En un encuentro único titulado “Conversaciones urgentes”, organizado por Filba y apoyado por Infobae Leamos, expertos debaten sobre temas críticos que incluyen desde la ley del libro hasta el cambio climático. El evento inaugural se realizó en Eterna Cadencia, una librería ubicada en CABA, y estuvo centrado en la controversia sobre la Ley del Libro y el papel estatal en el ámbito editorial. Entre los participantes se encontraron Pablo Avelluto, editor y ex Ministro de Cultura, y Víctor Malumián, conocido editor y gestor cultural, con Patricia Kolesnicov moderando la discusión.
La relevancia de este diálogo resurgió a raíz de las propuestas del gobierno de Javier Milei en el paquete de la llamada “Ley Ómnibus”, específicamente la sugerencia de derogar la Ley del Libro, una normativa que promueve la bibliodiversidad al establecer un precio unificado para los libros en toda Argentina. Aunque estas reformas no se materializaron en el Congreso, la conversación respecto a este tema sigue vigente en el sector editorial. Las “Conversaciones urgentes” buscan profundizar en estos debates, presentando una oportunidad para reflexionar sobre el rol del Estado en diferentes dominios, incluyendo la ciencia y el medio ambiente.
La bienvenida fue dada por Pablo Braun, dueño de Eterna Cadencia y presidente de FILBA, quien expresó su entusiasmo por la iniciativa de generar un espacio de diálogo sobre temas esenciales y a menudo controvertidos. Braun reflexionó sobre la importancia de enfrentarse a visiones contrapuestas y salir de la zona de confort que a menudo proporcionan los algoritmos de redes sociales.
En palabras de Patricia Kolesnicov, el objetivo de estas conversaciones es provocar un pensamiento más rico y seguro, enfrentando y reflexionando sobre las disidencias. La discusión inaugural sobre la Ley del Libro abrió el debate sobre la intervención estatal en la cultura y la relevancia del precio fijo del libro como medida de protección para el sector editorial.
Pablo Avelluto defendió la necesidad de una mayor libertad en la fijación de precios, argumentando que las restricciones actuales no reflejan las necesidades ni la realidad del mercado editorial argentino. El exfuncionario de gobierno encendió nuevamente el debate sobre la fijación de precios y la regulación del IVA en los libros. A lo largo de su carrera, Avelluto ha mantenido posiciones controversiales sobre cómo deben establecerse los precios de los libros en el país, abogando por una mayor flexibilidad que permita a las librerías ajustar sus precios según sus propias necesidades y estrategias comerciales. “La posibilidad de que una librería ponga sus precios de acuerdo a su propio margen de utilidad, al tipo de cliente al que busca, etcétera, es crucial para la discusión sobre el sistema de comercialización del libro”, señaló Avelluto.
Durante su gestión en el gobierno, se abordó la cuestión del IVA, un tema históricamente demandado por los editores debido a las implicaciones significativas en los costos y, por ende, en la fijación de precios de los libros. Avelluto declaró: “Curiosamente, fue cuando yo estaba en el gobierno que se trató el tema del IVA, una demanda largamente buscada por los editores, la recuperación del monto de IVA que se pagan a lo largo del proceso”. La política de precios fijos y únicos en todo el país y los descuentos máximos regulados hasta un 10%, son aspectos que, según Avelluto, han generado una discusión con muchas facetas dentro del sector. Mientras algunos estudios sugieren que este enfoque podría favorecer a las grandes superficies y perjudicar a las pequeñas librerías, Avelluto argumenta que una mayor liberación de precios podría alinear a Argentina con prácticas internacionales, como observó en Brasil, donde las promociones permiten adaptarse a eventos comerciales significativos. “Hace un par de años yo estaba en Río de Janeiro por trabajo… y justo era el día de la madre y había promociones con el 30% de descuento para comprar el libro de mamá”, compartió, ilustrando cómo las flexibilidades en la fijación de precios pueden beneficiar tanto a consumidores como a comerciantes.
Su perspectiva se abre hacia una discusión mayor sobre cómo manejar la venta de libros en el país, dónde deberían ubicarse más librerías y cómo se pueden equilibrar los intereses de todas las partes involucradas, desde grandes editoriales hasta librerías independientes. Finalmente, Avelluto resalta que la discusión no se limita a aspectos económicos sino que toca fibras más profundas sobre cómo se valora y promueve la lectura en la sociedad argentina. La contienda no solo involucra a las políticas gubernamentales, sino también a las estrategias comerciales de las librerías, las preferencias de los lectores, y el papel fundamental de los libros en la cultura.
Por otro lado, Víctor Malumián defendió la ley como una herramienta esencial para la diversidad y salud del ecosistema editorial, asegurando que provee un marco de igualdad y protección frente a los grandes actores del mercado. Este contraste evidencia la complejidad del tema y resalta la importancia de una ley que, en palabras de Malumián, “funciona bien”. Sin embargo, al observar las prácticas actuales del mercado, se revelan desafíos significativos, como la concentración del mercado y la problemática distribución de libros, especialmente en un país con la extensión territorial de Argentina, la cual quintuplica a la de España, pero con una población y cantidad de librerías similares.
La industria editorial se ve afectada por una serie de problemas sistémicos, desde la fijación de precios por parte de unas pocas papeleras hasta desafíos en la distribución y políticas de precios que benefician a grandes superficies en detrimento de las librerías independientes. Malumián destaca cómo ciertas prácticas, como la venta de libros a precios significativamente menores en grandes cadenas, menosprecian el valor de estos establecimientos. “Políticamente hablando, el sector tiene dos cosas en las cuales está de acuerdo: el programa funciona bien y la ley funciona bien”, afirma, sugiriendo la necesidad de preservar el marco legal actual.
El ascenso de las plataformas digitales y la expansión de grandes jugadores como Amazon y Mercado Libre representan una amenaza para las librerías físicas. Malumián señala que, al no haber una regulación adecuada, “va a ganar el más fuerte”, lo que afecta negativamente a las librerías independientes y limita la diversidad de opciones literarias disponibles para los lectores. La referencia a casos internacionales, como los de Grecia, Estados Unidos, e Inglaterra, subraya cómo diferentes enfoques regulatorios pueden afectar significativamente al mercado editorial.
Dentro del contexto argentino, Malumián resalta el valor de las librerías independientes, no solo por su contribución a la diversidad editorial sino también por su resistencia y adaptabilidad en un mercado desafiante. “En los últimos 20 años se desarrolló un gran entramado de librerías independientes”, comenta, enfatizando el impacto positivo de estas en la cultura literaria del país.
Una cuestión esencial en este debate es la necesidad de preservar ciertas políticas, como la ley del precio único del libro, que han demostrado ser eficaces en proteger la diversidad y asegurar una competencia leal. Malumián arguye en contra de la desregulación, advirtiendo sobre los peligros de una economía donde “el ganador se lleva todo”. Cita el efecto perjudicial que tendría sobre las pequeñas librerías y discute la importancia de mantener un ecosistema editorial que fomente la pluralidad y el acceso a una amplia gama de voces literarias.
A través de un análisis comparativo, se observa cómo los mercados de otros países latinoamericanos han evolucionado bajo leyes del precio único, lo que ha permitido un florecimiento tanto del mercado independiente como de la literatura nueva. Esta situación contrasta con aquellos lugares donde la ausencia de regulaciones similares ha dado lugar a un mercado menos diversificado.
El diálogo sobre la legislación editorial en Argentina refleja una tensión fundamental entre el mantenimiento de una industria vibrante, diversa y accesible, y las presiones del mercado que favorecen la consolidación y la eficiencia sobre la calidad y diversidad. Las palabras de Malumián muestran una preocupación profunda por el futuro de la lectura y la escritura en el país, invitando a reflexionar sobre el tipo de sociedad y cultura que se desea construir. A pesar de los desafíos presentes, el compromiso con la protección del ecosistema editorial independiente emerge como un elemento crucial en la preservación de una cultura literaria rica y accesible para todos.
Estos debates resaltan no solo las diferencias de perspectiva entre los participantes sino también la profunda preocupación por el futuro del libro y la lectura en Argentina. La discusión pone de manifiesto la importancia de políticas públicas que no solo protejan al sector editorial sino que también promuevan la lectura y el acceso a la cultura en un sentido más amplio.
Al encuentro asistieron importantes representantes del mundo editorial argentino como Diego Lorenzo, responsable del Programa Sur de Cancillería Argentina que promueve literatura argentina en el mundo; Alejandro Dujovne, doctor en ciencias sociales e investigador de CONICET, y Director de la Maestría en Sociología y Análisis Cultural del IDAES-UNSAM; el editor Alejandro Katz, Carlos Díaz, editor de Siglo XXI, Ignacio Iraola, libreros como Cecilia Fanti, y representantes de editoriales como Entropía, Sigilo, Pequeño editor, Godot, Anagrama, Fondo de Cultura Económica. Todos ellos pudieron contraponer sus posturas con los expositores y crear un diálogo enriquecedor donde se plantearon las principales problemáticas que está teniendo la industria.
Además del enfoque en la ley y el financiamiento cultural, estos encuentros abordarán el impacto del cambio climático y la importancia de las ciencias, buscando fomentar un diálogo inclusivo y comprensivo entre distintos sectores. La iniciativa no solo pretende evaluar la situación actual, sino también explorar posibles reconfiguraciones en la manera en que comprendemos estos temas vitales. A través de la participación de expertos de distintas áreas, “Conversaciones urgentes” se posiciona como un espacio crucial para el entendimiento y la discusión profunda.
El miércoles 20 de marzo, se conversará sobre el estado actual de la ciencia y la investigación, destacando el papel de investigadores del CONICET junto al doctor en Ciencias Biológicas y divulgador científico argentino Diego Golombek y el doctor en química argentino especializado en nanotecnología e investigador del CONICET, Galo Soler Illia. Coordinará Julieta Roffo, editora de Infobae Leamos.
El miércoles 27 de marzo el ciclo abordará una cuestión muy escuchada en los últimos tiempos: la cultura y su financiamiento, tanto estatal como privado. El panel contará con expositores como el director, productor, guionista y actor de cine Mariano Llinás, Marcelo Alasino, ex director del Instituto Nacional del Teatro, y Ana Bizberge, investigadora del CONICET, especialista en medios públicos y audiovisuales. Coordinará Belén Marinone, editora de Leamos.
[Fotos: Gustavo Gavotti]