“Conversaciones urgentes” y una pregunta básica y actual: ¿cómo financiar la cultura?

Reunidos para el ciclo organizado por la Fundación Filba y auspiciado por Infobae, Mariano Llinás, Ana Bizberge, Alejandro Tantanian y Marcelo Allasino debatieron sobre las consecuencias de las medidas económicas del gobierno sobre el sector cultural y posibles estrategias de resistencia

Debate sobre la cultura y su funcionamiento, con (de izq. a der.): Mariano Llinás, Ana Bizberge, Alejandro Tantanian y Marcelo Allasino

El debate de candente actualidad sobre la cultura y su financiamiento, parte del ciclo “Conversaciones urgentes” auspiciado por FILBA e Infobae, reunió el miércoles a destacados expertos del ámbito cultural en la librería Eterna Cadencia de Buenos Aires: Mariano Llinás, Ana Bizberge, Alejandro Tantanian y Marcelo Allasino debatieron sobre los desafíos actuales que enfrenta el sector, particularmente en lo que respecta a la interrelación entre el Estado y la entidades privadas. La charla fue presentada por Victoria Rodriguez Lacrouts, de FILBA, y moderada por el escritor y periodista de Infobae Patricio Zunini. Y ocurrió en medio de momento crítico para reflexionar sobre el papel que juega el actual gobierno en relación al sector cultural, especialmente bajo la administración del presidente Javier Milei.

La discusión se centró principalmente en el doble papel –económico y simbólico– que desempeñan las industrias culturales y la importancia que tiene el Estado en garantizar la libertad y el pluralismo en este ámbito, según la opinión de los participantes de la charla. Ana Bizberge, investigadora del CONICET y especialista en medios públicos y audiovisuales, destacó que “las medidas que está tomando el gobierno de Milei ponen en jaque a nosotros la cultura en este doble sentido”. Este comentario pone de manifiesto la preocupación que existe en el sector.

Ana Bizberge del CONICET fue muy crítica sobre las medidas gubernamentales en el área cultural

Por su parte, Marcelo Allasino, ex director del Instituto Nacional del Teatro, subrayó la importancia de ver a la cultura más allá de un mero bien o servicio. “La cultura es un derecho, un espacio y un territorio que debemos garantizar en el acceso a esas producciones artísticas”, afirmó, haciendo énfasis en el rol crucial que juega el Estado en la promoción y acceso a la cultura. Alejandro Tantanian, dramaturgo y ex Director General y Artístico del Teatro Cervantes, se expresó en un tono similar, argumentando la necesidad de “empezar a pensar en colectivo, en el bien común”.

Mariano Llinás, director, productor y guionista -coautor entre otros, del argumento de la premiada Argentina, 1985- proporcionó una perspectiva histórica al mencionar cómo aquellos que crecieron durante los noventa tenían una percepción de que “todo era una mierda” y el Estado era visto como un enemigo o una entidad inexistente para la cultura. “Yo sabía que esto iba a pasar”, expresó respecto a la situación actual bajo la presidencia de Milei, evidenciando una preocupación compartida.

Marcelo Alasino enfatizó el rol del Estado en la promoción del acceso a la cultura

Así, este tipo de encuentros como “Conversaciones urgentes” se presenta como una oportunidad vital para el diálogo y la reflexión sobre el futuro de la cultura, especialmente en momentos en que el financiamiento y el apoyo gubernamental están en el punto de mira. A su momento, Patricio Zunini y Victoria Rodriguez Lacrouts enfatizaron en la necesidad de poder “volver a disentir” y salir de los sesgos de confirmación que dominan el debate público actual.

Desde la asunción de Milei, se ha denotado un ambiente de tensión en lo que respecta a la relación entre el Estado y el ámbito cultural, con una clara postura gubernamental en contra del financiamiento hacia este sector. Esta situación ha encendido las alarmas dentro de la comunidad cultural, llevándola a indagar sobre las razones detrás del incremento de voces a favor de los recortes en cultura y sobre cómo los agentes culturales podrían estar fallando en comunicar una importancia vital.

Mariano Llinás recordó la década de los noventa como una era de descuido cultural por parte del Estado

Mariano Llinás expresó: “Creo que no nos hemos equivocado. En condiciones muy desfavorables, hicimos una gran tarea y tenemos que tener la frente bien alta”. Por su parte, Ana Bizberge refirió: “No creo que nos hayamos equivocado, creo que cambiaron las coordenadas, no solo a nivel nacional sino también regional y global de los espacios de comunicación y cultura”.

Alejandro Tantanian destacó que parte del desafío actual radica en la “suerte de enajenación” que se origina en errores pasados y una serie de situaciones complejas, lo cual se ve exacerbado por los discursos replicados por medios hegemónicos que critican la utilización de espacios culturales para propagar agendas específicas. “Si no empezamos a pensar macro políticamente nos comen crudos; todas las instituciones culturales están vaciadas”, enfatizó, señalando la necesidad de una mayor autocrítica y reflexión estratégica dentro de la comunidad cultural.

Alejandro Tantanian abogó por una visión colectiva en el bienestar cultural

Marcelo Alasino, por su parte, postuló la necesidad de una autocrítica dentro del sector: “Nos falta hacerla. Tuvimos una responsabilidad muy grande los hacedores teatrales del país para imprimirle un sello y darle un rumbo al Instituto Nacional del Teatro”. Además destacó que, aunque el número de salas y festivales ha aumentado, la calidad del teatro sigue centralizada en las principales ciudades del país.

Por otra parte, se charló acerca de dónde salen las fuentes de financiación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) donde tanto Llinás como Bizberge coincidieron que el verdadero debate que debe darse en la industria audiovisual es que las plataformas tributen (al igual que los canales de cable o los cines), ya que hoy son los principales espacios donde circulan los contenidos audiovisuales.

La reunión no sólo sirvió como plataforma para la discusión sobre estas cuestiones críticas sino que también destacó la urgencia de abordar el cambio climático y otras preocupaciones globales desde una perspectiva cultural, demostrando cómo la creaciín puede ser un vehículo para la conciencia y el cambio social.

[Fotos: Nicolás Stulberg]