Desde Lisboa.- Hablar de Fernando Pessoa (1988-1935) es hablar del escritor nacido en Lisboa, traductor y de las distintas personas reflejadas en los más de 70 heterónimos que utilizó a lo largo de su vida para meterse en la piel de personajes tan distintos en los que cada nombre era sinónimo de una emoción.
Ningún lugar en Portugal refleja mejor todas las facetas de Pessoa como la casa museo que lleva su nombre en el barrio Campo Ourique, de Lisboa. Un edificio de apartamentos que fue testigo del diario acontecer en la vida del escritor y poeta que a pesar del reducido espacio, no dudó en dar asilo a su madre, hermanos y sobrinos en los tiempos difíciles.
Un recorrido por el lugar muestra también la evolución de Pessoa como intelectual quien escribió una importante cantidad de artículos sobre el facismo, la dictadura de su país natal y su tardío desacuerdo con el régimen portugués.
“Se pensaba que Pessoa seguía los principios de la dictadura pero después fue cambiando de opinión”, expresó Clara Riso, directora de la casa museo.
Todas las caras de Pessoa
En vida y de acuerdo con algunos de sus biógrafos, Pessoa publicó unos 250 poemas en revistas y cuatro libros, entre ellos su obra característica, El libro del desasosiego, pero se estima que podría tener más de 30.000 documentos bajo nombres como Alberto Careiro, Álvaro Campos o cualquier heterónimo conocido o no hasta ahora.
Esta versión es respaldada por la directora de la casa museo quien recordó que un coleccionista donó a la Biblioteca Nacional de Portugal miles de documentos del traductor que aparecieron en un baúl.
Del autor de El libro del desasosiego y traductor de cientos de cartas comerciales que durante años fueron si ingreso más importante se conserva otro escritorio que está en la Casa de Fernando Pessoa de Lisboa y uno más que fue adquirido hace unos años por un coleccionista de Brasil.
En 1920, Fernando Pessoa se mudó con su familia al apartamento en el primer piso (a la derecha) del número 16 en la Rua Coelho da Rocha y vivió ahí hasta unos días antes de su muerte, el 29 de noviembre de 1935.
“En uno de estos departamentos vivió Pessoa hace más de 100 años, cada piso es un tema, como capítulos de una historia”, señala Riso a manera de explicación sobre la forma en la que está ordenada la exposición: un piso está dedicado a los heterónimos del autor, otro a su biblioteca personal y un tercero a la reconstrucción del apartamento.
A finales de la década de 1980, el Concejo Municipal de Lisboa adquirió el edificio que estaba en muy mal estado de conservación y en peligro de demolición.
El hecho de que esta fuera la última dirección de Fernando Pessoa convirtió este espacio en un lugar privilegiado para almacenar y exhibir sus efectos personales, que estaban en posesión del Concejo: objetos personales, algunos muebles y gran parte de los libros de su biblioteca privada.
Entre sus artículos personales se puede apreciar la conocida imagen de Pessoa plasmada por José de Almada Negreiros pero algo que hace sentir la presencia del autor son los nombres reflejados en la habitación de todos los Fernando Pessoa, es decir, los heterónimos conocidos hasta ahora.
Un lugar para Pessoa
Casa Fernando Pessoa fue oficialmente inaugurada el 30 de noviembre de 1993, en el aniversario de la muerte del poeta, y desde entonces está abierta al público.
Para los conocedores de la obra del autor, es importante que sea en esté lugar donde se preserve su recuerdo porque aquí, Pessoa escribió algunas de sus obras más significativas. Su habitación, reconstruida en la casa, es un lugar donde “podemos imaginarlo creando”, dice Riso.
Las paredes de este departamento fueron testigos de cómo nació “Mensagem”: un poema épico que celebra la historia y la identidad de Portugal, entre otros.
Fernando Pessoa es un faro en la literatura portuguesa. Su estilo único, sus heterónimos y su exploración de la identidad humana han dejado una huella imborrable. Su contribución a la literatura universal radica en su capacidad para trascender las fronteras culturales y emocionales.
La Casa Fernando Pessoa es un espacio “sagrado” para los amantes de la literatura, donde el espíritu del autor sigue vivo, inspirando a generaciones futuras de escritores, de acuerdo con la directora de la casa, en las aulas de educación básica de Portugal es obligatoria la lectura del autor y semanalmente reciben visitas de escuelas secundarias y preparatorias.
El enigmático poeta portugués dejó un legado literario diverso y profundo. A través de sus heterónimos y su prosa lírica, nos regaló obras que han perdurado en el tiempo. Cualquiera que visite la casa museo en su honor tendrá como despedida la última frase que pronunció en vida y que está en las paredes del lugar: “I not know what tomorrow will bring” (No sé qué es lo que traerá mañana).
Como parte de la programación cultural que traerá Lisboa a la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, los asistentes podrán contemplar una exposición sobre la obra de Fernando Pessoa.