Editar poesía hoy: romanticismo, obsesión y “la esencia disruptiva que hace que la elijamos siempre”

En el Día Mundial de la Poesía, Infobae Cultura dialogó con los editores de sellos que apuestan por el género del verso: Alejandro Cesario de Ediciones La Yunta y Clara Inés de Elemento Disruptivo

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Alejandro Cesario de Ediciones La Yunta y Clara Inés de Elemento Disruptivo
Alejandro Cesario de Ediciones La Yunta y Clara Inés de Elemento Disruptivo

En el inicio de los tiempos, la poesía fue una forma de mirar el mundo. En la Antigua Grecia se hablaba de poesía, de poiesis, como un “hacer” artesanal. Luego se volvió un juego: mientras que los chinos cultivaban versos pentasílabos y heptasílabos, los japoneses hacían haikus. Algo cambió con la modernidad. El investigador Diego Zorrita Arroyo sostiene que con Baudelaire el poeta abandona cierto “carácter sagrado” y encarna una “inadecuación social”. No hay dudas: hoy la poesía resulta incompatible con ciertos discursos predominantes. Carmen Conde decía que es “el sentimiento que le sobra al corazón”. Subrayo esta idea: la poesía como algo que sobra. ¿Y quiénes editan y publican esa artesanía, ese juego con el lenguaje, esa inadecuación, ese sobrante?

El origen fundante

¿Cómo nace una editorial de poesía? Elemento Disruptivo, en el año 2014, a partir de una preocupación. “En esa época había un boom de slams! y de otros encuentros poéticos y con Male Saito y Fer Durden nos empezó a preocupar la fugacidad de esos encuentros. Temíamos que nadie estuviera registrando lo que pasaba en el underground, primero porteño y luego de otras provincias”, dice Clara Inés, su directora. “La idea central fue fundar una editorial de poesía oral. Queríamos registrar la cultura oral argentina y mostrar las producciones extra-contemporáneas. Con el tiempo nos fuimos centrando en todas las formas poéticas siempre bajo la premisa de mostrar lo que está sucediendo aquí y ahora”. Hoy tiene más de treinta títulos y una colección de narrativa, a cargo de Inés Ripari, codirectora de la editorial.

“Ediciones La Yunta nace de la amistad”, dice Alejandro Cesario, y no se incluye. Nombra a Daniel Riquelme, a Roberto Raschella, a Andrés Negroni y a Milton Rodríguez. Años después, los últimos dan un paso al costado, entonces se suma Cesario y queda conformado el tridente actual. “Sigue siendo el mismo espíritu, un colectivo, un tren, donde la gente suma sus voces y nosotros tratamos de editarlos y generar la posibilidad de que los libros circulen. Es la gran obsesión que tenemos: que los libros circulen. No que estén solamente en una librería, sino que los libros circulen, estén, se lean”. Los primeros cuatro libros que editaron fueron tres poemarios y un ensayo sobre cine. Poco a poco sumaron cuentos y novelas. “Prevalece la poesía pero no somos solo una editorial de poesía”, aclara el editor.

Parte del catálogo de Elemento Disruptivo
Parte del catálogo de Elemento Disruptivo

Capturar las voces

A diferencia de la narrativa, donde existen varios concursos que permiten publicar manuscritos —algunos dotados de mucho dinero—, la poesía es un género que se nutre del encuentro. En Ediciones La Yunta “no hay una búsqueda determinada”. En las presentaciones de libros que hacen, o las que ellos asisten, muchas en distintas provincias, se descubren cosas nuevas. Algo de la intuición. Se trata, en definitiva, de “poner el oído”, dice Cesario. Primero aparece el anhelo (“qué lindo sería publicar a este poeta”), luego, a veces, la cosa se encamina y “tratamos de llevarlo al libro”. “Está muy librado a lo que uno va encontrando, a lo que nos vamos topando en el camino. Así vamos conociendo poetas que desconocíamos, porque el país es amplísimo. Y así captura uno esas voces”.

A contrapelo de lo que suele creerse —y seguramente muchas editoriales hacen—, que publican a los poetas de Instagram que más likes generan, acá prevalece la cultura del encuentro. “La búsqueda es un acto de pseudo omnipresencia —dice Clara Inés—, viajamos a eventos de poesía, vamos a lecturas, presenciamos cierres de talleres, hablamos con talleristas, con docentes de la UNA, etcétera. Hay una búsqueda activa por ver qué formas adopta la poesía contemporánea que requieren de un trabajo constante de ver qué está publicado y qué falta. También recibimos propuestas por mail, pero antes de aceptar algo vía mail ya tenemos definido un perfil de lo que buscamos. Nos reunimos y pensamos qué nos gustaría mostrar cada año”.

La esencia disruptiva

¿Qué tiene la poesía que la vuelve tan especial, tan singular, tan única? Cuando le hicieron esta pregunta a Octavio Paz, él respondió con una definición notable: “la poesía es una erotización del lenguaje”. Esa fascinación que despierta en sus lectores es también el motor de los editores. “La poesía tiene una esencia disruptiva que hace que la elijamos siempre”, dice la directora de Elemento Disruptivo. “Es el mayor trabajo por el mínimo resultado. Los y las poetas pasan meses buscando una imagen que describa aquello que están queriendo explicar. En la narrativa hay una grandilocuencia que la poesía no tiene, la narrativa se desborda mientras que la poesía reduce los márgenes hasta que te quedes vos solo frente al verso pensando cómo fue que llegaste acá”, agrega.

Algunas libros publicados por Ediciones La Yunta
Algunas libros publicados por Ediciones La Yunta

Lo especial de la poesía, dice Alejandro Cesario, es “la cuestión de la palabra por sobre todas las cosas”, algo “más particular que la narrativa, tal vez”. “La poesía puede compararse, entre comillas, con una ciencia. ¿Por qué? Porque hay que estar preparado para leerla. De hecho, por más que uno sea un habitué de no siempre puede leer poesía. Hay que prepararse. Se tiene que formar el clima. Uno lee uno, dos, tres poemas, cierra el libro y caen los poemas, rescato una frase, dos versos. Si yo me pongo a leer algo de física, si no me preparé, no voy a entender nada. Con la poesía pasa lo mismo. También con algunas novelas, pero en general las novelas permiten cierta distracción; la poesía no. Hay que estar clavándose ahí, con el poema, estrujarlo, agarrarlo y deshojarlo todo”.

La potencia romántica

¿Aún interpela la poesía? Decía Bécquer que “podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía”. Es un verso escrito en el siglo XIX que aún hoy tiene su fuerza. Es una forma de pensar al poema por encima del autor. En ese sentido, el editor de La Yunta lo piensa como un deber: “La poesía tiene que interpelar”. Y agrega: “Como antes, hay poetas que lo logran y otros que no. Tal vez en estos tiempos hay mucha cuestión del yo en la poesía. Cuesta mucho alejarse de ese yo y ver un poco alrededor, observar al otro. Me parece que hay poca escucha. Sin embargo hay muchos poetas que logran interpelar. Uno lee un par de poemas, cierra el libro y algo tiene que quedar, algo se tiene que rescatar, un verso, una palabra al menos, y con eso ya es suficiente”.

“Yo creo que está entrando en una crisis, venimos de una poesía muy vanguardista y después de la vanguardia lo que necesitamos son reglas”, dice Clara Inés. “Es la historia del arte una y otra vez, siguiendo el esquema hegeliano ahora estamos en su última etapa, en la romántica, donde el objeto se vuelca al público. Lo espectacular te come un poco, te obliga a producir porque entra en una lógica del mercado que, casi nunca, es la lógica poética. A su vez este es el mejor momento para que nazcan nuevos escritores: la poesía nace frente al rechazo y quien no se sienta interpelado o interpelada ahora con los versos que se están escribiendo no le va a quedar otra que escribir versos propios. La crisis en la poesía es lo mejor que le puede pasar al género”, concluye.

[Fotos: Adrian Escandar, Eduardo Savino y Facebook]

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