Entre las colecciones que inaugura siglo veintiuno para chicos y chicas está Entender y participar, una serie creada por Graciela Montes y Graciela Cabal en el renacer democrático de los 80. Vuelve actualizada,con revisión de los textos y de los temas que les interesan a las infancias.

Este primer volumen responde a la pregunta de “¿Qué es la democracia?”. A través de de explicaciones y respuestas se va conformando un mapa de ideas acerca del origen de este sistema de gobierno, sus antecedentes, la Revolución de Mayo, los golpes de Estado, los desaparecidos, entre muchos más.

Con ilustraciones que acompañan armoniosamente, con recursos para leer a través de códigos QR y hasta con un glosario, esta colección promete. Y este libro, claramente, es aire fresco y puro que hace pestañear con celeridad.

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¿Hay alguien ahí?: Preguntario interplanetario para terrícolas inteligentes. Escrito por Ellen Duthie. Ilustrado por Strudio Patten (Aida Novoa y Carlos Egan) (Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Iamiqué, 2023).

“¿Hay alguien ahí?: Preguntario interplanetario para terrícolas inteligentes” (Iamiqué), de Ellen Duthie y Strudio Patten

Con la creatividad que caracteriza a los libros de Ellen Duthie, nuevamente los lectores se enfrentarán a los interrogantes más espinosos y salir airosos. Ilustrado con imágenes potentes, el género, el sentido de la vida, la propiedad privada, el poder, y un listado jugoso de preguntas para las que los adultos no tenemos respuesta, acá las encontrarán.

Un plus es el humor con el que es planteada la idea y la seriedad en su tratamiento. Definitivamente es un diez.

Y este libro, que podrá sonar ajeno en un listado que nuclea ejemplares que emocionan, no lo es tal. Porque saber, conocer y preguntarse es conmovedor. Tener la capacidad de pensar lo es.